11 de diciembre 2013 - 23:38

Renunció Jefe de Policía de Tucumán mientras siguieron cacerolazos

Foto usuario de Twitter: @gollandaniel
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El jefe de Policía de Tucumán, Jorge Racedo, renunció a su cargo luego de poner su dimisión a disposición del gobernador José Alperovich. El funcionario se mostró en desacuerdo con el acuerdo suscripto con los policías que estaban de huelga, que prevé la reincorporación de tres cesanteados.

"Tres personas cortaron el derecho de la libertad de trabajo a los demás policías que querían trabajar", dijo Racedo a la Radio Q de Tucumán. El jefe de Policía aludía a Diego Herrera, que ofició de vocero de los uniformados de paro, y que había sido dejado cesante en abril, después de otro reclamo por aumento de salarios.

En ese contexto, el comisario Racedo puso a disposición su renuncia como jefe de Policía, la que por la tarde finalmente fue aceptada por Alperovich, quien designó en su lugar al comisario Dante Bustamante.

Bustamante será secundado en sus funciones por Mario Rojas, quien fue nombrado subjefe de la Policía en reemplazado de Víctor Sánchez, según anunció el secretario de Seguridad Ciudadana, Pablo Hofer. Bustamante venía desempeñándose como jefe de la Guardia Urbana, mientras que Rojas era jefe de la Regional Norte.

Este miércoles a la mañana la provincia retomaba la normalidad, ya con policías en las calles, donde en algunos casos fueron insultados y recibieron muestras de rechazo por el paro, como grafitis y carteles en comercios en los que se advertía que no se les vendería mercadería.

Los comerciantes reabrieron sus negocios sacando las rejas y despegando el papel de diario de las vidrieras, y en las escuelas retomaron parcialmente las clases, tras una noche con temor a nuevos saqueos y represión policial frente a la Casa de Gobierno, que culminó con la renuncia del jefe de la fuerza, Jorge Racedo.

"Los policías tendrían que haber aguantado, no reprimir. La gente está en todo su derecho de expresar su malestar", dijo el mandatario en un diálogo con la prensa este miércoles, en alusión a los incidentes frente a la Casa de Gobierno, cuando una columna de manifestantes, entre ellos comerciantes y vecinos, llegó con sus cacerolas muy cerca de uno de los ingresos y fue dispersada por efectivos de la Guardia de Infantería con gases lacrimógenos y balas de goma.

Poco antes, los efectivos policiales de paro habían aceptado una propuesta de aumento salarial de un 35 por ciento, que lleva a 8.500 pesos el salario del bolsillo de un agente recién ingresado, la que el gobernador José Alperovich dispuso mediante un decreto de necesidad y urgencia (DNU).

"No entiendo por qué tuvimos que pagar semejante costo por algo que no le encuentro sentido. La extorsión policial no tiene perdón de Dios", dijo Alperovich este miércoles.

En los últimos días, al menos tres personas murieron como consecuencia de los desmanes y saqueos a comercios en Tucumán, confirmó el gobierno provincial, en medio de una jornada de huelga policial que mantuvo a la sociedad en vilo, con negocios y bancos cerrados.

En las calles tucumanas el martes y durante la madrugada de este miércoles había reinado el temor, con enfrentamientos entre empleados de comercios, con palos y armas de fuego, y saqueadores, mientras vecinos montaban barricadas en las esquinas para impedirles el acceso de los delincuentes.

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