4 de julio 2005 - 00:00

Subsidios: Blair, menos crítico

El 1 de julio, en presencia de la Comisión Europea, presidida por José Manuel-Barroso (que lo avaló calurosamente), el primer ministro del Reino Unido inauguró en Londres su período presidencial. Tony Blair anunció que una cumbre extraordinaria de jefes de Estado y de gobierno discutirá en el otoño europeo la cuestión del modelo social que, orientado a proteger el empleo, «no funciona más». La prueba: 20 millones de desocupados, que resaltan con el éxito británico en la materia. La Comisión presentará un informe sobre la compatibilidad del modelo con la globalización que será la base de las discusiones; asimismo, se ha de informar sobre la ampliación de la Unión y la economía. Barroso advirtió que «nadie podrá imponer su punto de vista a los otros». Blair, en su discurso programa ante el Parlamento Europeo, ya había adelantado los objetivos por alcanzar durante los 6 meses de su mandato (harán falta 13 períodos para que Gran Bretaña acceda a otro), que son:

• Constitución Europea: el No ha sido el vehículo para expresar el amplio y profundo descontento con la situación actual. La causa «no ha sido el texto, sino el contexto»; «hay crisis de liderazgos, no institucional». El Parlamento de Chipre la ha ratificado -y Luxemburgo mantiene su fecha-, pero el reenvío hasta el 2007, las elecciones alemanas inevitables luego del retiro de la confianza por el Bundestag (inducido por el canciller Schröder en búsqueda de mejor pronóstico frente a la conservadora Ana Merckl) y, especialmente, la innecesariedad práctica de un texto que -salvo respecto de los derechos fundamentalescontiene básicamente la misma normativa aplicada pacíficamente (Tratado de Niza) descartan toda urgencia.

• Ampliación de la Unión: Blair apoya el ingreso turco (las tratativas se iniciarán en octubre) en función de una economía modernizada y un liderazgo claro.

• Presupuesto: el tema clave. Blair propone consultas bilaterales durante el verano para llegar a acordar en diciembre. Su estrategia es preconizar la modernización: mayor gasto en innovación, investigación, ciencia, tecnología, seguridad y medio ambiente. Todo requiere medios: reasignar los recursos de la Política Agraria Común (PAC) no alcanza. El rubro absorbe 0,35% del PBI de Europa (que destina 1% al presupuesto). Además, ya en presidente, señala que «sería absurdo y ridículo cambiar la PAC de un día para otro... los cambios deben abarcar varios años... iniciarlos en la segunda mitad del ejercicio 2007-'13...». Ergo, los subsidios -que protegen menos a los agricultores europeos que los de EE.UU. a los suyos- han de continuar. Aunque la postura británica resulta más conveniente a los intereses de nuestro país, la limitación temporal tan tempranamente aceptada trae amarga decepción.

Para Jean-Paul Fitoussi, el proyecto es retórico, no realista.

a) El reemplazo del
«modelo social» por el anglosajón (flexibilidad, menores garantías para el trabajador) no parece viable en un contexto de aumento de la desocupación y de reclamo de protección social. Incluso la deslocalización industrial está hoy cuestionada (el Senado de EE.UU. reexamina el CAFTA, Tratado de Libre Comercio de Centroamérica).

b) La modernización requiere recursos. El consenso de Lisboa fracasó por su ausencia.

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