23 de enero 2007 - 00:00

¿Gremios usan causa Triple A para hacer presión por salarios?

Las paredes de Buenos Aires amanecieron ayer cubiertas de afiches pro Perón firmados por ligas gremiales que lanzan la renegociación de paritarias por salarios. Una presión sobre el gobierno al que acusan tácitamente de promover la causa Triple A.
Las paredes de Buenos Aires amanecieron ayer cubiertas de afiches pro Perón firmados por ligas gremiales que lanzan la renegociación de paritarias por salarios. Una presión sobre el gobierno al que acusan tácitamente de promover la causa Triple A.
«No jodan con Perón», rezan los afiches con una triple firma: la CGT, las 62 Organizaciones y el gremio ferroviario La Fraternidad. Sobrios, en azul y blanco, es el primer grito callejero de los sindicatos contra la embestida judicial por la causa Triple A.

Luego del escándalo de San Vicente, cuando el traslado de los restos de Juan Domingo Perón desató un caos con tiros, pedradas y palazos, la investigación por los crímenes de las AAA les otorgó a los sindicalistas un atajo para salir en defensa de «el General».

-¿A quién está dirigida la advertencia «No jodan con Perón»? -se le preguntó ayer a Omar Maturano, jefe de La Fraternidad.

-A los medios y a gente cercana a «Isabel» que dice que Perón sabía lo de la Triple A.

-¿No es, también, un aviso al gobierno que pareciera que quiso usar el hecho?

-No, porque nosotros consideramos que el de Kirchner es un gobierno peronista.

Tras una resolución del secretario de La Fraternidad, la Capital apareció empapelada con esa consigna. Aunque figuran al pie del afiche, no hubo consultas previas con Hugo Moyano, jefe de la CGT, ni con Gerónimo «Momo» Venegas, titular de la «Seis-Dos».

Sin embargo, Moyano y Venegas le trasmitieron ayer a Maturano su respaldo por esa posición pública. No sorprendedel dirigente de UATRE: en los últimos días fue uno de los pocos caciques gremiales --si no el único-que cuestionó el pedido de detención de «Isabel».

«Está claro que se trata de una maniobra de persecución política», volvió ayer Venegas sobre su argumento original que atribuye el resurgimiento de las pesquisas al «gorilismo dormido» y a una intención «de la oposición» para « restarle votos al peronismo».

Moyano, en cambio, nada dijo. Jefe máximo del movimiento obrero organizado, sector históricamente ligado al PJ -al punto que se atribuyó su «propiedad» al adueñarse del cadáver que trasladó a San Vicente-, guardó silencio sobrelas causas que enlodan a Perón.

Tiene una excusa: estaba de vacaciones.

  • Límites

    Las revisiones que imputan al tres veces presidente ser el creador de la Triple A fueron el detonante para que los gremios reaccionen. Para escudar a María Estela Martínez de Perón sólo se prestó Venegas, pero para custodiar a Perón la lista es más numerosa.

    «Que no se metan con Perón, que no digan mentiras. Que a 'Isabel' la juzguen, pero que no ataquen el sentimiento que es Perón», se blindó ayer Maturano, jefe de los maquinistas. Ese, parece, es el límite que traza el grueso de los sindicatos.

    Toda una paradoja: buena parte de esos gremios fueron los que el 17 de octubre pasado alimentaron el caos en la quinta que cobijó a Perón y a Eva, un escándalo que devolvió -del peor modo-a Perón a la TV y a los titulares de los diarios del todo el mundo.

    No casualmente lo impulsa La Fraternidad, que no estaba integrado a la conducción de la CGT cuando se produjo aquel show grotesco de escupitajos e inconcebibles fotos de dirigentes sonriendo sobre la cureña mientras en la quinta sonaban los tiros.

    Hay otro factor. El ruido por la causa Triple A y la reacción sindical se producen en un momento sensible: por estas horas se debate un aumento salarial, negociación en la que los gremios se plantan un puñado de puntos por encima del 13% que pretende la Casa Rosada.

    ¿Se filtrará la defensa de Perón, que el gobierno no hace -más allá de los dichos lacrimógenos de algunos ministros en privado-, como un elemento disonante en medio de la discusión salarial? Desde la CGT juran que no. El gobierno espera que sea así.
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