6 de julio 2006 - 00:00

Alberto Fernández: "El gobierno no quiso esconder este proyecto"

Casi 5 horasduró laexposicióndel jefe deGabinete,AlbertoFernández,en elSenado.
Casi 5 horas duró la exposición del jefe de Gabinete, Alberto Fernández, en el Senado.
Alberto Fernández utilizó ayer la totalidad de su informe bimestral al Senado para defender el proyecto oficial de reforma a la Ley de Administración Financiera para ampliar los poderes del jefe de Gabinete en la reasignación de partidas presupuestarias, más conocidos como los superpoderes. En el mismo día en que los senadores del peronismo apuraron el dictamen, Fernández inició su exposición, ayudado de una presentación audiovisual, aclarando acusaciones de la oposición que había reproducido la prensa, algo que fue luego repetido por Cristina Fernández (ver nota aparte): «No quisimos esconder este proyecto. Consideramos que es una herramienta necesaria para administrar. Lo último que nos interesaba era que esto pasara inadvertido. Hay normas que alguna vez se dictaron que deben ser corregidas. Son normas que se requieren para favorecer la buena gestión de la cosa pública».

Desde ese momento, comenzó a mostrar un informe que preparó personalmente, sobre el uso de las facultades de cada poder en el manejo de fondos públicos y, sobre todo, la historia de los superpoderes en la Argentina. «Hay un poder que administra y un poder legislativo que legisla. Y hay tres grandes normas que regulan el tema: el Presupuesto nacional, la Ley de Administración Financiera, una ley tratada en el 92, anterior a la reforma constitucional, y el régimen federal de responsabilidad fiscal».

Comparó luego el sistema que propone el gobierno con las facultades amplias que tienen los gobernadores para modificar sus presupuestos, después de haber sido votados por las legislaturas locales.

Fernández se tomó incluso un tiempo para referirse a quienes acusan al gobierno de querer concentrar la suma del poder público y, en especial, a Mauricio Macri cuando recordó que hasta «un ex acusado de contrabando de autos sale a decir que falta transparencia». Más tarde, habló nuevamente de él: «Supongo que en Alemania mirando los partidos no debe haber tenido tiempo para estudiar este tema».

  • Facultades

    Razonó el jefe de Gabinete que al Poder Legislativo le corresponde legislar y controlar; y al Ejecutivo, ejecutar, y de ahí la necesidad de contar con libertad para introducir modificaciones en esa ejecución: «El Congreso tiene la facultad de fijar el nivel de gasto y recursos y el rol de control. En ningún lugar la Constitución dice que el Congreso coadministra con el Ejecutivo», dijo para explicar la necesidad de mayores facultades.

    Y tal como había sucedido en declaraciones anteriores, Raúl Alfonsín tampoco quedó fuera de la crítica: «No puede decir que esto es la muerte de la República. Miren, en el 88 no hubo Presupuesto; en esos años incluso la moneda se creó por decreto. Hubo hiperinflación; la Argentina tuvo todo eso, y mi querido Alfonsín ahora me dice que es la muerte de la República».

    Pero fuera de esas calificaciones del jefe de Gabinete hubo algunas afirmaciones que parecieron contradecir la doctrina en materia de administración: «El Presupuesto es un pronóstico de lo que se supone que va a suceder en el próximo período: se elabora en marzo, se envía al Congreso en setiembre y en diciembre se vota para el año siguiente.
    Por el vértigo de la realidad y los cambios, la ejecución del Presupuesto no es exactamente lo que el Presupuesto dice»,
    resumió. Puso, incluso, el ejemplo de las inundacionesen Tierra del Fuego: «¿A alguno de ustedes se le ocurre que para asistir a un desastre como ése el Presidente va a elaborar un proyecto de ley y enviarlo al Congreso para que modifique el Presupuesto? Definitivamente,creo que los gobiernosprovinciales hacen lo correcto teniendo estas facultades. Lo que no entiendo es por qué ellos lo pueden tener y la Nación no», intentó convencer.

    Tal como había anticipado Ambito Financiero, Fernández hizo un puntilloso repaso de los superpoderes que el Congreso le otorgó a De la Rúa meses antes de su salida del gobierno:

    «Podía garantizar deuda con activos públicos, organismos autárquicos podían ser fusionados, podían ser transferidos a las provincias, a esos organismos se autorizó a convertirlos en sociedades anónimas, a modificar la Ley de Ministerios, a fijar exenciones impositivas, a modificar leyes de obras sociales, se lo autorizó a emitir bonos y venderlos en el mercado y a pasar empleados públicos a la Ley de Contrato de Trabajo. ¿No es un poco exagerado acusar al gobierno de autoritario cuando en otros gobiernos se dieron superpoderes para terminar en hecatombes?».

    Las respuestas más duras a Fernández llegaron de Rodolfo Terragno y los radicales Ernesto Sanz y Gerardo Morales, quien fue la voz de los gobernadores, al punto que pareció representar en el recinto incluso a los radicales más cercanos a Kirchner que también habían puesto reparos al proyecto: «Si algún gobernador se sentía condicionado en el reparto de fondos, después de esta ley puede sentirse de rodillas».

    Terragno arrancó con una advertencia imposible de cumplir: «El funcionario que acaba de exponer tiene dos jefes: el Presidente y este Congreso, que lo puede despedir. Después de 15 meses, viene y nos dice algunas cosas con vehemencia. Por supuesto que el Congreso no tiene que compartir la función administradora. Pero la Constitución es clara: el Congreso fija el Presupuesto y el jefe de Gabinete lo ejecuta. A nadie se le ocurriría pensar que cuando la Constitución dice 'hace recaudar las rentas de la República', se le diera la facultad de recaudar impuestos. Y cuando dice que el Poder Ejecutivo 'ejecuta' el Presupuesto, quiere decir que fija las partidas». Quizás en la respuesta más clara a Fernández, Terragno explicó: «Cuando se produjo el desastre del huracán Katrina, Bush se dirigió al Congreso para pedir una ampliación de 3,21% del presupuesto; no lo hizo por decreto».
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