Después de un 2023 marcado por un importante rezago nominal, tras el cambio de gobierno se empezó a observar una corrección en los precios relativos que aún continúa.
Se lanzó la carrera por la nominalidad: inflación versus dólar
Tras un primer cuatrimestre en el que el dólar paralelo fue la gran decepción entre las variables nominales, es crucial entender cómo podría evolucionar esta dinámica y cuáles podrían ser las mejores estrategias para posicionarse en cada una de ellas.
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En este contexto, el primer paso fue el salto devaluatorio de diciembre, que llevó al tipo de cambio oficial a alrededor de 800 pesos, provocando una corrección en los precios de toda la economía y una inercia inflacionaria muy alta en el primer trimestre del año.
Sin embargo, el dólar paralelo, si bien tocó los 1,240 pesos en enero, no logró seguir el ritmo de aumento de la inflación.
Por lo tanto, en el primer cuatrimestre del año, en términos de variables nominales, podemos establecer un ranking en el que la inflación (medida por el IPC) acumula un aumento del 64.4%, la tasa Badlar (plazo fijo tradicional) un 37.4%, el dólar oficial un 8.14%, y el dólar MEP apenas un 4%.
¿Qué podemos esperar para los próximos 8 meses del año?
Aquí hay dos factores a tener en cuenta. Por un lado, históricamente el primer semestre del año suele ser más favorable a la inflación en términos de nominalidad, mientras que el segundo semestre suele ser más propicio para el dólar.
Esto se debe a cuestiones estacionales como las liquidaciones del agro y los aumentos tarifarios, que tienden a ocurrir en mayor medida en los primeros meses del año.
En segundo lugar, debemos destacar el papel predominante que ha tenido la tasa en estos meses, ya que la opción de realizar carry trade era muy tentadora.
Sin embargo, con la última baja de tasas, la tasa Badlar ya se sitúa en alrededor del 50% de TNA, aproximadamente un 4% mensual. Esto resta atractivo a la colocación en plazo fijo y aumenta la presión sobre los tipos de cambio paralelos. De hecho, ya se observó un aumento en el dólar MEP, que pasó de 990 a 1040.
¿Qué activos financieros pueden protegernos mejor de una suba u otra?
Comenzando con la inflación, contamos con el Plazo Fijo UVA, que ajusta por inflación. Sin embargo, es importante destacar que cada banco establece sus propias reglas, por lo que también podemos considerar la opción de los títulos públicos dentro de la curva CER (coeficiente que ajusta por inflación).
Al cierre del 30-04, el TX26, un bono que vence en noviembre de 2026, puede ser una buena alternativa, ya que cerró con una tasa real del 0%, es decir, paga inflación más un 0% de spread. Esta tasa resulta atractiva dada la caída reciente en todas las tasas de la curva CER y ayuda a capturar el aumento de la inflación de manera directa. Estos títulos se adquieren a través de cualquier bróker o agente de bolsa.
Por otro lado, si queremos protegernos contra el aumento del dólar MEP, podemos comprar dólar MEP a través de cualquier agente de bolsa, o, si además queremos obtener algo de rendimiento con esos dólares, podemos invertirlos en obligaciones negociables, que son bonos emitidos por empresas, con un riesgo bajo y un rendimiento promedio del 8 al 9% anual.
En resumen, la carrera por la nominalidad entre la inflación y el dólar presenta desafíos y oportunidades para los inversores. Es fundamental comprender cómo estos dos factores interactúan en el panorama económico actual y cómo podemos protegernos y generar cierta rentabilidad.
Financial Advisor de Cocos Capital.
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