25 de junio 2007 - 00:00

Telerman pide votos para aprobar deuda para obras

Cambio de gabinete, endeudamiento y una nueva relación con el Presidente es lo que pretende Jorge Telerman en los seis meses que restan para que entregue el mando a Mauricio Macri en la Capital Federal. Es la situación en la que se encontrará el jefe de Gobierno electo en las próximas horas, cuando el saliente le pida, además, que elabore el Presupuesto 2008 que debe entregarse a la Legislatura en setiembre.

Así, Macri no será el único que tramite esta semana una entrevista con Néstor Kirchner. Lo hará también Jorge Telerman, el jefe de Gobierno saliente, quien quiere «recomponer» su relación con la Casa Rosada, pero dice que tendrá ese acercamiento «carácter institucional».

El triunfo rotundo de Macri en la elección de ayer le ha dejado al telermanismo también la sensación de victoria en la pelea que mantuvo durante la campaña electoral con el kirchnerismo, ya que también, como el mandatario porteño, el candidato oficialista -su principal competidor en la primera vuelta- fue derrotado.

Esa conclusión sacaba ayer por la tarde el grupo más cercano a Telerman, «los más leales», como se autodefinió ese conjunto de funcionarios que asegura que el gabinete porteño cambiará con el correr de las horas, si el jefe de la Ciudad sigue el curso de la charla que inició con ese núcleo.

La ronda la animaron junto con Telerman el portavoz Oscar Feito, el subsecretario Horacio Lenz y los ministros Diego Gorgal (Gobierno), Juan Pablo Schiavi (Obras Públicas), Enrique Rodríguez (Producción), Roy Cortina (Descentralización) y Sergio Beros (Hacienda).

Se escuchó allí que «ahora queda clara la torpeza y la falta de visión de Alberto Fernández ante el triunfo contundente de Mauricio».

Después se habló de quiénes eran hoy los funcionarios de mayor confianza del jefe de Gobierno y la «necesidad de cerrar el gabinete» en un círculo de mayor entendimiento hasta la entrega del poder porteño, que Telerman no quiere anticipar al 10 de diciembre.

Algunas ausencias en esa mesa ya daban por comprendido ese mensaje, animado especialmente por algunos funcionarios contra otros no presentes, producto del desmembramiento que padeció el gabinete de la Ciudad, tras el fracaso de la reelección.

Por supuesto, la ministra de Derechos Humanos y Sociales, Gabriela Cerruti, no sólo no estuvo en la tenida, sino que, además, sus pares de gabinete creen que Telerman debe cobrarse la falta de acatamiento a la «prescindencia» que dispuso para el ballottage. La funcionaria, electa legisladora el pasado 3 de junio y reconocida quizá como «la más telermanista» del staff, fue la primera en agregarse a las filas de Daniel Filmus con fotografía incluida junto al candidato oficialista y el Presidente.

Carruti podría ser reemplazada por Omar Abud, un dirigente de la comunidad islámica que participó del lanzamiento de la Coalición Cívica de Elisa Carrió y fue promotor del Diálogo Interreligioso.

Otra funcionaria con la cual Telerman no estaría conforme, ya no por alianzas políticas, sino por temas de gestión, es la titular del área de Educación, Ana Clement, quien reemplazó a Alberto Sileoni -un hombre de Daniel Filmus que se fue del gabinete cuando el gobierno eligió a ese ministro como candidato para la Ciudad- y que participó de la conducción de la campaña del ayer derrotado Filmus. Clement sería reemplazada por el segundo de su área, Luis Liberman, ligado al macrismo al haber sido asesor de la Comisión de Educación en la Legislatura, a cargo de Marcelo Godoy de Compromiso para el Cambio.

Otro funcionario que saldría del staff es Carlos Traboulsi -director de Inmuebles- de la Democracia Cristiana, quien también participó de actos con Filmus hacia el ballottage y al parecer el recambio quedaría en manos de Beros.

  • Secretario general

    Más en duda está la situación del secretario general del Gobierno porteño, Raúl Fernández, ex jefe de Gabinete de Aníbal Ibarra, uno de los pocos que permanecieron en la gestión, tras la destitución del ex mandatario. Fernández fue, como Cerruti, electo legislador porteño el 3 de junio, pero la sospecha en el telermanismo es que podría, una vez ocupada la banca, acoplarse al bloque que conformará Ibarra. Lo cierto es que ese funcionario se mantenía en el entorno de Telerman y ayer no fue invitado a la discusión.

    En un borrador, Telerman ya tiene, además, las tareas que quiere coordinar con Macri, con quien sus funcionarios vienen teniendo diálogo a través de mediadores como la vice electa, Gabriela Michetti, y el titular de la Legislatura, Santiago de Estrada. Se trata de un «ordenamiento para la transición» cuyo punto más sensible es que Macri le dé apoyo para que la Legislatura le apruebe, antes de terminar el año y el cargo, un financiamiento externo para obras. Sin embargo, el macrismo vino advirtiendo durante la campaña que Telerman dejaría a la Capital Federal en déficit cercano a los $ 1.000 millones. Es decir, que para hacer frente a los gastos, ya el gobierno frenó el inicio de obras y recortó presupuesto en distintas áreas y debería anular otros emprendimientos o bien conseguir el endeudamiento.

    Macri -tal como anticipó semanas atrás este diario- no quiere «cogobernar», pero busca monitorear las cuentas desde hoy hasta que asuma.

    El jefe de Gobierno saliente, por otra parte, ya ha anunciado que pedirá al electo que redacte el proyecto de Presupuesto y además le ofrecerá tramitar la aprobación de una nueva Ley de Ministerios -tal como también anticipó este diario- que esté en sintonía con la organización que Macri quiere darle a su gestión.

    Otro punto que Telerman quiere que avale su reemplazante es el referido a algunas licitaciones clave. Una es la del mobiliario urbano, que está en proceso y debe aprobarse la oferta económica, y otra es la apertura de los estacionamientos y parquímetros, que se encuentra vencida.

    Por otra parte, Telerman querrá contar con un interbloque de legisladores que armó para su reelección.

    El otro punto que acordó el grupo que se reunió ayer con el mandatario es, además, el lanzamiento de un partido político propio que compita en las elecciones porteñas de 2009 con candidatos a legisladores.
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