21 de abril 2006 - 00:00

Piqueteros con más caja acompañarán el regreso de Alicia

Alicia Kirchner y Ginés G. García (arriba) Juan C. Nadalich y Luis D’Elía (abajo)
Alicia Kirchner y Ginés G. García (arriba) Juan C. Nadalich y Luis D’Elía (abajo)
Alicia Kirchner deberá esperar hasta la segunda mitad del año para abandonar su butaca en el Senado y volver, como es su deseo, a manejar la política social del gobierno: la megafusión de los ministerios de Desarrollo Social y Salud quedó en stand by hasta el mes de octubre.

Pero los caciques piqueteros -preferidos de la senadora- no tendrán que esperar el regreso de la hermana Alicia para incrementar su poder: Jorge Ceballos y Sergio Berni, dos de los jefes del piqueterismo K, mejoraron su rango y ahora manejan más estructura y más «caja».

El movimiento, que trascendió ayer de fuentes oficiales y se concretaría hoy, jerarquiza a Ceballos -líder de Barrios de Pie- y a Berni -ex militar santacruceño- armador top de « Militancia Social», sello alicista que engloba a distintos grupos piqueteros.

Se enmarca en una maniobra global: a veces de manera silenciosa, otras con estridencias, los jefes piqueteros expanden día a día su estructura. Ocurrió con Luis D'Elía en el manejo de Tierras y antes con Emilio Pérsico, en la vicejefatura de Gabinete de Felipe Solá.

Responde, además, a una lógica que Néstor Kirchner digita lentamente: fortalecer a los grupos de piqueteros oficiales para mantener y, en lo posible, ampliar un ejército propio que, ante una eventualidad -que hoy no se avizora-, le dispute la calle a la tropa del PJ.

  • Doble avance

    Hasta ayer, Berni y Ceballos estaban al frentede direcciones que en las próximas horas se convertirán en subsecretarías con lo que incrementarán su rango, sus estructuras y, naturalmente, su presupuesto. Es un doble avance: político y, además, económico.

    El crecimiento de esos delegados piqueteros se produjo en el marco de un reacomodo global en el Ministerio de Desarrollo Social, a cargo de Juan Carlos Nadalich -que anunció la reestructuración el miércoles, en una reunión en Planificación- incluye otros dos ítem:

  • El alicista Mariano Cascallares dejará la Dirección Nacional de Juventud y pasaría a una dirección de peso político vinculado con la producción y los planes Manos a la Obra. Cascallares es uno de los candidatos que Alicia postula en el conurbano -es de Almirante Brown- como parte de una camada propia. En su lugar, a la DINAJU, iría Mariana Gras, aliada de Juan Cabandié, hijo de desaparecidos que nació en cautiverio en la ESMA y fue uno de los nietos recuperados por Abuelas de Plaza de Mayo, de Estela de Carlotto. Cabandié fue postulado para la DINAJU pero quedó en el camino: sus amigos dicen que porque se lo quiso «preservar»; quienes no lo son, afirman que le pusieron «bolilla negra» de rebote por las tensiones que existen, hace años, entre organismos de DDHH cercanos al gobierno, en referencia a Carlotto y Hebe de Bonafini.   

  • Paola Vessvessian, hasta ayer con doble cargo -la Secretaría de Articulación y el Consejo del Menor y la Familia- quedó con este último cargo, convertido en secretaría mientras la otra oficina quedó a la espera de un ocupante. Se interpreta que con eso Vessvessian pierdedominio al igual que Daniel Arroyo, a cargo-de Políticas Sociales, que luego de pelear para ser ministro fue perforado por el ultrakirchnerismo. Sigue en su cargo pero con poderes recortados.

    Hay otro actor que, una vez enterado de los enroques, suspiró: el ministro de Salud, Ginés González García, desde hace meses número puesto para dejar el gabinete nacional, preanunció que se concretaría recién cuando se fusionen su cartera y Desarrollo Social.

    Este diario informó el 30 de marzo pasado sobre el plan oficial que consiste en integrar las carteras de Salud a Desarrollo Social convirtiendo al área que hoy ocupa González García en una secretaría del megaministerio de Políticas Sociales al que volvería Alicia Kirchner.

    En ese esquema, el médico sanitarista Nadalich se convertiría en secretario de Salud. El ensamble quedó suspendido hasta setiembre u octubre de este año. Se especula, a partir de ahí, que podría anunciarse en paralelo a un cambio de figuras en el gabinete de Kirchner. En ese reparto se vuelve a hablar de un destino de diplomático para el ministro Ginés González.

    El fortalecimiento de los piqueteros supone, además, un refuerzo a la estrategia de despliege político que comenzó a desarrollar Alicia con el foco puesto en el conurbano, adonde irá a promover a sus propios candidatos.

    Ocurre con el mencionado Cascallares en Almirante Brown, el secretario de Comunicaciones de Desarrollo Social Fernando Gray en Esteban Echeverría, el secretario de Administración Carlos Castagnetto en La Plata y en el concejal Luis Vivonna en Malvinas Argentinas.

    Alicia y sus «margaritos» -estos un poco menos- corren con una ventaja: el veto dictado por Kirchner a los que se apuraron a armar para las elecciones de 2007 no alcanza a la senadora de Santa Cruz quien, todo lo reconocen, «no junta para sí, sino para Kirchner».

    Pocos pueden decir eso.
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