17 de enero 2007 - 00:00

Cristina canceló viaje: no hará campaña en EE.UU.

Hillary Clinton
Hillary Clinton
Hay una razón formal, de manual, y otra menos pública. Con matices, las dos se usan para explicar por qué, en pleno preparativo, Néstor Kirchner ordenó desactivar el viaje de Cristina Fernández a EE.UU. donde, como cita estelar, se vería con Hillary Clinton.

El argumento usual es que la Casa Rosada -léase Kirchner- no quiere que la prensa interprete la visita de Cristina a Washington, que se programaba para el mes de abril, como una gira de lanzamiento de la candidatura presidencial de la primera dama.

Y de eso, justamente, se trataba la idea inicial: mostrar a la senadora en tribunas sofisticadas, junto a otra dama presidenciable como Hillary, lo que sería un escenario apto para anunciar el renunciamiento de Kirchner para dejar en su lugar a Cristina.

Ahora, la primera dama deberá tomar nota de la reservade su esposo, el Presidente: ¿por qué Kirchner se rehúsa a que el viaje de Cristina se lea como su lanzamiento?, ¿será porque ni él mismo está convencido de cederle la candidatura presidencial a su mujer?

Por lo pronto todo volvió a foja cero. La orden partió del despacho presidencial y los aprestos quedaron congelados a la espera de una contraordenque, posiblemente, nunca se verbalice.

Subyace, en paralelo, otro fundamento menos cómodo para el gobierno sobre por qué se volteó la visita de Cristina a EE.UU. Responde menos a los formalismos que se explican más arriba que al mercado político interno, sobre todo en lo vinculado al alineamiento internacional del gobierno.

  • Motivos

    Luego del impulso que el gobierno le dio a la pesquisa judicial de la causa AMIA, que Washington anotó como elemento para arrinconar a Irán, desde sectores del kirchnerismo y, particularmente sus socios regionales, pusieron el foco en los pasos del Presidente.

    Un viaje a EE.UU. exclusivamente para que Cristina se cite con Hillary habría dado motivos -sin duda poco sólidos, cuando en realidad serían más atendibles las quejas sobre cierto cholulismo político- para sospechar que los Kirchner ensayan un realineamiento, que tiene anclaje en el Partido Demócrata.

    Ningún lugar menos deseado para el Presidente: con Hugo Chávez como exportador de socialismo y abrepuertas latinoamericano del iraní, Mahmud Ahmadineyad, frente a una ola de gobiernos populistas en la región, a Kirchner le espantaría quedar emparentando a EE.UU.

    Supone, claro, ceder a la presión chavista que quiere alinear a todo Sudamérica en la vereda de enfrente del «imperio», como grita el bolivariano, mientras remite diariamente millones de barriles de petróleo.

    De todos modos, el patagónico mantiene en pie la decisión de estar en ese país para la reunión en las Naciones Unidas de setiembre, fecha en que estará clarificado quién será el candidato del gobierno, y con la ONU como agenda, si se quiere irreprochable.
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