Cristina queda en zona gris
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Anoche, en el kirchnerismo se apuraban a aclarar que el plan Cristina no sufrirá cambios. Para el registro sirve recordar un detalle: la derrota misionera obligó a Kirchner a degollar a dos socios -Eduardo Fellner y Felipe Solá- con pretensiones de reelección.
Es más: se insistía en que se logró el objetivo de la Casa Rosada que era aproximarse a 40 por ciento que serviría como piso para el/la candidato/a presidencial que el kirchnerismo presentará en octubre. Parece, en principio, un consuelo amargo.
Parece, eso sí, que algún artefacto político funciona mal en el planeta K. O ciertos datos son falsos. Según los testeos del gobierno, más de la mitad de los porteños y siete de diez fueguinos respaldan al Presidente. ¿Por qué, entonces, sus candidatos pierden y a veces por paliza?
Alberto Fernández dijo ayer que Macri ganó porque logró «no nacionalizar» la elección. Es un atajo para desvincular a Kirchner de la derrota de Filmus. Carlos Kunkel se plegó y elogió que mejor elección» del peronismo en la Capital en los últimos años.
En Tierra del Fuego, el gobierno estableció como táctica la amenaza del dilema Kirchner o Carrió. Perdió Cóccaro. ¿No ganó Carrió?
Es una situación frecuente. Carlos Rovira reina en la galería de los candidatos K derrotados donde también hacen fila Filmus y Cóccaro. También el fueguino Jorge Garramuño y Miguel Pichetto tienen butacas con su nombre en ese club cada vez menos selecto.
Hugo Cóccaro es un personaje que, sin pasión, la historia devorará velozmente. Fue, sin embargo, hasta ayer la esperanza de Kirchner en la lejana Tierra del Fuego. Un comando político K se instaló en la provincia -sin éxito-para tratar de revertir el tropezón.
En Capital, el patagónico prefirió inventar a Daniel Filmus a pesar de que Telerman se le ofrecía sin condiciones como su candidato oficial. Ese zigzagueo derivó en la victoria abrumadora de Macri en la primera vuelta y el cómodo triunfo de ayer.
Por momentos, todo fue peor: al mediodía, a Olivos llegó una boca de urna que le daba a Macri una diferencia de 50 puntos. A esa hora, los delegados de Kirchner en el Sur anunciaban una derrota reñida de Cóccaro. Filmus acortó distancia; Cóccaro derrapó.
Desde el kirchnerismo ayer se lanzaban a pronosticar que en adelante el horizonte electoral asoma despejado. Salvo Santa Fe -donde se augura un triunfo de Hermes Binner-, las fechas de votación hasta el 28 de octubre no ofrecen problemas serios para el gobierno.
Ninguna derrota es gratuita, y ayer los candidatos de Kirchner fueron superados por derecha y por izquierda. Es una razón suficiente, casi obligada, para que el plan Cristina --aunque dar una sola pista sería admitir debilidad-quede bajo observación.
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