Poco serio III

A muchos argentinos -no precisamente del progresismo y menos de la izquierda ultra- les gustaría que ganara Lula da Silva en Brasil la reelección presidencial en dos vueltas o en una a partir del 1 de octubre próximo. Gusta Lula, aunque sea un poco transgresor y representante de un partido de alta corrupción, porque lo suyo es un socialismo serio, moderno, cercano al chileno, al español, que mantiene los principios de la racionalidad económica, respeto a la libre empresa, no estatismo y descarta populismos y subsidios. Poco que ver con lo que se hace hoy en la Argentina. Por eso carece de seriedad que el presidente de la Nación, Néstor Kirchner, se haya pronunciado públicamente por la reelección de Lula. Aun cuando admirara a Lula y no lo imite -todo ilógico-, que se ponga Kirchner y ponga al país a la altura del venezolano Hugo Chávez, que siempre anda introduciéndose en la política de otros países, es muy desagradable. No es la primera vez que lo hace, que apoyó al socialismo español, a Romano Prodi en Italia, a Tabaré Vázquez en Uruguay y se abstuvo bastante con Michelle Bachelet en Chile porque allí tienen alta cultura política y temían el efecto de un apoyo de Kirchner y pidieron que no se produjera. Nunca debe intervenirse en asuntos internos políticos de otro país.