12 de julio 2007 - 00:00

Abrazan a Picolotti y denuncian presiones

Pasó una noche, y el gobierno giró del preaviso de despido de Romina Picolotti a abrazarse a la secretaria de Medio Ambiente y sostenerla en el cargo. Ese paso del odio al amor quizá lo explique la herramienta que usaron Néstor Kirchner y Alberto Fernández para defenderla: atacar al monopolio «Clarín», medio que publicó una serie de denuncias por presuntas irregularidades, negadas todas en una tediosa conferencia de prensa que perdió rango ante la lectura de la condena en el caso Belsunce. Buscó el gobierno que coincidieran los dos shows televisivos para quitarle, de paso, expectativa al asunto. Seguirá Picolotti, pero le ponen una vigilancia «pingüina» en la Secretaría para que modere costumbres y ese aire de familia que busca darle a su oficina. Mal clima con las féminas del gabinete, porque se complica, además, en la Justicia Felisa Miceli por el caso de la bolsa extravagante con dinero que aún no se sabe de dónde venía ni adónde iba. Ayer, presentaron una denuncia para investigar ahora a su hermano Horacio, proveedor de esos fondos, según confesión de la ministra.

Romina Picolotti y Alberto Fernández ayer, luego de la reunión que mantuvieron la secretariade Ambiente y Desarrollo Sustentable, y el gobierno para confirmar su continuidad enel cargo.
Romina Picolotti y Alberto Fernández ayer, luego de la reunión que mantuvieron la secretaria de Ambiente y Desarrollo Sustentable, y el gobierno para confirmar su continuidad en el cargo.
El gobierno apeló ayer a una fórmula inversa para salvar a Romina Picolotti: atacó con ferocidad al diario «Clarín» por la investigación publicada contra la funcionaria de Ambiente, en un intento por disfrazar la sociedad que comparte el Estado con el monopolio en Papel Prensa, empresa investigada por la propia secretaria de ecología por presunta contaminación del Riachuelo.

La maniobra tuvo como vocero al jefe de Gabinete, Alberto Fernández, que respaldó enfáticamente a la secretaria de Ambiente y Desarrollo Sustentable asegurando que las denuncias publicadas por el diario forman parte de una «operación política» contra el gobierno.

De esta manera creyó Néstor Kirchner que ejerciendo presión y violencia sobre el mensajero podría maquillar el concepto societario que domina la relación con el monopolio.

Luego de una jornada en la que arreciaron los rumores sobre el inminente desplazamiento de la funcionaria, el jefe de ministros convocó a una conferencia de prensa hombro a hombro con Picolotti, en la que se exhibió una sucesión de imágenes montadas sobre un Powerpoint, que replicaba cada una de las acusaciones, titulado «La verdad de los hechos».

«Es un artículo extraño, firmado por un autodenominado periodista de investigación, pero que en realidad repite textualmente el contenido de una carpeta que comenzó a circular hace 60 días por nuestros despachos y que contenía una clara operación política», acusó Fernández en referencia a la presunta responsabilidad de Bruno Carpinetti, un ex funcionario de la Secretaría de Ambiente, en la difusión del material publicado.

Precisamente, ese informe periodístico contra el que cargó el jefe de Gabinete motivó una serie de denuncias penales contra la funcionaria por «malversación y defraudación al Estado».

La continuidad de Picolotti, quien llegó hace un año al gobierno en el marco de la lucha contra la instalación de las papeleras en Fray Bentos, parecía asegurada luego de la ferviente defensa de Fernández.

  • Clima tenso

    La conclusión fue el resultado de varias reuniones con la funcionaria en la propia Casa Rosada, que se realizaron entre el martes a la noche y ayer a la mañana, en medio de un clima de tensión signado por el análisis minucioso de un abultado informe escrito que la abogada cordobesa elaboró a modo de descargo.

    «Como es de su conocimiento», arrancó la experta en ecología, «asumí el cargo en el marco de la decisión presidencial de jerarquizar y erigir como política de Estado la protección del medio ambiente», completó. «Por eso -resumió- estimo necesario transmitirle algunas informaciones a los efectos de que usted, ministro Fernández, estime corresponder.»
    «No tengo nada que ocultar; desde que he asumido mantuve una gestión transparente», se defendió.

    Con ese bagaje de datos, facturas, expedientes, decretos y comprobantes, Fernández caminó hacia el despacho del Presidente, con quien definió finalmente mantener a Picolotti -al menos por ahora- en el cargo.

  • Réplicas

    Las siguientes son algunas de las réplicas expuestas durante el encuentro con los medios:

  • Se admitió que en la Secretaría fueron contratados 306 empleados, que fueron incorporados a la planta de 422 agentes con conocimiento de la Auditoría General de la Nación, a fin de «reforzar institucionalmente» el área.

    Estas contrataciones se hicieron bajo la modalidad de «empleo público» y 78 por ciento de los contratados tiene título universitario.

  • Calificaron como un «disparate» las versiones sobre el pago de sueldos desmedidos al personal del área. Según Picolotti, no se registra en su cartera ningún sueldo del orden de los 12.000 o 25.000 pesos.

  • El jefe de Gabinete aseguró que del total de contratos suscriptos «sólo se registra uno a favor de una prima hermana de la secretaria Romina Picolotti». «Su sueldo es de 3.500 pesos y es una profesional de comprobada experiencia en psicología comunitaria especializada en política y salud mental.»

  • Sobre el uso de aviones privados, la funcionaria dijo que «sólo de manera excepcional, ante la falta de frecuencia de vuelos o por problemas de operación aeronáutica, recurrí a la contratación de vuelos particulares en seis oportunidades».

    «Nunca subieron a estos vuelos personas que no fueran funcionarios de la Nación. Todos los viajes fueron exclusivamente por cuestiones de trabajo.»

  • Finalmente, en cuanto a la relación con la Fundación ArgenINTA, Picolotti dijo que «el procedimiento de vinculación se efectúa mediante un acuerdo marco de colaboración que permite relacionar institucionalmente a la Fundación con la Secretaría de Ambiente. Esta fundación es de carácter público y está sometida a los controles establecidos por la ley».
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