25 de noviembre 2025 - 14:05

Las caídas globales de Internet: los costos de la concentración de la infraestructura digital

Durante el último mes, al menos dos fallas en servicios de líderes de la industria causaron colapsos globales en Internet. La costosa infraestructura digital y la concentración del mercado, dos grandes desafíos de la era digital bajo la lupa.

¿Qué hay detrás de las 3 grandes caídas de Internet a nivel global?

¿Qué hay detrás de las 3 grandes caídas de Internet a nivel global?

Imagen creada con IA

La infraestructura digital se convirtió en el sistema nervioso del mundo moderno. Detrás de cada aplicación que usamos - hospitales que gestionan turnos, billeteras virtuales, plataformas educativas, comercio electrónico y más - operan múltiples servicios en la nube que procesan datos, ejecutan funciones y mantienen todo disponible en tiempo real. Ese entramado, invisible para la mayoría, sostiene gran parte de la actividades económicas y sociales. En un tiempo que vira cada vez más hacia la digitalización, surge un dato inquietante: tan solo tres compañías concentran el 63% del mercado global de los servicios en la nube.

Así, se despliega un escenario donde una sola falla técnica puede tener impacto planetario y generar pérdidas millonarias en cuestión de minutos.

CrowdStrike, AWS y Cloudflare: los tres ejemplos recientes de caídas globales de Internet

En el último año y medio se registraron tres episodios de alcance global que ilustran la vulnerabilidad del sistema. A mediados de 2024, una interrupción vinculada a la plataforma de ciberseguridad CrowdStrike provocó demoras e inconvenientes en aeropuertos. En octubre de este año, una falla en servicios de Amazon Web Services (AWS) afectó desde gigantes de la industria hasta comercios locales que no pudieron procesar cobros en sus terminales. Y la semana pasada un problema en los servicios de CDN de Cloudflare dejó a millones de usuarios sin poder scrollear en X o hacer consultas a ChatGPT.

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El cómic web de xkcd que refleja una inquietud en la industria tecnológica: la aparente fragilidad de todo el sistema.

El cómic web de xkcd que refleja una inquietud en la industria tecnológica: la aparente fragilidad de todo el sistema.

Así, más allá de los detalles técnicos de cada caso, los tres episodios tienen algo en común: la concentración de los servicios digitales.

¿Qué pasó durante el último mes? Todo comenzó en octubre, cuando una incidencia en el Sistema de Nombres de Dominio (DNS) de AWS desencadenó fallas en redes sociales (por ejemplo, Snapchat y Reddit), problemas en plataformas como Duolingo y Zoom, repercusiones en hospitales y también en entidades financieras Lloyds y Halifax en el Reino Unido, y bancos como BBVA y Galicia en la Argentina - , entre otros.

¿Cuál fue el impacto total de la caída? Si bien es difícil de conmensurar, el sitio web downdetector afirmó haber recibido más de 17 millones de informes de usuarios globales desde las 00:00 UTC del 20 de octubre hasta las 09:15 UTC del 21 de octubre, cuando se reestablecieron completamente los servicios.

En cuanto al costo económico, el director ejecutivo de la firma de monitoreo Catchpoint, Mehdi Daoudi, habló de pérdidas potenciales “por cientos de miles de millones de dólares” vinculadas al episodio, cifras que deben entenderse como estimaciones. En referencia a esto, la firma estadounidense de investigación y consultoría Gartner estima que el downtime le cuesta a las empresas, en promedio, u$s5.600 por minuto, y que para compañías grandes el costo por minuto asciende a u$s23.000.

Posteriormente, el miércoles 18 de noviembre la nueva caída global de Internet tuvo como protagonista a Cloudflare, un importante proveedor de seguridad en internet y de Red de Entrega de Contenido (CDN) a nivel mundial, que ofrece servicios como la verificación de que las conexiones de los visitantes a los páginas web provengan usuarios de carne y hueso y no de bots, entre otros. Aquel día, un error interno originado por un cambio en los permisos de una de sus bases de datos generó que miles de usuarios tuvieran inconvenientes a la hora de utilizar diferentes páginas web y aplicaciones.

La concentración de la infraestructura digital: el caso de la nube

Lejos de los tecnicismos, los episodios narrados tienen una cuestión en común: gran parte de Internet se sostiene en la infraestructura de unos pocos jugadores. Y cuando alguno de ellos falla, gran parte de Internet lo hace en consecuencia, afectando servicios necesarios en el día a día de personas en todo el mundo.

La nube abarca hoy servicios y productos que sostienen la mayoría de nuestras actividades, tanto en online como en nuestro día a día: aplicaciones de mensajería, sistemas de pago, plataformas de comercio electrónico y herramientas de inteligencia artificial y más. Gran parte del ecosistema digital depende de infraestructuras que no vemos, pero que están funcionando (casi) 24/7: los centros de datos de Amazon, Microsoft y Google.

Según el reporte de Synergy Research Group para el Q2 de 2025, las mencionadas empresas se reparten actualmente el 63% del mercado. La lista es liderada por Amazon AWS (30%), seguida por Microsoft Azure (20%) y Google Cloud (13%).

El mismo informe explica que el 37% restante del mercado está dividido entre proveedores más pequeños, de los que ninguno supera el 4% de la cuota de mercado. Si se considera solo la nube pública, el market share combinado de las tres asciende al 68%. Además, empresas como Amazon ofrecen casi 200 servicios diferentes, lo que extiende la lógica de acumulación a múltiples capas del ecosistema digital.

“El ecosistema actual ya no es una lista de silos aislados, sino un tejido complejo e interconectado que abarca desde centros de datos tradicionales y virtualización, hasta nubes públicas y privadas”, explica Diego Sanin, líder en soluciones tecnológicas para SOLA East Region en Red Hat. “Estos incidentes subrayan una realidad crítica: la concentración de aplicaciones y servicios en proveedores únicos o arquitecturas monolíticas incrementa el riesgo del sistema”, agrega. En este sentido, advierte sobre la existencia de “puntos únicos de fallo” que, al presentar incidencias, provocan errores en cadena.

El caso de Cloudflare

Por el lado de Cloudflare, según describe la propia empresa, su red de servicios abarca más de 330 ciudades en más de 120 países/regiones. Según una estimación del sitio especializado W3Techs, la mencionada empresa ”es utilizado por el 81,5% de todos los sitios web de los que conocemos su servicio de proxy inverso” ¿Qué significa esto? Que al menos el 20,4% - una quinta parte - de todos los sitios web utilizan, en algún lugar de sus procesos, servicios de la mencionada empresa.

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El peso de Cloudflare vs uno de sus principales competidores en el ámbito de la infraestructura digital.

El peso de Cloudflare vs uno de sus principales competidores en el ámbito de la infraestructura digital.

“La ventaja de los grandes jugadores es la escala” reconoce Sanin. El auge de la computación en la nube y la economía de plataformas – nacido a mediados de la década de 2000 - revolucionó a la industria de IT en pocos años gracias a una promesa alentadora: con su aparición, las empresas podían liberarse de la construcción y el mantenimiento de sus propios centros de datos, además de escalar la capacidad de computación de forma flexible y beneficiarse de las inversiones que solo los gigantes de la industria podían alcanzar. La economía intrínseca a estos modelos de negocio fomentó rápidamente una extrema concentración de mercado ya que los grandes desembolsos que requería la infraestructura digital solo pudo ser afrontado por un puñado de corporaciones.

Más allá de las diversas ventajas que logró la aparición de la nube - y a vistas de los episodios descriptos - Sanín sentencia: “La desventaja crítica es la concentración: si ellos fallan, todos fallan”.

Desafíos y conclusiones

“La gran mayoría de las interrupciones masivas se originan en la complejidad operativa”, afirma Sanin. Dos desafíos emergen con fuerza: la observabilidad (capacidad de medir y entender lo que ocurre en sistemas distribuidos) y la gobernanza de datos y ecosistemas digitales (quién tiene responsabilidad, cómo se auditan los cambios, qué transparencia exige la sociedad).

Si la problemática ya estaba presente, la irrupción de la IA añadió un ángulo adicional: “La adopción acelerada de la IA y los sesgos de automatización introduce riesgos. Si no se gestiona con transparencia pueden llevar a que decisiones erróneas se ejecuten a 'velocidad de máquina', amplificando fallos e incidentes en segundos”, advierte sobre el futuro Sanin.

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