Luego del traspié mediático ocasionado por su tardío reconocimiento de que no es ingeniero -título que inopinadamente utilizaba como muestra de presunción-, Juan Carlos Blumberg ya decidió que igual se presentará como candidato a gobernador por la provincia de Buenos Aires. Finalmente, en su cercanía se admite: «Nadie acompañó a Blumberg en sus marchas porque fuera ingeniero, sino porque representaba una queja, personalizaba el temor popular por la falta de seguridad».
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Aunque no fue decisivo, lo cierto es que la admisión de la candidatura se realizó en un encuentro reservado (almuerzo, más precisamente) entre un duhaldista incontinente, Daniel «Chicho» Basile, y los diputados Hugo Franco y Carlos Dellepiane, entre otros. Se mostraron encuestas en esa oportunidad en las cuales a Blumberg no lo habría dañado, en exceso, el impacto moral por el uso de un título del que carecía. Esos sondeos que habían perjudicado por un motivo parecido -no igual- a Jorge Telerman no producen el mismo efecto en el padre del joven Axel. En ese cuadro de situación, con pretensiones de frente, queda un interrogante: ¿cuál será el respaldo o abstención del PRO de Mauricio Macri? En ese núcleo nadie quiere escuchar la palabra frente, sólo la marca PRO.
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