Se cuentan doce micrófonos a su alrededor pero debajo de ellos hay más: Fernando Burlando acaba de finalizar su alegato -de 98 minutos- por el caso Báez Sosa. En una conferencia de prensa improvisada le hacen la última pregunta. Es la primera en la que resopla y piensa antes de responder. Se cumplen 26 años del crimen de José Luis Cabezas y el periodista le pide "su lectura" sobre el tema. "Era tan joven que a esta sala, donde hoy no pudieron entrar todos ustedes, la veía grande. Tan grande como el alma de los padres de José, a quienes pude conocer y entablar diálogos por la tragedia que habían vivido". Burlando fue el defensor de los cuatro integrantes de la banda de "Los Horneros", declarados culpables por el secuestro de Cabezas. Mientras respondía, en La Plata ya se pintaban sus intenciones: el centro estaba lleno de grafittis con la consigna “Burlando 2023”.
Fernando Burlando: de mediatizar la justicia al ring de la política
Del caso Cabezas al Bailando por un sueño, Fernando Burlando es una figura inclasificable que se permite un gusto más: ser candidato a gobernador de Buenos Aires.
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Fernando Burlando, donde más cómodo se siente: rodeado de micrófonos.
"Argentina necesita del ciudadano común", le dijo Fernando Burlando al portal Primicias Ya en la campaña previa a su primer intento político, en el 2017. Para ese año, ya había protagonizado juicios que involucraron a Diego Maradona, Rodrigo Bueno y la barrabrava de Boca, y conocía todos los sets de televisión, incluido el de Bailando por un sueño, donde participó durante 138 días. Su nuevo desafío era encabezar la lista de diputados nacionales del justicialismo, compartiendo boleta con Mario Ishii. “Vinieron con una propuesta de renovación, de hacer un PJ nuevo”, sostenía. Finalmente, a veinte días de las PASO que lo enfrentaría con Florencio Randazzo, el juez electoral dio de baja su lista por presentar a sus candidatos fuera del tiempo establecido.
¿Cómo llegó este abogado influencer, amante del windsurf y del polo, del rock nacional y de los vips de los boliches, a compartir fórmula con el intendente de José C. Paz?
Justicia y rating
Hijo del juez penal Julio Desiderio Burlando, Fernando cumplió la mayoría de edad en 1983 y egresó cinco años después como abogado de la Universidad Nacional de La Plata. “Nuestra familia es peronista, justicialista, inclusive mi vieja”, aseguró. Pero su carrera no la construyó en unidades básicas, sino en los Tribunales de la capital bonaerense. Metódico y entusiasta, temerario y carismático; por sus atributos y sus vínculos con el universo judicial y policial era cuestión de tiempo para que le llegara una oportunidad. Ese fue el caso Cabezas, cuyo cadáver expuso la impunidad con la que se manejaba el establishment político de los ‘90 y los empresarios amigos. Carlos Menem, Alfredo Yabrán, Eduardo Duhalde: todos sufrieron la exposición. Menos Burlando.
Tenía 32 años cuando asumió el papel de defensor de Horacio Braga, José Auge, Sergio González y Héctor Retana, quienes secuestraron a José Luis Cabezas. Su estrategia fue la de proponer que los secuestradores fueron, en realidad, engañados por el ex comisario bonaerense Gustavo Prellezo, encargado de ejecutar los disparos contra el reportero gráfico. "Fueron las otras víctimas de este caso. Como José Luis Cabezas pagó con su vida, ellos pagaron con su libertad", declaró Fernando Burlando en los medios que cubrían el juicio. Finalmente, “Los Horneros” fueron condenados a cadena perpetua junto a otros cuatro sospechosos. A pesar de eso, Burlando había entrado en la consideración de colegas y había protagonizado horas de televisión y tapas de diarios. Solo debería seguir moviendo piezas.
“Lo bueno es defender a gente que cree que su problema no va a tener solución. Me motiva defender casos complicados, donde la opinión pública está comprometida”, explicaba en una entrevista del 2009, para el sitio web Portal BA. ¿A qué casos se refería?
Cuatro meses después del fallo del caso Cabezas, el cantante de cuarteto Rodrigo Bueno chocó en la autopista Buenos Aires - La Plata y perdió la vida junto al actor Fernando Olmedo. En la trágica escena ingresó el nombre de Alfredo Pesquera, un empresario que se rozó con el vehículo del artista y se dio a la fuga, como imputado por posible homicidio culposo. La primera audiencia fue en octubre del 2001 en los Tribunales de Quilmes, donde se vivió un clima de amontonamiento: policías armaban un cordón para resguardar a Pesquera, los fanáticos del artista reclamaban justicia y le lanzaban objetos y los periodistas se abalanzaban para conseguir un plano limpio. Allí, donde estaban las cámaras, estaba Fernando Burlando. Llegaba a la puerta de tribunales, se frenaba y dejaba que los reporteros lo rodeen. "No hay ningún indicio que nos indique a suponer que Pesquera se fugó", aseguraba. Aún se dejaba interrumpir por los movileros. El juicio duró dos tres meses y, por mayoría, se determinó que el empresario no tuvo especial responsabilidad en el accidente. Quince años después, en un programa de las tardes de Canal 13, el abogado recordaba: "Defendía al malo de la película, el que había matado a Dios".
En el mismo 2001 se hizo cargo de una causa que inició, precisamente, por una cámara oculta del mismo canal: el caso de Mónica “Giselle” Rimolo. Las imágenes emitidas en televisión revelaban cómo la pareja de Silvio Soldán recetaba medicamentos que había obtenido de contrabando, mostrando credenciales falsas de nutricionista y homeópata. Una de sus pacientes, Lilian Díaz, murió el 30 de junio del 2001 por ingerir pastillas que Rímolo le había prescripto para bajar de peso. Pese a que Burlando se encargó de su defensa, fue detenida dos veces; la segunda en el 2004. Ese año y desde la cárcel, la falsa médica denunció al abogado por estafa: aseguraba que se había quedado con una suma de dinero que le había entregado para realizar acuerdos extrajudiciales con las pacientes que la acusaban. El juez Roberto Grispo dictó la falta de mérito y exoneró a Burlando.
Eduardo Varni y Roberto Zareba, ex gerentes de Skanka, acusados de corrupción por coimas para la licitación de gasoductos; Jorge Khalil, acusado por Nisman de encubrir el atentado a la AMIA; el enfrentamiento con Matías Morla cuando representaba a Claudia Villafañe contra Diego Maradona: Burlando se anotó en casos penales, civiles y de familia, con el criterio común de que todos representaban buen rating. "Ponerse del lado de la mujer es lo que vende", argumentó en televisión en uno de sus más recientes casos, en el que le toca asesorar legalmente a Juan Darthés, acusado de abusar sexualmente a la actriz Thelma Fardín cuando era menor de edad. "Fui el primero que le dije que tenía que irse a Brasil. Allá está mejor su situación, ¿qué iba a hacer acá?", reconoció.
Sin embargo, Fernando Burlando tiene un costado de filantropía. Por mediación del cura Julio César Grassi, condenado por abuso sexual infantil, llegó al conmocionante caso de Candela Sol Rodríguez para representar a su madre, Carola Labrador. Policías corruptos, bandas de crimen organizado, ajustes de cuentas y narcotráfico: la causa desbordaba de una complejidad desgarradora potenciada por la permanente repetición de imágenes de la víctima de 11 años. En septiembre del 2011, un mes después del crimen, Burlando le habló a los medios en la puerta de tribunales. Destacó las declaraciones de la población penitenciaria que conocía al padre de Candela, y dijo sobre los acusados que “lo importante es que están todos presos”, que "el caso ya está esclarecido, no hay dudas” y que “falta muy poquito”.
Pero en abril del año siguiente la causa pegó un vuelco. Desplazaron al juez, al fiscal y a la bonaerense por irregularidades en la investigación, que incluían golpizas a sospechosos para que confiesen e incriminen a otras personas. Todos los detenidos quedaron en libertad El proceso se dilató. Cambiaron autoridades, gobernadores, inclusos imputados. Hasta el 2017, cuando volvieron a ser detenidos Hugo Bermúdez, Leonardo Jara (ambos como coautores del delito de privación ilegal de la libertad seguida de muerte) y Gabriel Gómez (partícipe secundario). Burlando pidió perpetua para todos. Finalmente los culpables del asesinato recibieron la máxima condena y a Gómez le dieron cuatro años de prisión.
Pero el abogado no siempre necesitó de juicios para aparecer en televisión. En el 2015, hizo pareja con Bárbara Franco en la décima edición del Bailando por un sueño. Allí sacó chapa de su estado físico y, envalentonado por el acompañamiento del público, se animó a insinuar su primera participación política: “ Si me eligen diputado, voy a vender la Ferrari”. Luego de diez galas de eliminación, y después de una performance histórica al presentarse bailando en sillas de ruedas, el voto telefónico lo dejó afuera. "El hecho de estar acá y perdurar ya fue un triunfo. Vamos a seguir luchando por el Hospital de Niños, porque las criaturas son el futuro del país", le dijo a Tinelli al despedirse.
El caso de Báez Sosa lo volvió a poner en primera plana, donde se cargó al hombro un discurso punitivista, con declaraciones como "justicia es cárcel para toda la vida". Los padres del joven asesinado y Burlando eran la justa combinación para el impacto mediático: ellos, provincianos perseverantes y sencillos; él, canchero, justiciero y osado. Un grupo de enemigos perfectos (violentos de clase alta sin culpa) fue el condimento que precisaba. Las cámaras lo buscaban a todo momento y Burlando contaba con sobrada experiencia para saber cuándo hacerse desear y cuándo darles lo que querían: una declaración incendiaria, un chiste de complicidad y hasta una exclusiva con los padres de la víctima. El juicio finalizó con cinco cadenas perpetuas y tres condenas a 15 años de prisión, pero apelará el fallo para extender las penas en estos últimos tres casos.
Este juicio lo animó a reactivar su Twitter. Antes del 2023, su última publicación es de julio, cuando compartió declaraciones en una entrevista que le hizo la AM 1110: "Lo que prima es la grieta y el interés dirigencial. Este es un solo país pero no hay voluntad y no hablo solo de cuestiones económicas, sino de educación, salud y seguridad". Con esa impronta, tres días después de la sentencia final, anunció su candidatura a gobernador de la provincia de Buenos Aires para el partido Movimiento de Integración Federal, espacio presidido por el peronista Isidro Marcelo Rodríguez. Aunque no cuenta con ninguna figura de perfil alto -con la lógica excepción de Burlando-, tienen estructura política en distritos del conurbano, en todo el Gran La Plata y en localidades balnearias populosas, como Mar del Plata y Necochea.
"La política desaprobó en salud, en seguridad, en educación, no aprobamos una sola materia", señaló en una entrevista televisiva al anunciar su candidatura. Sin explicitar una agenda clara, se animó a meterse en coyuntura: opinó -en contra- sobre la reforma educativa del nivel secundario que impulsó el gobierno bonaerense. También señaló que su objetivo es “incluir en la política aquellos a los cuales se les cierra la puerta que, por lo general, es el pueblo”. Aún se desconoce si el objetivo de Burlando, que aparece como quien le abre las puertas de la justicia y la política al "pueblo" pero también mostrará este semestre su destreza en el reality televisivo The Challenge, es verdaderamente administrar un territorio de 17 millones de habitantes, conseguir una banca para algún viejo conocido o permitirse otra aventura. Lo único que es seguro es que tiene por delante muchas horas de entrevistas más.
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