20 de febrero 2008 - 00:00

Macri encontró $ 500 millones en deudas ocultas de Telerman

Mauricio Macri tuvo ayer una buena noticia mientras visitaba el edificio de Once en dondelos bomberos lidiaban con el fuego: la Justicia avaló un planteo del Gobierno porteño quepermitirá finalmente la intervención de la ObSBA.
Mauricio Macri tuvo ayer una buena noticia mientras visitaba el edificio de Once en donde los bomberos lidiaban con el fuego: la Justicia avaló un planteo del Gobierno porteño que permitirá finalmente la intervención de la ObSBA.
El Gobierno porteño terminó de saber esta semana cuánta deuda le dejó pendiente de pago la administración de Jorge Telerman. Se conoció que el monto total de esos compromisos por obras y servicios asciende a $ 800 millones. Es el resultado de la convocatoria que tuvo que hacer Mauricio Macri a los proveedores para que se presentaran a certificar sus deudas. Ahora la Secretaría de Hacienda-que maneja Néstor Grindetti- se tomará 15 días para chequear con cada ministerio si las deudas reclamadas corresponden efectivamente a gastos realizados y después se sentará con los acreedores a negociar el pago en efectivo -para montos menores-o en bonos a 5 o 10 años para los más importantes.

Se cierra así uno de los episodios más polémicos de la herencia que Telerman le dejó a Macri tras su salida del Gobierno porteño. La historia comenzó cuando asumieron los ministros del nuevo gabinete. A partir del 10 de diciembre comenzaron a sonar los teléfonos en la sede del gobierno porteño de proveedores reclamando pagos pendientes.

En casi todos los casos los ministros de Macri no encontraron registraciones sobre esas deudas. Fue entonces que se le dio a cada cartera un plazo de 10 días para que calcularan cuánto debía cada repartición. Pocos ministros les contestaron a Macri y a Grindetti.

El jefe porteño firmó entonces un decreto que se publicó en el Boletín Municipal en el que convocó a los proveedores de servicios u obras a registrar sus deudas en la Secretaría de Hacienda.

Ayer se conoció, entonces, el resultado de ese proceso sui géneris al que se debió apelar frente a la desprolijidad de los últimos meses de la gestión Telerman, quien por otra parte ya había tenido que hacer votar en la Legislatura una ampliación presupuestaria para poder llegar a entregar el mandato sin cesación de pagos.

  • Sorpresivo

    En realidad, la deuda heredada por Macri llega, en total, a $ 1.800 millones. Se compone de $ 1.000 millones por salarios o cargas sociales, por lo que técnicamente no podría llamarle «deuda flotante»; de otros $ 300 millones por deudas con proveedores que ya habían sido registradas y $ 500 millones que aparecieron por sorpresa después del cambio de mando en la Ciudad y que no figuraban en ningún asiento contable.

    Así, fuera de los pasivos que normalmente se trasladande gestión a gestión, existen $ 800 millones que no estuvieron en las charlas entre funcionarios cuando se organizó la transición al nuevo Gobierno porteño.

    En general esa deuda se debe a obra pública. Por ejemplo, el primer acreedor de la Ciudad es la Cámara Argentina de la Construcción. En menor medida existen contratos de locación de servicios que quedaron sin pagar.

    A partir de ahora, Grindetti deberá negociar: después de verificar si todos los pagos que le exigieron son por deudas ciertas se convocará a los acreedores. Si reclaman montos altos, deberán contentarse con recibir un bono de la Ciudad, para el chiquitaje se analiza algún pago en efectivo.
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