2 de septiembre 2008 - 00:00

Satélites de Kirchner le hacen perder elección a un peronista en La Pampa

Para guardar (o no). El jefe de Gabinete, Sergio Massa, apoyóla semana pasada al candidato peronista a la intendenciade Santa Rosa, Juan Carlos Tierno, que perdió el domingoesa plaza en manos del radicalismo.
Para guardar (o no). El jefe de Gabinete, Sergio Massa, apoyó la semana pasada al candidato peronista a la intendencia de Santa Rosa, Juan Carlos Tierno, que perdió el domingo esa plaza en manos del radicalismo.
Rubén Marín fantaseaba con entregarle una ofrenda a Néstor Kirchner: la victoria del PJ en Santa Rosa. No pudo: ayer, el senador pampeano pasó por Olivos, se vio con el ex presidente, pero tuvo que mascar la bronca por la derrota de Juan Carlos Tierno.

No pudo o no supo ver Marín que, una vez más, Kirchner apostó doble: su proceso de pejotización no excluyó que, sigilosamente, desde la Casa Rosada, con anuencia de Cristina de Kirchner, se patrocinara a peronistas K y piqueteros contra Tierno.

Fue un efecto búmeran: Tierno, con el sello del PJ, protagonizó el evento histórico de conseguir que el peronismo pierda en la capital pampeana, fenómeno que tiene como único antecedente la elección de 1973, cuando ganó una derivación de la UCRI.

Pero los Kirchner no fueron ajenos a ese traspié. Y en el juego envenenado de la dualidad también se anotó un tropiezo el jefe de Gabinete, Sergio Massa, que recibió a Tierno en la Casa Rosada porque, como Marín, leyó encuestas que daban ganador al alcalde destituido.

  • Silencio

    El senador había guardado un cauteloso silencio una semana antes de la votación cuando, con el argumento de que Tierno era el «candidato peronista», dijo que lo votaría. Quiso treparse al podio de una victoria, pero se colgó del estribo del tren de los derrotados.

    El entrevero, para Kirchner, no es gratuito. Francisco Torroba, el ganador, porta ADN radical y nunca transitó el escarpado sendero de la Concertación. Es más: ayer mismo, Julio Cobos festejó el resultado pampeano y quizá aparezca por Santa Rosa uno de estos días.

    «Ya empezamos a ganar elecciones», alardeó el vice. Kirchner, en Olivos, debe haber bufado con esas declaraciones. En rigor, más allá de los méritos propios de Tierno para polarizar, en contra, la elección revela que la marca PJ aparece, como mínimo, devaluada.

    Quizá ni sirva, como consuelo, que una galaxia de agrupaciones de DD.HH., piqueteros mansos y peronistas no pejotistas, contribuyó al derrape de Tierno enarbolando la bandera cristinista. Los asistió, desde la Unidad Presidente, un experto en marginales: Rafael Follonier.

    Un grupo vinculado a Abuelas de Plaza de Mayo, denominado Mujeres Peronistas en Lucha, que coordinan Marta Candia y Rita Pais, encabezó la cruzada anti-Tierno, que sumó a sectores de la cultura furiosos porque el ex alcalde quiso convertir una sede cultural en cuartel policial.

    Menos expuesto, el Frente de Agrupaciones Kirchneristas, entre las que despunta la agrupación Pampero García -que jugó en la interna PJ con Jorge Lezcano-, y el Movimiento Evita, que pilotea Sergio De Matteo, operaron para empujar a Tierno al precipicio.

    Follonier los esponsoreó y mantuvo siempre abierto el teléfono rojo con la Casa Rosada.Un detalle: Follonier, ex viceministro del Interior, alguna vez operador estrella de Marín, no pestañea sin que le llegue el respectivo memorándum firmado de los Kirchner. Los dos.

  • Valoración

    La doble apuesta del ex presidente tiene, en el corto plazo, una valoración difusa: el club K que combatió a Tierno salió a gritar su cristinismo y prometió abrir la filial pampeana de la Carta Abierta. A futuro puede ser más palpable: si ganaba, Tierno era firme candidato a gobernador en 2011.

    Eso, es probable, no agradaría del todo a Kirchner. Es posible que nunca se hayan cruzado pero, en los 70, Tierno -como Kirchner- anduvo por La Plata. Estuvo en otra banda: lo dicen -él no lo desmintió- militante de la ultraderechista CNU, afluente de militantes de la Triple A.
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