5 de septiembre 2020 - 00:00

SECLO: 23° aniversario de la conciliación laboral obligatoria

Es una práctica para resolver que los conflictos individuales de trabajo tuvieran una rápida y juta solución, sin necesidad de ir a los tribunales.

Un acuerdo en el SECLO también se logra rápido: mes y medio promedio. Y si no se logra, permite ir a “juicio”. Vale aclarar que no se puede ir a tribunales, sino se pasa antes por el SECLO.

Un acuerdo en el SECLO también se logra rápido: mes y medio promedio. Y si no se logra, permite ir a “juicio”. Vale aclarar que no se puede ir a tribunales, sino se pasa antes por el SECLO.

Hace 23 años empezó a funcionar el Servicio de Conciliación Laboral Obligatoria (SECLO), para que los conflictos individuales de trabajo tuvieran una rápida y juta solución, sin necesidad de ir a los tribunales.

El mejor momento fue en el 2017 pues con un muchísimo menos costo edilicio y de salarios, resolvió más casos que todos los tribunales nacionales del trabajo, con sede en la Ciudad de Buenos Aires. En ese año, empezó a intentar repetirse en todas las provincias, incluso a importarse el eficaz procedimiento, lográndose interesar a la OIT y a la OEA.

En Mendoza se inició una experiencia similar a la CABA, y continúa resolviendo más del 40% de los conflictos laborales.

El Ministerio de Trabajo publicó, en un libro con los colores patrios, esta Política de Estado, con aportes doctrinarios basados en experiencias acreditables

Las dos modalidades de solución que establece la Ley 24.635, el acuerdo y el arbitraje, se estaban utilizando plenamente y empezaron a enseñarse en la Facultad de Derecho de la UBA y en la Universidad de Rosario.

No había grieta, porque en ese 20° Aniversario, que se conmemoró al mejor estilo uruguayo, el director designado por el gobierno de Mauricio Macri, invitó a su predecesor. Meses después cambiaron los funcionarios, continuó cerrada la designación de nuevos conciliadores, quitaron los accidentes laborales de la competencia del SECLO y de los Tribunales de Trabajo. Vinieron las elecciones nacionales, cambió el color partidario, pero no los funcionarios y el SECLO se cerró durante la cuarentena.

La digitalización está imponiéndose, pero las notificaciones no se confirman oportunamente y eso demora los trámites, los criterios de homologación son más políticos que jurídicos y hasta se creó una Comisión para atender, por separado, los reclamos de parte de los trabajadores irregulares, aunque ya eran tutelados por el SECLO hace 23 años.

He propuesto una línea de créditos para que las pymes paguen lo que le deben a los trabajadores. El nuevo paradigma es que los despidos no existen pero, como dijo Churchill "que los hay, los hay".

(*) Árbitro y conciliador laboral, matrícula 112.

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