El Gobierno profundiza su apuesta por cerrar el año legislativo con algunos de los proyectos más sensibles de su agenda económica y política en plena carrera contra el calendario. La Casa Rosada definió esta semana una estrategia clara: poner en marcha todo su aparato político para que el Presupuesto 2026 y otras iniciativas clave obtengan dictamen y, eventualmente, sanción antes de que termine diciembre.
El Gobierno despliega su estrategia parlamentaria para garantizar la sanción del Presupuesto 2026
Con sesión especial convocada en Diputados y operadores políticos designados para negociar mayorías, la Casa Rosada apunta a sancionar la ley de gastos y recursos antes de fin de año, mientras avanza en paralelo con otros proyectos sensibles de su agenda económica.
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El Gobierno sigue atento la sesión en Diputados por el Presupuesto 2026.
Según pudo saber Ámbito, el presidente Javier Milei seguirá la sesión desde la residencia de Olivos. A las 21, cuando la Cámara baja esté en pleno debate, el primer mandatario concurrirá al programa de streaming "La Misa" que conduce el libertario Daniel Parisini, alias "Gordo Dan".
Con la apertura de las sesiones extraordinarias, el oficialismo logró que se convoque a una sesión especial en la Cámara de Diputados para este miércoles, con el Presupuesto como eje central de la discusión. La intención declarada es aprobar el proyecto antes de la madrugada del jueves y enviarlo sin demoras al Senado, donde enfrentará un nuevo tramo del debate parlamentario. Sin embargo, no son pocos los funcionarios que admiten en los pasillos oficiales que no tener la "ley de leyes" aprobada sirve para poder gestionar los fondos libremente.
La iniciativa, que contempla una inflación proyectada del 10,4% y un crecimiento del PBI del 5% para el año próximo, incorpora además un paquete de normas dirigidas a garantizar la sostenibilidad fiscal y la estabilidad monetaria, así como la llamada ley de Inocencia Fiscal.
Presupuesto 2026: el Ejecutivo mueve fichas para su aprobación
Desde Balcarce 50 aseguran que haber logrado dictamen en las comisiones de Diputados -aunque con negociaciones todavía abiertas con gobernadores y legisladores provinciales- les da cierto margen para avanzar rápidamente.
En simultáneo con la ofensiva en la Cámara baja, el Ejecutivo nacional también definió las figuras que estarán al frente de las negociaciones en el Senado y en el Congreso en general. El jefe de Gabinete, Manuel Adorni; la senadora Patricia Bullrich; y el ministro del Interior, Diego Santilli, fueron designados como los principales operadores políticos para conducir las tratativas y asegurar respaldos entre legisladores de diversas fuerzas.
Bullrich, como jefa del bloque de La Libertad Avanza en la Cámara alta, estuvo esta semana en Casa Rosada coordinando con asesores y dirigentes de la coalición oficialista los pasos a seguir, en particular frente al inicio del tratamiento de la reforma laboral y otros proyectos que acompañan la agenda económica del Gobierno.
Santilli, por su parte, tuvo un rol protagónico en las reuniones con gobernadores y con legisladores para intentar consolidar mayorías a favor de la ley de Presupuesto y de otras iniciativas como la reforma fiscal. Según trascendidos oficiales, pasó buena parte de la semana trabajando desde el Congreso para equilibrar demandas territoriales y políticas.
La elección de estos tres “operadores” responde a la necesidad de coordinar no solo dentro de la coalición gobernante sino también con bloques provinciales y aliados ocasionales. El Gobierno no cuenta con mayoría automática en ninguna de las dos cámaras, por lo que la construcción de acuerdos legislativos se volvió una prioridad política de primer nivel.
En paralelo, en el Congreso Martín Menem armó una mesa chica con referentes políticos y asesores técnicos que se reparten la tarea de avanzar en distintos capítulos de la negociación. Desde hace varios días, Santilli montó base en el Palacio Legislativo y, junto a Menem, llegó a primera hora a la Cámara baja este miércoles para intentar liberar los nudos centrales del paquete de medidas. Las conversaciones se concentran en acuerdos con las provincias antes que en tratativas uno a uno con los legisladores.
En paralelo, el secretario de Asuntos Estratégicos, Ignacio Devitt, interviene como nexo técnico entre las discusiones parlamentarias y las definiciones del Ejecutivo sobre qué puntos flexibilizar y cuáles sostener.
La oposición, aunque fragmentada, observó con atención cómo se movían las piezas. Algunos bloques reclamaron mayor tiempo para el análisis y discusión del texto presupuestario, advirtiendo que la velocidad con que el oficialismo intenta aprobarlo podría terminar relegando detalles técnicos importantes. Otros sectores plantearon reparos sobre determinadas proyecciones macroeconómicas y la eficacia de ciertos programas incluidos.
La sesión del miércoles será, de hecho, una primera foto de cuánta resistencia o respaldo real puede encontrar el Ejecutivo en Diputados. Si el Presupuesto logra sanción en esa instancia, el Senado tomará la posta en los últimos días del año, en un trámite que promete ser tan rápido como controversial.
Mientras tanto, en la mesa chica de Gobierno sostienen que concluir el debate del Presupuesto antes de que termine diciembre es indispensable para dar certidumbre a los mercados y a los funcionarios que dependen de su ejecución. Aún en medio de tensiones internas, la Casa Rosada parece decidida a usar cada hora que queda de 2025 para dejar parte de su huella legislativa.






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