La Unión Obrera Metalúrgica (UOM) avanzó este jueves en su negociación con cinco cámaras patronales para acordar suspensiones con el pago del 70% del salario de los trabajadores del rubro a cambio de una ventana de estabilidad para todos los puestos de trabajo amenazados por la continuidad de la cuarentena, tal como Ámbito Financiero anticipó el martes. La discusión, que continuará el viernes, lleva el guiño del Gobierno en un aspecto clave sobre el que descansa toda la ingeniería del acuerdo: los salarios durante el período de vigencia serán no remunerativos, es decir que no tributarán impuestos, y sólo prevé un sostén de parte de las empresas para el gremio y su obra social.
Avanza UOM con acuerdo de suspensiones al 70% y salvavidas para gremio y obra social
La Unión Obrera Metalúrgica (UOM) avanzó este jueves en su negociación con cinco cámaras patronales para acordar suspensiones con el pago del 70% del salario de los trabajadores del rubro a cambio de una ventana de estabilidad para todos los puestos de trabajo amenazados por la continuidad de la cuarentena.
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El entendimiento contempla un margen mínimo de estabilidad laboral de tres meses y abarca las entidades Adimra (la mayoritaria de la actividad), Camima (pymes), Caiama (aluminio), Fedehogar (electrodomésticos) y Afarte (terminales electrónicas de Tierra del Fuego); todo indica que no lo firmará la que nuclea a los fabricantes de autopartes (AFAC), cuyos directivos prefieren asociarse a las terminales automotrices en eventuales gestiones con el Gobierno que podrán incluir las condiciones laborales de sus operarios. Entre los ítems más llamativos, el pacto prevé que en caso de obtener un subsidio el empleador podrá computarlo como parte del 70% a abonarle a cada operario suspendido y no deberá usarlo para ampliar ese porcentaje.
La propuesta que el líder de la UOM, Antonio Caló, les llevó a los fabricantes, tiene como base de cobertura todos los trabajadores exentos de cumplir tareas durante la cuarentena por no estar afectados a industrias esenciales. Y surge de la eventual colisión de dos postulados de los decretos de necesidad y urgencia que habilitaron el aislamiento social obligatorio: el que establece que los asalariados tendrán derecho a percibir sus ingresos de manera íntegra durante la cuarentena, por un lado, y el que permite pactos de suspensiones con sueldos reducidos entre gremios y empresas, por otro.
Caló y el resto de la conducción de la UOM, más veteranos del rubro que muchos de sus paritarios del sector empresario, eligieron adelantarse a una posible caída de empresas producto de la extensión de la cuarentena o bien del pago de salarios incluso en contradicción con el DNU de Alberto Fernández. Dicho de otra forma, a pesar de estar amparado en el decreto el sindicato optó por atacar la crisis con una solución integral a costa de los niveles de ingresos pero a cambio de garantizar la continuidad de los puestos.
Para ello abordó la negociación con los empleadores en sociedad con el Gobierno, que conocía de antemano el texto del acuerdo que, todo indica, se firmará este sábado. En particular, el punto que fijaba la no remuneratividad de los pagos a los operarios exceptuados de concurrir a sus labores durante la cuarentena. Es que ese punto contradice un decreto de la gestión de Mauricio Macri que prohibía al Estado homologar acuerdos no remunerativos. “No es que eso lo firmó otro gobierno; se firmó cuando había otro mundo”, dramatizó un funcionario al tanto de las conversaciones de la UOM y que adelantó el aval del Ejecutivo a esa condición financiera.
Aunque restan algunos puntos de discusión, hasta el jueves a última hora había bastante consenso para el sostén de la UOM y de su obra social a través de un aporte extraordinario que harán las cámaras patronales: es que el texto prevé que el 2,5% que se les descuenta a los afiliados al gremio y el 2% de “cuota solidaria” forzosa que se les retiene a los que no lo son, serán cubiertos por los empleadores durante la crisis. Mientras que lo mismo sucederá con la proporción de aportes de cada trabajador a Osuomra, la obra social de la UOM, y a Forjar Salud, su administradora, que será absorbido por los fabricantes en la contingencia.
A cambio los empleadores se garantizaron que en caso de obtener alguno de los salvatajes financieros que el Gobierno lanzó para el pago de salarios podrán usarlo en su favor para restarlo del aporte no remunerativo, y no tendrán que depositarlo como extra en las cuentas sueldo de sus operarios. El programa que decretó el Ejecutivo para este fin contempla el pago de hasta un salario mínimo vital y móvil por cada inscripto en empresas de hasta 25 empleados, y asignaciones de menor cuantía hasta 100 trabajadores. Y por encima de ese número prevé un Repro fortalecido con montos que van de 6 mil a 10 mil pesos por cada asalariado.
Los plazos de vigencia del acuerdo eran motivo de debate: mientras la UOM reclama su aplicación desde el momento de la firma, las empresas prefieren a partir del 1 de abril para abaratar la primera quincena del mes. En cambio, hacia adelante el sindicato espera hacerlo durar por cuatro a seis meses y las cámaras patronales, por un trimestre. Otro punto de desacuerdo será el pago a los trabajadores dispensados de concurrir a sus labores por razones de edad (más de 60 años), por formar parte de poblaciones de riesgo (condiciones de salud previas) o bien por ser padres de hijos escolarizados. Para ellos el gremio reclama validar el DNU que les asegura el pago del 100% de sus salarios mientras que las empresas proponen abonarles lo mismo que a los suspendidos por el acuerdo.
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