Por Equipo Grow-género y trabajo.-
Memoria, género y trabajo: 12 años de la Ley de Identidad de Género
El 9 de mayo de 2012, con 55 votos afirmativos, ningún negativo, y una abstención, el Senado aprobó la Ley 26.743 que permite a las personas registrarse en su DNI con su nombre, foto e identidad de género.

La Ley de Identidad de Género en Argentina se aprobó en 2012.
El 9 de mayo de 2012 fue sancionada la Ley de Identidad de Género (LIG), N° 26.743. Como pasa con la mayoría de las efemérides, esta fecha cristaliza un largo proceso de activismo social que no da cuenta de las disputas que refleja su texto, las dificultades de su implementación, las discusiones que habilitó en la sociedad argentina y la estela que dejó en el colectivo LGTBI+, y en la sociedad en general, a nivel regional e internacional.
La normativa consolida un reclamo histórico de las organizaciones Travesti Trans y de la comunidad LGBTINB+: el derecho a la autodeterminación identitaria. Significó un enorme salto de reconocimiento de derechos humanos para un colectivo que registra una historia de persecución estatal y social durante largas décadas. En este sentido, Grow-género y trabajo acompaña el proceso de generar espacios libres de violencias y discriminación a través de una multiplicidad de dispositivos que abonan a la transformación del mundo del trabajo.
Identidad, sociedad y memoria
Hablar del derecho a la identidad tiene una historia política y afectiva en nuestro país. Los organismos de derechos humanos aparecidos tras la última dictadura cívico-militar hicieron hincapié en el derecho a la identidad por la apropiación ilícita de bebés y recién nacidos, fundamentalmente Abuelas de Plaza de Mayo. Ahora bien ¿Qué tienen que ver Madres y Abuelas de Plaza de Mayo con las travestis y transexuales? Desde la carta de apoyo de Abuelas a la activista Karina Urbina a inicio de la década de los 90 hasta las articulaciones con Lohana Berkins, la identidad resulta un territorio en común que derriba el cerco social y policial que durante años azotó al colectivo travesti trans.
Asimismo sucede con los movimientos de mujeres y feministas, no es casualidad que Virginia Woolf reflexionara en torno a una habitación propia o que el eslogan “lo personal es político” haya adquirido tanta relevancia. En consonancia, la LIG es la primera que incorpora el “género” a la trama legal argentina, y significa un enorme cambio para todas las personas. Invita a toda la sociedad a no pensar la biología como destino, y a habitar y expresar el género desde el deseo, la libertad y la autodeterminación.
¿Qué impacto tiene la identidad en el ámbito laboral?
Primero, ¿qué entendemos por identidad de género? Se trata de “la vivencia interna e individual del género tal como cada persona la siente” pudiendo o no corresponder con el sexo asignado al momento del nacimiento (Ley de Identidad de Género, 2012). En este sentido, constituye nuestra puerta de entrada para relacionarnos con las demás personas. Si pensamos en la exclusión, actual e histórica, del colectivo trans y travesti del mercado de trabajo es el ejemplo claro de la importancia de garantizar el derecho a la identidad en ese ámbito.
Desde Grow-género y trabajo, queremos invitarles a transformar nuestra cultura de diversidad e inclusión. Cada espacio puede realizar acciones que nos arrimen a la sociedad que deseamos. No se trata de esperar a la incomodidad de una persona o que la misma desafíe nuestros estándares para realizar los cambios, sino de entender la importancia de la diversidad al interior de las organizaciones, para que todas las personas puedan sentirse incluídas, y habilitar así una multiplicidad de deseos y vivencias.
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