23 de septiembre 2025 - 17:27

Obesidad infantil: un desafío para el derecho a la alimentación

Por primera vez, la obesidad superó al bajo peso como la forma más prevalente de malnutrición infantil. UNICEF advierte que los entornos alimentarios actuales vulneran derechos fundamentales y demandan políticas urgentes.

La obesidad superó al bajo peso como la forma más prevalente de malnutrición infantil.

La obesidad superó al bajo peso como la forma más prevalente de malnutrición infantil.

Un hecho histórico acaba de confirmarse: por primera vez, la obesidad superó al bajo peso como la forma más prevalente de malnutrición entre niños, niñas y adolescentes de 5 a 19 años. Así lo señala el Informe de Nutrición Infantil 2025 de UNICEF, que advierte cómo los entornos alimentarios actuales están fallando en proteger a la infancia.

Este hallazgo no solo describe una tendencia epidemiológica: interpela directamente a los derechos de la niñez. La Convención sobre los Derechos del Niño, ratificada por Argentina en 1990, reconoce en su artículo 24 el derecho al disfrute del más alto nivel posible de salud y el acceso a una alimentación nutritiva y adecuada. Cuando los entornos alimentarios ofrecen mayoritariamente ultraprocesados y bebidas azucaradas, se vulnera ese derecho fundamental y se compromete el desarrollo pleno de millones de niñas, niños y adolescentes.

Lejos de ser un fenómeno aislado, uno de cada cinco niñas, niños y adolescentes en el mundo vive con sobrepeso u obesidad. América Latina y el Caribe figuran entre las regiones con mayor prevalencia, y Argentina no es la excepción: en nuestro país, más de un tercio de las calorías consumidas por adolescentes provienen de alimentos ultraprocesados, ricos en azúcares, grasas y sal, pero pobres en nutrientes esenciales.

Las consecuencias son graves: la obesidad es más difícil de revertir que el sobrepeso y aumenta el riesgo de diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer en la adultez. También afecta la salud mental, generando estigma, ansiedad y depresión, y supone una carga económica y emocional para las familias.

En Argentina, donde persisten focos de desnutrición junto con el aumento del exceso de peso, la doble carga de malnutrición refleja desigualdad y entornos que no garantizan alimentos adecuados.

Pero este escenario tiene salida. El derecho a la alimentación adecuada implica generar condiciones que lo hagan posible. Países que avanzaron en publicidad regulada, etiquetado frontal, impuestos a bebidas azucaradas y entornos escolares saludables muestran mejoras en el consumo. En Argentina, la implementación plena y sostenida de estas políticas puede transformar los entornos y facilitar elecciones más sanas.

Que la obesidad haya superado al bajo peso marca un punto de inflexión. El desafío es proteger el derecho de cada niño y niña a crecer con salud y bienestar, garantizando entornos alimentarios que lo hagan posible. La evidencia muestra que, cuando se priorizan los derechos de la infancia por sobre los intereses comerciales, los resultados llegan: entornos más sanos, trayectorias de vida más saludables y sociedades más justas.

Oficial de Salud y Nutrición de UNICEF

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