29 de octubre 2007 - 00:00

Para el Wall Street Journal, la Argentina “no cambió ni un poco” desde la crisis de 2001

A continuación, los puntos salientes de la nota titulada Volver al futuro en Argentina que publicó el diario estadounidense "The Wall Street Journal":

Argentina llevó a cabo ayer elecciones nacionales para elegir un nuevo presidente por cuatro años. Al cierre de esta edición, era muy temprano para aclamar al ganador oficial, pero había un dato positivo: las bocas de urna aquí en la Capital mostraban que los porteños habían votado fuertemente en contra de la candidata peronista Cristina Fernández de Kirchner, esposa del presidente Néstor Kirchner.

Ahora bien, si esta ciudad, el centro cultural y comercial del país, en verdad votó en contra de la toma de poder del matrimonio presidencial, podemos inferir que el espíritu republicano en Argentina ha sobrevivido. Esto también sería una buena noticia para el continente, donde muchos países se han unido en una lucha colosal, que surge del regreso de la política primitiva del caudillo que los Kirchner (y su aliado Hugo Chávez) representan.

Bajo lo que parece un fuerte crecimiento este año, el gobierno de Kirchner arruinó la economía a través de una combinación mortal de excesivo gasto público y controles de precios, que generaron una falsa sensación de prosperidad.

Los esfuerzos del gobierno para manipular las estadísticas de inflación han dañado la confianza pública. Aunque la tasa de inflación oficial se ubica en 9%-10%, algunos economistas independientes llevan esa cifra al doble.

El Congreso controlado por el peronismo le ha otorgado al Poder Ejecutivo "poderes de urgencia" para ordenar mediante decreto y "superpoderes" para manejar el Presupuesto. Salvo que al nuevo presidente lo invada una repentina necesidad de restringir el gasto, es difícil ver cómo las cuentas fiscales no se deteriorarán.

Una todo esto y obtendrá una Argentina que no ha cambiado ni un poco desde que los políticos hicieron colapsar al país en 2001. La única pregunta que resta es si el nuevo gobierno romperá con el pasado y se reconciliará con los mercados. La respuesta no debería demorarse.            

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