Se prohíbe hablar de Gerez
Enredado en un bochorno del que parece no poder salir, el gobierno mandó el fin de semana a callar a todos los implicados -los que le responden, claro-en el caso Luis Gerez. La locuacidad del secuestrado y sus protectores locales, que ya hablan de sus candidaturas a cargos sin vergüenza alguna, llevaron al gobierno a una pelea interna que arrastra a ministros, jefes policiales y roza ya al Presidente y al gobernador. El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, mandó además la orden política de que tampoco hablen los fiscales, que dependen de la procuradora provincial María del Carmen Falbo, porque sus dichos -cree el gobierno- ponen más al descubierto el fracaso no ya en la investigación, sino de la maniobra de implicar, hasta ahora sin pruebas, al ex subcomisario Luis Patti. El hijo del albañil, que no obedece órdenes políticas, puso ayer dinamita en el caso: dijo que para él el secuestro es una trama dirigida a beneficiar directamente a Néstor Kirchner. El Presidente llega hoy a Buenos Aires y tiene que decir algo porque la ola ya acaricia su despacho.
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Néstor Kirchner
El fin de semana quedó expuesto el desmanejo político del caso por parte del gobierno. Primero trascendió que un ministro bonaerense había ligado el secuestro a la interna kirchnerista de Escobar. Allí hay una pelea entreactoral: el grupo de Gerez y Fernández de Rosa -apoyado por el Movimiento Evita de Pérsicocontra el del humorista Larry de Clay -impulsado por Compromiso K de Carlos Zannini-. De inmediato, León Arslanian desmintió esta posibilidad. «La difusión de esa versión (el secuestro por una interna política) lleva confusión a la opinión pública acerca de los verdaderos alcances de la investigación», señaló el Ministerio de Seguridad. Arslanian y sus colaboradores advirtieron que sostener esa hipótesis «tiene consecuencias políticas y conduce a desalentar otras mucho más razonables, verosímiles y pertinentes, a la luz de la actuación del señor Gerez en su calidad de testigo».
También ayer se conocieron declaraciones de José Luis Gerez, el hijo de 21 años del albañil secuestrado, quien sospecha que la desaparición temporaria de su padre fue para beneficiar a Kirchner. El joven expuso dos hipótesis: «Que fue un secuestro de gente rocha, la llamo yo, de piratas que se confundieron de persona. Y también pienso que de algún partido político mandaron a secuestrar a mi viejo para favorecer a Kirchner».
Desde que su padre reapareció no pudo volver a verlo ni sabe dónde está, preservado por el entorno del reactivado «Paco» Fernández de Rosa.
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