18 de agosto 2025 - 14:26

Lo nuestro funciona: la gastronomía regional se posiciona como motor del turismo nacional

Argentina tiene montañas imponentes, playas extensas y lagos paradisíacos; pero también carnes de primera calidad, mariscos de todo tipo y vinos premiados mundialmente. Hoy los turistas buscan experiencias auténticas, y las proyecciones indican que el turismo culinario global crecerá más de 20% al año hasta el 2029.

La gastronomía es un aspecto central de la identidad nacional, porque nace de las entrañas del territorio
La gastronomía es un aspecto central de la identidad nacional, porque nace de las entrañas del territorio
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Somos lo que comemos, dice el refrán. En el caso argentino la frase se complejiza: ¿somos asado y empanadas? Sí, pero también centolla, humita y carbonada. La conclusión a la que llegan quienes desean conocer el país desde sus raíces es que la gastronomía es un excelente ordenador de la hoja de ruta. Al respecto, Luciano Nanni, coordinador del Torneo Federal de Chefs de FEHGRA, cuya gran final tendrá lugar en Hotelga 2025, asegura: “Hoy la tendencia global es consumir productos que cuenten una historia”. Efectivamente, este fenómeno es mundial y, según un informe de Research and Markets, el turismo culinario crecerá 22,8% al año hasta el 2029.

Este tipo de turismo representa un impacto altamente positivo en dos sectores fundamentales para la economía: la hotelería y la gastronomía. Fomentar y profundizar el vínculo estrecho que históricamente une a ambos implica hacer girar la rueda de las economías locales. Se trata de industrias que, de manera directa o indirecta, emplean a miles de ciudadanos en todo el país, e impulsan el desarrollo de otros rubros, como el de los productores locales. Carlos Mellano, vicepresidente de FEHGRA, coorganizadora de Hotelga que se realiza del 27 al 29 de agosto en La Rural, sostiene que la variedad de oferta turística y gastronómica es un activo que debe ser aprovechado al máximo: “Argentina tiene un sinfín de opciones para este nuevo tipo de viajero, interesado en acercarse a las comunidades que visita”. También subrayó que los turistas, tanto nacionales como extranjeros, “viven la experiencia gastronómica como una forma auténtica de conocer y valorar la identidad de cada destino".

Argentina es un país con una extensión enorme, donde cada región presenta su propia mixtura de tradiciones y costumbres. Para los turistas, tanto extranjeros como locales, acercarse a estas propuestas culinarias significa conectar con la identidad local, en contraste con la universalidad que ofrecen menús más estandarizados. Pero el diferencial de la cocina regional no se reduce a la autenticidad, sino que también implica un plus de calidad. En este sentido, Nanni sostiene que la frescura de un producto y el conocimiento de los cocineros locales respecto a cómo prepararlo son valores fundamentales: “No es lo mismo comer mejillón en Buenos Aires que en Ushuaia, donde hay criaderos, el cocinero está en contacto con el productor y sabe cómo manipular la pieza”.

Dar a conocer la identidad regional

Incluso países vecinos, como Perú, han adoptado una estrategia de promoción a través de la cocina típica, la cual hoy constituye un elemento central en su Marca País. Este voto de confianza a la cultura autóctona es identificable también en Argentina, donde la ruta del vino en las provincias cordilleranas, la ruta de la empanada en el Norte o la ruta del queso en la región Centro ponen en valor los productos tradicionales. Según un reporte de la consultora Taquion, la comida es el contenido más compartido en las redes sociales, lo cual evidencia que la gastronomía representa un canal de promoción altamente efectivo. De esta manera, el saber culinario se combina con ambientaciones auténticas e inmersivas, generando un combo con un enorme atractivo turístico.

El propio Torneo Federal de Chefs apunta a desarrollar ese espíritu de promoción de las identidades regionales. Allí, cocineros de todos los rincones del país exponen platos e ingredientes que combinan la más auténtica tradición con las nuevas técnicas de la alta cocina. Trucha marinada chubutense, lingote de chivo mendocino y cazuela de guanaco santacruceño fueron algunos de los platos destacados en las rondas clasificatorias. La propuesta es clara: novedad y tradición no son aspectos necesariamente contrapuestos.

En definitiva, el turismo gastronómico funciona porque la cocina es un aspecto inseparable de una cultura y de su identidad. Es, a la vez, causa y consecuencia de costumbres y tradiciones que explican por qué un pueblo, una ciudad o una provincia es lo que es. Es, en definitiva, una experiencia que deja huella.

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