Avanzan superpoderes, herramienta electoral
La Comisión de Asuntos Constitucionales del Senado aprobó ayer los que, para enojo del gobierno, se conocen como «superpoderes» del jefe de Gabinete. Cuando esta reforma se apruebe en ambas cámaras -lo que se descuenta sucederá-, ese funcionario tendrá la facultad de modificar el destino de los gastos previstos en el Presupuesto nacional. Es una atribución que ya tenía pero debía reclamarla año tras año. Ahora, a pesar de un debate bastante dramático con la oposición, conseguirá esa ventaja de modo permanente. El recurso es clave para la estrategia electoral del gobierno. La red de captación de gobernadores e intendentes radicales, por ejemplo, se hace a través de obras públicas y subsidios consignados en el Presupuesto. Con estas facultades extraordinarias de su jefe de Gabinete, Néstor Kirchner no deberá comprometerse este año, cuando se trate esa «ley de leyes», a «pagar» la adhesión de esos gobernantes. Las partidas podrán asignarse -o no-según cómo marche una negociación que llevará varios meses, hasta que se armen las listas.
-
A la espera del repunte económico, el Gobierno refuerza su batalla cultural
-
Milei oficializó a sus candidatos para la Corte Suprema
En realidad, el oficialismo ya había acordado introducir dos modificaciones: establecer la obligación de que el jefe de Gabinete informe trimestralmente al Congreso sobre el uso de las facultades que se le están cediendo y un cambio semántico por el que se cambia la palabra «facúltese al jefe de Gabinete» por «el jefe de Gabinete podrá», de manera de morigerar la carga de una cesión de poderes especiales que la Constitución obliga a que sean sólo en forma temporaria y no permanente como se está sancionando en el nuevo proyecto.
Pero ésos no eran los únicos cambios pedidos. La salteña Sonia Escudero llegó a decir que «esta posibilidad que estaríamos asignando al jefe de Gabinete de modificar partidas sin sujeción a la Ley de Responsabilidad Fiscal es retroceder en la calidad institucional que hemos conseguido con tanto esfuerzo». Se refería a una exigencia que también hicieron llegar al Congreso gobernadores radicales, incluido el mendocino Julio Cobos y que, se dijo, compartía inclusive algún allegado a la Casa de Gobierno: eliminar del proyecto el párrafo donde se exime al Jefe de Gabinete de cumplir con el artículo 15 de la Ley de Responsabilidad Fiscal que prohíbe la posibilidad de modificar la finalidad del gasto, ejecutando como gasto corriente partidas destinadas por el Congreso a gasto de capital.
Escudero, como también lo hizo otro peronista, López Arias, insistieron en la imposibilidad de ceder facultades el forma permanente por prohibirlo la Constitución Nacional en el artículo 76. Puso también como ejemplo la ejecución del Presupuesto 2005, sobre el que el jefe de Gabinete tuvo facultades similares a las que ahora se quiere establecer a perpetuidad. «Hasta el 5 de diciembre pasado se dictaron en total 72 decisiones que implicaron 128 modificaciones al Presupuesto por un monto total de $ 5.161 millones.» Y agregó que «vía seis decretos de necesidad y urgencia se incorporaron $ 8.560 millones que no estaban previstos».
En ese sentido, otro de los cambios propuestos giró en torno a introducir un porcentaje límite en relación con el monto del Presupuesto para los cambios que el jefe de Gabinete aplique a las partidas presupuestarias de entre 5% y 10% del total. Con esos pedidos Capitanich partió a la reunión de bloque del Frente para la Victoria. Se supo luego que ninguno de los cambios, salvo los aceptados en inicio, habían sido introducidos. Lo confirmó el propio Capitanich luego en el recinto: «Hemos emitido el dictamen con las nueve firmas de nuestro bloque. Nosotros no vamos a aceptar ningún tipo de límite para la reasignación de partidas del jefe de Gabinete, porque creemos en su responsabilidad».
Dejá tu comentario