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“Revival” Scioli vs. Randazzo y lapicera 2017 agitan cumbre PJ
• INTENDENTES DE LOS GRUPOS FÉNIX, ESMERALDA Y ESTABLO EXPLORAN UNIDAD.
• EL FACTOR CRISTINA.
Cumbre del peronismo bonaerense mañana en Lobos. Desafío: armar listas de candidatos sin tutela K. Primeras bajas: Granados e Ishii.
Además de los gobernadores y los intendentes en diáspora, la otra viga estructural del peronismo son los sindicatos. Con poder de movilización pero con marginal representatividad en las urnas de cara a 2017, la CGT se encuentra anestesiada y, al igual que el peronismo bonaerense, atomizada. El triunvirato de conducción está cerca de Massa a través de Héctor Daer, diputado del FR, y Carlos Acuña, también legislador massista. Se destaca por afuera el moyanista Juan Carlos Schmid. El jefe del sindicato de camioneros fue clave para desactivar el amague de paro nacional y amansar las protestas. La cuota de docilidad faltante la aportó Luis Barrionuevo: "A este gobierno hay que darle por lo menos dos años". Una sintomática fijación con los períodos de dos años.
Más allá del diagnóstico, en el peronismo existe un solo dato tangible: "Acá pueden surgir muchos armados y podemos putearnos todas las veces que haga falta. Pero en la interna lo único que no cambia desde que asumió Macri es que Cristina y Scioli siguen conservando un piso de entre el 25 y el 30% de intención de voto", explica un intendente que mañana estará en Lobos. Sobre la base de esa certeza, admitida tanto por el Esmeralda de Insaurralde como por el Fénix de Magario (La Matanza) y Leonardo Nardini (Malvinas Argentinas), ya se activó el operativo para que Randazzo tenga la interna contra Scioli, que Cristina de Kirchner le negó en 2015 cuando consagró al entonces gobernador bonaerense como candidato único con Carlos Zannini como compañero de fórmula.
La Casa Rosada sigue de cerca la interna ajena, casi con rigor peronista. El peor escenario sería el peronismo reunificado con el kirchnerismo residual de Scioli y el post kirchnerismo de Randazzo dirimiendo liderazgos en una PASO. El factor irritante de Cristina podría tener otra salida: la expresidente saldría de la interna bonaerense para ser candidata por Santa Cruz.
Para debilitar esa construcción, la Casa Rosada todavía tiene al Grupo Establo de intendentes peronistas del interior de la provincia de Buenos Aires. Teniendo en cuenta que Macri bajó las retenciones al campo como una de sus principales medidas de reactivación económica, este sector conserva su autonomía tanto frente al filokirchnerista Fénix como ante el Esmeralda. Y, alentados por Joaquín de la Torre, ministro de la Producción de María Eugenia Vidal, exploran sus propia lista de candidatos para las legislativas 2017.
Respecto del presupuesto bonaerense, Vidal necesita los votos peronistas en la Legislatura para aprobar los gastos por $522.000 millones de 2017 y el endeudamiento de $60.000 millones para cubrir el déficit, ya que no resulta suficiente para Cambiemos que potencie el acuerdo establecido con Massa porque ahora también precisa voluntades peronistas, como sucedió en diciembre pasado. Alejandro Granados (Ezeiza) y Mario Ishii (José C. Paz), los intendentes peronistas más cercanos al PRO, adelantaron que no asistirán a Lobos y que apoyan el proyecto de Presupuesto 2017 que envió la gobernadora.
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