28 de septiembre 2022 - 14:36

Insuficiencia cardíaca, una enfermedad que afecta a 1 millón de argentinos

La insuficiencia cardíaca es una patología cardiológica frecuente que afecta a entre el 2 y el 3% de toda la población. ¿Cuáles son los signos de alerta que emite el corazón a los que debemos estar atentos y consultar con el especialista?¿Cómo se trata?

Los cardiólogos pueden utilizar herramientas terapéuticas para mejorar los signos y síntomas de la Insuficienta Cardíaca y ayudar a mejorar el funcionamiento del corazón.

Los cardiólogos pueden utilizar herramientas terapéuticas para mejorar los signos y síntomas de la Insuficienta Cardíaca y ayudar a mejorar el funcionamiento del corazón.

Gentileza: Gaceta Médica

Cuando una persona piensa en las enfermedades típicas del corazón lo primero que viene a la mente son las patologías más "conocidas" como el infarto o las arritmias. Y realmente son pocos quienes han oído hablar de la insuficiencia cardíaca (IC). Sin embargo esta afección -que se genera cuando el corazón no logra bombear sangre a todo el cuerpo con eficacia-, es muy frecuente. De hecho, las estadísticas indican que la insuficiencia cardíaca en su forma crónica (ICC) afecta a entre el 2 y el 3% de la población global. Es, además, una patología cuya frecuencia se va elevando a medida que aumenta la edad de las personas, por lo que se la puede diagnosticar en hasta algo más del 10 % de todos los mayores de 70 años ([1]).

¿Cómo es que afecta a tanta gente? La razón es que esta condición cardiológica es un resultado común que suele estar asociado a las consecuencias de varias enfermedades cardíacas y metabólicas (hipertensión, diabetes, obesidad) que no resultan tratadas adecuadamente en tiempo y forma ([2]).

¿Qué es la insuficiencia cardíaca?

Los cardiólogos definen a la Insuficiencia Cardíaca (IC) como un síndrome clínico caracterizado por la presencia de síntomas y signos típicos causados por una anormalidad estructural o funcional cardíaca. Se caracteriza por la incapacidad del corazón de bombear sangre suficiente para satisfacer las necesidades metabólicas sin aumentar las presiones de llenado ([3]). Se trata de una enfermedad progresiva, debilitante y potencialmente mortal. Según los datos resumidos en diversos estudios la IC es, actualmente, la principal causa de internación en pacientes mayores de 65 años.

Aunque poco conocida por el público, la IC es una afección muy común. De hecho, de acuerdo a un estudio médico publicado en 2016, se calcula que afecta a -al menos- 63 millones de personas en todo el planeta. Por otra parte, se piensa que su frecuencia seguirá aumentando ya que va de la mano del fenómeno del envejecimiento ([4]).

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En Argentina según datos del Ministerio de Salud de la Nación, la Insuficiencia Cardíaca (IC) encabeza el ranking de causas de muerte dentro de las enfermedades del sistema circulatorio, superando a los fallecidos anuales por enfermedad cerebrovascular o por hipertensión arterial ([5]).

Como en todo el mundo se verifica un aumento en la expectativa de vida que resulta en este "envejecimiento" de sus habitantes, lo cierto es que se prevé que la prevalencia de la IC seguirá en aumento en los próximos años. A esto se suma que también hay un aumento de las comorbilidades que pueden estar asociadas a la IC, como la diabetes, y una mayor sobrevida de pacientes con diversas patologías cardíacas, algo que también incide en un aumento de nuevos casos de IC. Es importante resaltar que la IC a menudo se manifiesta después de que otras afecciones hayan dañado o debilitado el corazón ([6]) y que la principal responsable suele ser la diabetes tipo 2. De hecho, los pacientes que la padecen tienen el doble de riesgo de desarrollar IC que aquellos sin diabetes ([7]).

En Argentina, entre más de 19.000 pacientes incorporados a registros y estudios de IC (aguda o crónica), la prevalencia observada de diabetes tipo 2 osciló entre el 21% y 34%, con una tendencia en aumento durante los últimos 18 años ([8]). Por este motivo, la IC ha comenzado a considerarse “la complicación frecuente, olvidada y a menudo fatal de la diabetes” ([9]).

Justamente la existencia de este tipo de registros de pacientes con insuficiencia cardíaca, como el OFFICE IC ([10]) son iniciativas muy importantes de salud pública, ya que su objetivo es recopilar información específica que sirve para describir en detalle la situación de la ICC en Argentina. Esto incluye desde las características y edades de los pacientes a las comorbilidades más comunes y otros parámetros epidemiológicos. Todos esos datos pueden ser luego sistematizados y aprovechados para detectar y tratar esta enfermedad en forma más precoz y eficiente.

Los síntomas que deben generar una consulta

"Un fenómeno social generalizado que ocurrió durante muchos meses tras el inicio de la pandemia de Covid-19, es que muchísimas personas postergaron todo tipo de controles médicos", explica el doctor Héctor Deschle, presidente de la Sociedad Argentina de Cardiología. Y agregó: "en el campo de la salud cardiovascular- registramos una caída significativa de consultas y estudios". Por otro lado -especialmente en el tema de la IC- el panorama se vio agravado "ya que suele ocurrir que los síntomas de la IC se van manifestando en forma gradual y, a veces, las personas no los perciben durante un tiempo. Eso hizo que muchos diagnósticos se demoraran y los pacientes no accedieran a los tratamientos en forma adecuada hasta tener la enfermedad más avanzada".

Los especialistas resumen cuáles son los principales síntomas que pueden llevar a pensar en la posibilidad de la presencia de la IC y la necesidad de realizarse los estudios necesarios para diagnosticarla. Los síntomas a tener en cuenta son: disnea, o dificultad para respirar, tos, capacidad disminuida frente al ejercicio o actividades diarias, fatiga o cansancio y edemas localizados (hinchazón de miembros inferiores).

¿Cómo se diagnostica?

La medicina tiene hoy muchos estudios que sirven para confirmar, o descartar, un diagnóstico de IC. Estos incluyen análisis de sangre, electrocardiograma, eco-Doppler cardíaco, resonancia magnética, cateterismo cardíaco (permite conocer si existen obstrucciones en las arterias del corazón), Holter (permite saber cuál es el ritmo cardíaco y si existen arritmias), test de la caminata, test de ejercicio cardiopulmonar y la ergometría, entre otros. Pero más allá de cómo se llega al diagnóstico, lo esencial es que si se tiene IC, el paciente tenga el seguimiento y control adecuado, por parte de un equipo de especialistas ([11]).

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Los cardiólogos pueden utilizar herramientas terapéuticas para mejorar los signos y síntomas de la IC y ayudar a mejorar el funcionamiento del corazón. Por otra parte, también colabora en la recuperación del paciente la realización del ejercicio físico adecuado a cada caso. La actividad de este tipo reduce el riesgo de hospitalizaciones y -en muchos casos- mejora la calidad de vida ([12]).

Finalmente, el presidente de la Sociedad Argentina de Cardiología, remarcó que "la IC, como otras patologías, tenemos mejores resultados cuando las tratamos en forma precoz. Sobre todo porque hoy disponemos de muchos tratamientos y opciones muy efectivas para que el paciente con IC experimente una mejora significativa en su calidad de vida y también le otorgue una expectativa de vida mayor. Hoy detectar, y tratar la IC, es posible y genera enormes beneficios de salud.”

4 respuestas sobre la insuficiencia cardíaca

-¿Pueden las personas con IC hacer ejercicio?

Sí, la actividad física es beneficiosa para pacientes con IC. Consulte siempre con su médico que tipo de ejercicios son los más adecuados.

-¿Puede mantener relaciones sexuales?

Sí, pueden mantener una vida sexual activa. Sin embargo, podrían presentarse alteraciones en la función sexual. En ese caso se recomienda consultar con el especialista.

-¿Puede viajar un paciente con IC?

Sí, puede realizar viajes siempre que se encuentre clínicamente estable. Recuerde llevar siempre la medicación indicada y el listado actualizado con las dosis recetadas.

-¿Puede manejar un vehículo?

Sí, pero conviene consultar con el profesional tratante para evaluar la situación en particular.

[1]. Rev Argent CARdiol 2022;90:15-24. http://dx.doi.org/10.7775/rac.v90.i1.20480

[2]. Savarese G, Lund LH. Global Public Health Burden of Heart Failure. Card Fail Rev 2017;3:7-11. https://doi.org/10.15420/cfr.2016:25:2 // https://doi.org/10.1161/CIRCRESAHA.113.300268

[3]. McDonagh TA, Metra M, Adamo M, et al. 2021 ESC Guidelines for the diagnosis and treatment of acute and chronic heart failure. European Heart Journal. 2021;(00): 1-128. doi:10.1093/eurheartj/ehab368

[4]. GBD 2016 Disease and Injury Incidence and Prevalence Collaborators. Lancet 2017;390:1211–1259.

[5]. Ministerio de Salud de la Nación Argentina. Estadísticas vitales. Información básica Argentina – Año 2018. 2019;5.

[6]. Mayo Clinic. Heart failure. Published 23 December 2017. Accessed 15 september 2021. https://www.mayoclinic.org/diseases-conditions/heart-failure/symptoms-causes/syc-20373142

[7]. Nichols GA et al. The Incidence of Congestive Heart Failure in Type 2 Diabetes. Diabetes Care. 2004;27(8):1879-1884.

[8]. Diez M et al. Recomendaciones Conjuntas de la Sociedad Argentina de Cardiología y la Federación Argentina de Cardiología para el manejo de la Insuficiencia Cardíaca. Uso de nuevas drogas antidiabéticas en insuficiencia cardíaca. Rev Argentina Cardiol. 2020;88:1-35.

[9]. Bell DSH: Heart failure: the frequent, forgotten, and often fatal complication of diabetes. Diabetes Care. 26:2433–2441, 2003.

[10].Thierer, J; Perna, E; Marino, J, et al. Rev Argent Cardiol 2022;90:15-24. http://dx.doi.org/10.7775/rac. v90.i1.20480

[11]. McDonagh TA, Metra M, Adamo M, et al. 2021 ESC Guidelines for the diagnosis and treatment of acute and chronic heart failure. European Heart Journal. 2021;(00): 1-128. doi:10.1093/eurheartj/ehab368

[12]. https://www.insuficienciacardiaca.com.ar/pdf/chp-1647-materiales-act-cuidados-para-el-paciente-con-ic-v12.pdf

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