5 de junio 2002 - 00:00

Diputados intentarán tratar mañana proyecto para caducar mandatos

La sesión especial de Diputados sobre caducidad de mandatos fue convocada formalmente para mañana a las 11, aunque se trata de una cita destinada al fracaso, porque resultará difícil que reúnan el quórum de 129 presentes. La mayoría del bloque peronista -al que pertenecen el tucumano Ricardo Falú y los demás promotores de la deliberación-se opone a ventilar en el recinto la polémica sobre el eventual adelantamiento de elecciones.

Ayer se produjo una reacción en cadena contra Falú y compañía, que puso al descubierto un realineamiento identificado con el oficialismo, expresado por el duhaldista Lorenzo Pepe, el fueguino Omar Becerra y el ex cavallista Guillermo Johnson. Es decir que existen diferentes escalas de adhesión al Ejecutivo en este núcleo que va desde la incondicionalidad de los bonaerenses hasta la lealtad de los demás. En la vereda de enfrente, se formó una corriente similar a la que boicoteó hasta último momento la derogación de la ley de «subversión económica» en el Senado, con Jorge Yoma, Jorge Busti y Cristina Fernández de Kirchner, en calidad de caciques.

Johnson
refirió al aspecto jurídico del proyecto sobre la renuncia masiva de los 257 miembros de la Cámara para cumplir la demanda de los caceroleros («que se vayan todos») y adelantar los comicios generales. Repitiendo argumentos del demócrata progresista Alberto Natale, Johnson recordó que se necesita una reforma constitucional para dar por vencidos los mandatos.

•Golpe de Estado

Desde el plano político, Becerra denunció que «quienes piden que se vayan todos intentan un golpe de Estado civil». En ese sentido, les reclamó a Falú y sus amigos que «presenten sus renuncias y las de los suplentes». Sin disimular sus intenciones, Pepe directamente aseguró que «hay un plan para que Eduardo Duhalde se vaya», si bien eludió acusar a los colegas que auspician la caducidad de períodos legislativos.

Del otro lado, junto a Falú -que mantiene una feroz interna con el gobernador Julio Miranda-, se encolumnaron, entre otros, los delegados de Néstor Kirchner (con Sergio Acevedo, a la cabeza) y los de Busti (Blanca Osuna y Teresa Ferrari), enfrentados en distinto grado con el presidente designado. Kirchner trabaja para que Duhalde renuncie y haya elecciones presidenciales, mientras que Busti apenas muestra su enemistad con el gobierno por haber privilegiado la «entente» con la UCR de Raúl Alfonsín. Esta alianza evitó la caída del gobernador entrerriano Sergio Montiel, a quien Busti le armó un frustrado juicio político.

El mismo Busti forma parte del heterogéneo grupo de 8 disidentes del PJ en el Senado que se opusieron a la derogación de «subversión económica». Al mesopotámico lo secundó la senadora comprovinciana Graciela Bär. Y ambos coincidieron con la posición de Fernández de Kirchner y Nicolás Fernández. Hasta ahí se repite en Diputados la rebelión que ya se produjo en el Senado. El chubutense Marcelo Guinle y el riojano Yoma, que también se sumaron a la algarada de Busti-Kirchner, no tienen émulos coterráneos en el Cámara baja, mientras que los sanluiseños Liliana Negre de Alonso y Raúl Ochoa -que completaron el octeto senatorial-sintonizaron con el diputado adolfista José Mirábile.

Este último no acompañó la movida del salteño
Falú. Presentó un proyecto propio destinado a modificar la ley de acefalía y la caducidad de mandatos, muy similar a los que redactó Negre en la Cámara alta. Hoy, la Comisión de Asuntos Constitucionales debería discutir sobre la materia, si prospera la convocatoria de la señora de Kirchner. Mientras que la misma comisión de Diputados analizará una iniciati

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