8 de octubre 2007 - 00:00

Ataque de Bergoglio a Kirchner por INDEC

Nunca fue tan directa la crítica de la Iglesia Católica contra el gobierno como en el sermón de ayer de Jorge Bergoglio en Luján. El jefe del Episcopado volvió a defender el INDEC celestial y, sin nombrar a Néstor Kirchner, aseguró ante una multitud: "Todos sabemos que hay alguien que no quiere la verdad". Fue la tácitarespuesta a la defensa oficialista de los índices, calificados por Néstor Kirchner de "perfectos". "El mentiroso por esencia que nos muestra vidrios de colores y nos quiere hacer creer que son joyas preciosas", embistió el cardenal en sintonía con el resto de la oposición.

Jorge Bergoglio encabezóuna masiva homilíaen la Basílica de Luján,donde reunió máspúblico que cualquiercandidato opositor.
Jorge Bergoglio encabezó una masiva homilía en la Basílica de Luján, donde reunió más público que cualquier candidato opositor.
En la recta final de la campaña electoral, Jorge Bergoglio se sumó a la embestida de la oposición por los distorsionados índices de inflación del INDEC. Sin nombrar a Néstor Kirchner, ni al organismo público encargado de medir las variaciones de precios, el jefe del Episcopado alertó ayer en Luján sobre «el mentiroso por esencia que nos muestra vidrios de colores y nos quiere hacer creer que son joyas preciosas».

En su homilía, Bergoglio afirmó que «todos sabemos que hay alguien que no quiere la verdad», que «Jesús le puso un nombre. Es el padre de la mentira, el demonio». Y recordó que «ya en el desierto se le apareció y le dibujaba escenarios distintos de mentira para que se apartara de la verdad por la cual él había venido». Una crítica velada a las cifras inflacionarias y a los datos difundidos por el INDEC, que Néstor Kirchner definió como «perfectos».

Un discurso metafórico, plagado de citas bíblicas, pero con el veneno inconfundible del cardenal contra un gobierno que se negó a recibirlo en sus cuatro años de gestión y que lo acusa de ser el jefe oculto de la oposición. Casi parafraseó el jesuita a Kirchner, quien en uno de sus embates contra la Iglesia Católica había dicho este año que el «diablo penetra algunas sotanas».

Ayer, ante una multitud, Bergoglio advirtió sobre «el demonio, que nos engaña, nos promete y no nos paga, porque como es mentiroso, es un mal pagador». Todo apenas unas semanas después de la visita de Néstor y Cristina Kirchner a la Basílica de Luján, donde prometieron más fondos para remodelar ese templo. «Para que se nos defienda de esta confusión de la mentira, que el demonio siempre procura meternos en el corazón, recemos a la Virgen: 'Madre, ayúdanos a vivir en la verdad'», rogó el primado argentino ante miles de fieles.

La batalla entre Bergoglio y la Casa Rosada por los índices económicos y sociales estalló en mayo de este año, cuando el purpurado denunció ante obispos del todo el mundo, desde la conferencia del CELAM en Aparecida, Brasil, la existencia de una «pobreza escandalosa». Jorge Bergoglio y el gobierno nacional parecen haber estrenado una nueva etapa en sus ya abiertos enfrentamientos. De inmediato, Alberto Fernández, mandó al cardenal a « estudiar un poquito» al rechazar la denuncia episcopal.

  • Pobreza

    Kirchner se enfureció en ese momento al enterarse de que Bergoglio había aprovechado una tribuna internacional como la V Conferencia del Consejo Episcopal Latinoamericano y del Caribe (CELAM) para difundir cifras del período 2002-2006 sobre el aumento de la pobreza y la indigencia. «Entre 2002 y 2006 en la Argentina crecieron 8,7% los índices de medición de la indigencia; hay 26,9% en el nivel de pobreza y estamos en la región aparentemente más desigual de mundo, la que más creció y menos redujo la miseria», había disparado el jefe del Episcopado argentino ante un centenar de obispos de todo el continente.

    Bergoglio encabezó desde las 7 de la mañana la misa central concelebrada de la 33ª peregrinación juvenil a Luján, ante decenas de miles de fieles que llegaron a la plaza principal desde distintos puntos del país. La misa fue la culminación de la marcha de casi sesenta kilómetros que salió ayer a la tarde desde el santuario de San Cayetano, en el barrio porteño de Liniers, y se extendió por casi quince horas bajo el lema «Madre, ayúdanos a vivir en la verdad».

    Estuvo presente Juan Carlos Blumberg, candidato a gobernador en la provincia de Buenos Aires de Jorge Sobisch. También hubo pancartas y pasacalles con consignas contra el aborto, a cargo de grupos religiosos conservadores, que recibieron a Bergoglio como si fuese un candidato más.

    Casi aclarando lo obvio, Blumberg explicó que las críticas del cardenal contra los que «engañan», tuvieron como destinatario a Kirchner. «Interpreto que fue un mensaje contra este gobierno que nos miente continuamente», sostuvo el candidato, quien escuchó las palabras del arzobispo de Buenos Aires ubicado muy cerca del escenario levantado en la plaza Belgrano, donde se desarrolló la misa de cierre de la peregrinación a pie a Luján.

    La basílica también estuvo embanderada con pañuelos blancos, al cumplirse 30 años de la primera aparición de este símbolo por el cual son reconocidas las Madres de Plaza de Mayo en su lucha por conocer el destino de los hijos desaparecidos durante la dictadura militar.
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