27 de mayo 2020 - 00:00

Oficialismo avanza en el Congreso para investigar la deuda 2015-2019

El Frente de Todos unió dos pedidos de informes de los senadores cristinistas Oscar Parrilli y María de los Ángeles Sacnun. Críticas opositoras no fueron tenidas en cuenta.

Luciano Laspina y José Mayans

Luciano Laspina y José Mayans

El kirchnerismo activó ayer en el Congreso un escaneo fino del endeudamiento contraído durante la gestión macrista, al avanzar con un pedido de informes al Banco Central y a diferentes organismos públicos e instituciones para que se detalle lo que, según el oficialismo, fue la “fuga de capitales” -en medio de varias contradicciones y errores a la hora de utilizar dicho concepto- entre 2015 y 2019.

La ejecución de órdenes sin chistar no quedó allí: el Frente de Todos y sus aliados también bloquearon los pedidos opositores para sumar a ese análisis lo actuado entre 2003 y 2015. Ni siquiera se aceptó tomar el período 2011-2015, en una reunión de la comisión bicameral de seguimiento y “control” de deuda que es manejada por el jefe de la bancada kirchnerista en la Cámara alta, José Mayans.

Durante el convite, los senadores cristinistas Oscar Parrilli (Neuquén) y María de los Ángeles Sacnun (Santa Fe) solicitaron dos pedidos de informe que terminaron uniéndose en una sola presentación. El primero apuntó a requerimientos al Banco Central, tras el documento de dicha institución que habla de “fuga de capitales” entre enero de 2016 y octubre de 2019 por u$s86.200 millones. En tanto, la legisladora, habló de causas judiciales abiertas y exigió consultas a la Corte Suprema de Justicia y al Ministerio de Economía por el acuerdo 2018 con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

“No nos interesa ir en busca de argentinos que tengan una suma de dinero para resguardar, pero sí quienes fugaron. Y si hubo responsabilidad de funcionarios, en muchos casos, con fondos extranjeros”, aseguró Parrilli, quien agregó la necesidad de “saber si hubo grupos inversores con información privilegiada, si compraron dólares baratos”.

Parrilli también habló de empresas. Sin embargo, dijo que pretende un cruce de información con la AFIP para conocer la declaración de divisas de personas físicas y jurídicas -el monto base a tener en cuenta con respecto a la compra en el período investigado será de u$s300.000-, así como de las entidades, fondos de inversión y estudios jurídicos que cobraron comisiones en procesos en los que el Estado tomó deuda.

“Las decisiones de política económica no son de posible judicialización. En eso, me diferencio de mi espacio”, comenzó al momento de la réplica opositora el diputado macrista Luciano Laspina, espada económica del PRO en el Congreso y extitular de la comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara baja. El legislador se refirió, en esa línea, a la causa sobre el dólar futuro, a la que calificó de “genocidio -sic- de recursos públicos”.

En los siguientes minutos, Laspina fulminó el relato K y desnudó la imposibilidad que tiene el oficialismo de abrir el debate al período 2003-2015. Sobre esta cuestión, el diputado manifestó: “Por ejemplo, la estatización de YPF costó unos u$s8.000 millones que no sirvieron para el autoabastecimiento ni para fomentar la inversión. Hoy, la empresa vale el 10% de ese valor inicial y fue una masacre financiera, y los argentinos encima pagamos ahora un sobreprecio por el barril criollo para que la empresa no tenga pérdidas”.

Como si fuera poco, Laspina recordó “el cupón PBI, que costó una friolera de dólares y la seguimos pagando por sentencias que costaron u$s17.000 millones, y hubo que saldarlos para que no embargaran a la Fragata Libertad”. El legislador por Santa Fe tampoco se olvidó de los bonos atados a inflación de 2005 y la posterior intervención del INDEC, y del jugoso pago al Club de París que gatilló el entonces ministro de Economía y actual gobernador bonaerense, Axel Kicillof.

Al extender su discurso, Mayans lo apuró para finalizar y Laspina sacó su peor versión. Es decir, pisó el palito y se convirtió en lo que quería el oficialismo: un opositor enojado para tapar los argumentos esgrimidos. “Yo puedo tener la cara, pero no me tome por boludo”, espetó el macrista mientras golpeaba su mesa, en plena videoconferencia. Si bien se disculpó, los cruces continuaron con penosas intervenciones a micrófono abierto del diputado ultra K Rodolfo Tailhade y del senador macrista Esteban Bullrich, entre otros.

“La ‘fuga’ que ustedes mencionan fue de u$s25.000 millones en 2015, por encima del promedio que se ‘fugaron’, entre comillas, en promedio entre 2016 y 2019. Pongamos en la hoguera a los dos -gobiernos, macrismo y kirchnerismo- por igual”, sostuvo Laspina, quien dejó claro que el problema no es “imputable” a una gestión “sino a una generación política”. El oficialismo y aliados negaron la propuesta y ganaron la votación 12 a seis.

Explicaciones

Desde el radicalismo, el senador Martín Lousteau aseveró: “El origen de la deuda siempre es el déficit. Si no es el origen de la deuda con los mercados, es con la deuda con los jubilados o con el PAMI o con Venezuela y si no es así, y es anclando el tipo de cambio, después termina en devaluación”.

Lousteau luego expresó: “No toda la formación de activos externos es fuga, y en esa formación y la compra de divisas que no sea argentina, ahí va a haber pequeños ahorristas, otros que compran con mayores volúmenes y también empresas, y todo eso puede ser legal o ilegal. Ahora, respecto a cuánto se compra, seguramente están en relación con el patrimonio y primero tenemos que ver por qué la gente hace esto; segundo, no solamente cuánto se compra, sino los que compran con algún grado de ilegalidad”.

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