26 de junio 2008 - 00:00

Las claves de la liquidez bancaria

Liquidez y solvencia son los dos pilares indisociables de la actividad bancaria, a menudo imposible de distinguir uno del otro. Un banco ilíquido puede convertirse en insolvente y viceversa. En los mercados interbancarios, proporciones crecientes de activos a largo plazo han sido financiadas por empréstitos a corto plazo. Un ejemplo extremo serían los financiamientos de los tramos de créditos hipotecarios con riesgos adosados al papel comercial a tres meses. Otro, el Northern Rock.

Los bancos centrales no tienen la voluntad de hacer lo necesario para remediar la situación. Tiraron al agua los botes salvavidas ni bien aparecieron los problemas, y la liquidez suplementaria fue provista en condiciones favorables. Con mayor razón entonces, los bancos comerciales deben acrecentar la vigilancia.

¿Por qué deberían inquietarse por la gestión de la liquidez cuando el encargado es el Banco Central? En cierta forma los bancos compran una «opción de venta» sobre el Banco Central en materia de liquidez. En efecto, como si fuese un naipe más en el juego, se descartan del riesgo de liquidez transfiriéndoselo al Instituto de Emisión. Dadas así las cosas, es irrefutable la necesidad de un examen calmo y profundo de lo que deberían ser los principios de gestión de la liquidez bancaria.

En lo que respecta a la «transformación de los vencimientos», ¿por cuánto tiempo un banco permanecerá en condiciones de honrar sus compromisos por depósitos bancarios recibidos, si la liquidez del mercado interbancario del que depende se seca brutalmente?

Como se sabe que esto puede ocurrir durante un día, una semana, un mes, un trimestre o más tiempo, muy pocos banqueros conocen los medios para resolver el problema, ya que no existen trabajos de investigación realmente convincentes. Sin embargo, todo parece indicar el regreso a las prácticas bancarias tradicionales.

Desde el punto de vista de un banco, los fondos propios mínimos exigidos no representan capitales plenamente utilizables.

Aunque les pese a los grandes profesores universitarios estadounidenses, se deberá tener confianza en los reguladores, quienes exigirán la aplicación de un conjunto de reglas o de índices junto con una escala de sanciones cada vez más severas, debido a la permanente transgresión de la norma de la buena práctica.

Definir los niveles mínimos sin las correspondientes sanciones, favorece el laxismo y la aparición de crisis del crédito. Lamentablemente el Comité de Basilea es sólo consultativo y no dispone de ningún poder jurídico en el plano internacional. Por lo tanto, es incompetente para tratar la cuestión de las sanciones a aplicar, si llegado el caso, los bancos o los sistemas bancarios no respetan sus proposiciones y sus principios de buena gestión.

Para evaluar la liquidez del conjunto hoy debe tenerse en cuenta simultáneamente tanto el activo como el pasivo del banco.

La palabra liquidez conlleva tantas acepciones que con frecuenciaes contraproducente utilizarlasin brindar una definición más precisa, siendo por ejemplo una de ellas, la transformación de los vencimientos de las diferentes categorías de pasivos por depósitos bancarios, y de activos por créditos a la clientela.

La otra, es la liquidez inherente de los activos de un banco, es decir, la rapidez con que estas acreencias pueden ser cedidas sin pérdida significativa de valor ante cualquier situación del mercado.

  • Esencial

    Ambas acepciones son elementos esenciales de la posición de liquidez de cualquier institución crediticia, al encontrarse estrechamente vinculadas entre ellas dado que, cuando los activos de un banco son más líquidos y cesibles en todo momento y a un precio firme, menos se deben ocupar por la transformación de esas acreencias, pues se pueden compensar los retiros de depósitos con el producto de las cesiones de activos.

    Por consiguiente, cuanta menos transformación de sus vencimientos haya, menos debe preocuparse un banco por la tasa de interés intermediaria, y por el riesgo de mercado sobre sus activos, debido a que pueden conservarlos hasta el vencimiento y superar las crisis ocurridas en el intervalo. ¿Cómo sabe el ahorrista si las acreencias del banco custodio donde guarda sus economías en divisas poseen la calidad suficiente y constituyen activos bancarios tradicionales y apropiados?

    Las reservas de liquidez reflejan imperfectamente su riesgo. El valor contable de los activos puede diferir de la liquidez que ellos generan variando según la situación del mercado, circunstancia que no reflejan las simples estadísticas del balance estático.

    Los déficits de informaciones actuales son vastos y deben ser cubiertos. En los grandes grupos bancarios europeos hay ruido de desestabilización cuando se observa que es alta la fuente de financiamientos en el mercado monetario, como por ejemplo en el BNP Paribas, Deutsche Bank, Société Générale, Barclays Bank, entre otros. En contraposición a ellos, Fortis Bank, ING Bank y el Banco Santander registran cifras menores, pues la participación porcentual de los depósitos de la clientela es significativa.

    La semana pasada el BCE inyectó 35 mil millones de euros suplementarios en el mercado interbancario para intentar amenguar los temores de desecamiento y alentar el regreso a la confianza. En Estados Unidos la propagación es posible en algunos establecimientos ya que la situación de liquidez precaria trae aparejado un flujo de depositantes -por ahora reducido- que desean retirar sus fondos.

    El UBS conmovido por sus 37 mil millones de dólares de pérdidas vinculadas con la crisis del crédito, no escapa a esa regla. Además, el banco helvético se encuentra en la mira de la Justicia estadounidense, sospechado de haber organizado de 2000 a 2007 un sistema de evasión fiscal para ricos contribuyentes de los Estados Unidos, disimulando importes al ente recaudador que colocaban en Suiza, Panamá, en las Islas Vírgenes, en Hong Kong y en Liechtenstein.

    Generalmente en los bancos con stock de activos líquidos de muy alta calidad, la transformación de los vencimientos puede ser grande ya que el riesgo de financiamiento puede ser cubierto por la venta o la caución de activos negociables apetecibles. Es de rigor entonces el arbitraje entre la liquidez de los activos y la transformación de los vencimientos.

    Inclusive, y probablemente a causa de la asimetría de la información, los potenciales inversores del Banco de la Nación Argentina no pueden aceptar el riesgo de crédito por acreencias de segundo grado.

    En efecto, al igual que lo que sucede con los depositantes en los grandes bancos del mundo, no saben a ciencia cierta si el BNA es capaz de absorber los riesgos de mercado y de liquidez. Así, aquellos dotados profesionalmente o quizás mejor asesorados, podrían con razón temer que el primer banco comercial de la Argentina cuente con activos muy riesgosos, dentro de la categoría de activos aceptables.

  • Comunicación

    Hasta que se disponga que las agencias de calificación deban vigilar eficazmente a los bancos, la comunicación con el banquero debe ser más flexible, más sistemática para permitir las comparaciones.

    ¿Cuáles son los bancos que disponen de liquidez abundante? Muy pocos ahorristas e inversores lo saben. Lo que es una realidad es el atesoramiento de la liquidez. Los banqueros no están dispuestos a prestar dinero en el mercado interbancario para satisfacer la demanda de sus colegas necesitados y en dificultad. En una palabra, los que están provistos de liquidez se niegan a prestar a los que no la tienen. Inclusive, aquellos con abundante liquidez la conservan porque ella procura numerario y les brinda disponibilidad monetaria. Se autoaprovisionan para responder a sus propias necesidades, contribuyendo así a la penuria de liquidez.

    Por eso los depositantes deberían mientras tanto exigir a sus banqueros que actualicen la remuneración de sus colocaciones, imponiéndoles una sanción apropiada en caso de no lograrlo. Nadie mejor que el banquero sabe cómo deben ser tratados los depósitos pagaderos a la vista o a plazo fijo, considerados los más estables y los más confiables de todos los pasivos bancarios.
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