24 de enero 2007 - 00:00

"No sería necesaria una reducción de tasa en EEUU"

(El especialista en mercados internacionales personificado como el banquero de la película «Wall Street», Gordon Gekko, considera que ya no es necesaria una reducción de la tasa de interés en Estados Unidos. Pero ello no implica, según él, que haya desaparecido el riesgo de que la economía estadounidense entre en una recesión. Este fue el diálogo que mantuvo con este diario.)

No sería necesaria una reducción de tasa en EEUU
PERIODISTA: La recesión que amenazaba a EE.UU. quedó en promesas. La economía se recuperó en forma notable sobre el filo de 2006. Nadie se sorprenderá si las cuentas nacionales revelan que el consumo aumentó 4% en el último trimestre. ¿Qué queda, pues, de la esperada reducción de tasas de interés que usted pensaba que podría sobrevenir tan pronto como en marzo?

Gordon Gekko: No resultanecesaria. Eso es claro. Los futuros de Fed Funds han arribado a una conclusión similar y extirparon todo vaticinio de cambios para la primera mitad del año. La economía supo recuperar la vertical por su propia cuenta...

P.: ¿Queda cancelado el riesgo de recesión?

G.G.: No. El nivel de actividad se ha beneficiado de un clima inusualmente cálido para esta época del año. Recién el fin de semana se han desatado condiciones más crudas, en línea con lo que suele ser el invierno. La construcción, las ventas minoristas, el empleo han sacado provecho del buen tiempo. Si éste se deteriora --que es lo que cabe esperardeberían acusar el impacto. Cuando los efectos transitorios decanten, se verá cuál es el verdadero estado de fondo de la economía...

P.: No parece ser tan sombrío como se pensaba poco tiempo atrás...

G.G.: Ni tan rozagante como los indicadores sugieren ahora. La discusión girará en torno de si la economía aterrizó y permanecerá creciendo por debajo de la tendencia o si -después de una breve pausa-regresa a todo galope.

P.: ¿Usted que piensa?

G.G.: Lo mismo que antes. Atravesamos una fase de aterrizaje suave que tomará buena parte de 2007. O sea, mantendremos un ritmo positivo pero menos vibrante que el que traíamos de arrastre. Y no descarte que, en algún momento, la Fed deba acudir en auxilio relajando el nivel de tasas de interés.

P.: Por el momento, no ha hecho falta.

G.G.: Ha bastado con desmontar la escalada de los precios de la energía para inyectar una reacción vía mayor ingreso disponible...

P.: Que sirvió también para alentar la confianza del consumidor...

G.G.: A juzgar por las encuestas de sentimiento, la confianza era tan sólida desde diciembre de 2004, cuando el boom inmobiliario todavía operaba a pleno...

P.: ¿Cómo se explica que el petróleo se haya derrumbado -sumando una nueva caída de diez dólares el último mes- cuando la economía, lejos de apagarse, retomó sus bríos?

G.G.: Mi impresión es que la especulación a favor de la energía tiró la toalla. No se observa un problema de demanda final. En todo caso, ésta puede terminar siendo más robusta que lo que se pensaba dado el comportamiento moderado de EE.UU., y la falta de contagio internacional.

P.: La oferta se habrá desbordado. Nadie confiaba mucho en la voluntad de la OPEP de recortar sus aportes...

G.G.: En esencia, la ofertaestá estancada. Pero Vladimir Putin -con su decisión de interrumpir el suministro de gas a Bielorrusia (y, por ende, amenazar la provisión a media Europa)- provocó una perturbación temporaria importante...

P.: Y tampoco consiguió sostener las cotizaciones...

G.G.: Así es. Lo que uno detecta es que la posición de inventarios comerciales se redujo bruscamente en las últimas semanas. Se liquidaron unos 20 millones de barriles sólo en EE.UU...

P.: En los últimos años, cuando los inventarios declinaban, los precios se catapultaban al alza. ¿Qué cambió?

G.G.: El posicionamiento, como le dije antes... El balance entre demanda final y producción corriente no se ha alterado.

P.: ¿Cómo influye sobre la Fed?

G.G.: Como un maná llovido del cielo. La política monetaria cuenta con un margen de maniobra más amplio. No hay urgencias y la presión que la energía ejercía sobre la inflación --en forma invariable desde 2004- ha girado en redondo. Es difícil pensar que, hoy por hoy, la Fed pudiera cambiar algo y mejorar su situación.

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