17 de noviembre 2025 - 00:00

Automotrices cierran un año al ritmo de la era libertaria: estampida de ventas por más oferta, pero con alarmas en la producción

Los patentamientos tuvieron un festivo 2025 a raíz de la reaparición del crédito, la baja de la inflación y de la apertura importadora. Al mismo tiempo, el dólar pisado y el "costo argentino" impactaron de lleno en las exportaciones, con rebotes en la industria. Expectativas por el acuerdo con EEUU.

Las automotrices cierran un 2025 con buen nivel de ventas y con el desafío de mejorar la competitividad.

Las automotrices cierran un 2025 con buen nivel de ventas y con el desafío de mejorar la competitividad.

El sector automotor se encamina a cerrar un 2025 positivo, en un año que se trazó al compás del comportamiento general de la economía, donde la mayor apertura importadora permitió un repunte de las ventas al recomponer la oferta de vehículos, pero, al mismo tiempo, los problemas estructurales derivaron en luces amarillas para la exportación y, por ende, para la producción.

Con los números consolidados a octubre, el mercado acumuló subas en cada uno de los meses respecto a 2024. Alzas importantes que llevaron a un crecimiento de 55% en el acumulado. El mercado superará las 600 mil unidades en año completo; un volumen en línea con el potencial de la plaza local. Lejos aún de los récords de 2013, cuando se orilló el millón de unidades, pero a tono con buenos años para las ventas de 0KM.

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Es decir, hay margen para seguir creciendo. La comercialización de autos tuvo un 2025 de marcada recuperación, que invita a pensar en mejoras sostenidas y sostenibles. Es que se trata de un alza que se da por el reacomodamiento de las variables macro, antes que por una mejora en el poder adquisitivo de las clases medias. Es decir, de comenzar una senda de mejora de los salarios y de descongelamiento de la actividad y del empleo, este 2025 podría marcar un piso para el mercado local.

Para entender la mejora en las ventas, hay que entender que el primer semestre se midió contra los pisos de 2024, cuando luego de la devaluación de diciembre de 2023 el mercado había entrado en un pozo. Sin embargo, ese guiño complaciente de cotejar contra el magro inicio del año pasado se sostuvo también en la segunda mitad, cuando ya se comparaba contra meses de rebote.

La baja de la inflación le dio previsibilidad a los precios en los concesionarios, al igual que el dólar contenido, primero por el crawling peg del 1% y luego por el sistema de bandas en la salida del cepo a individuos. Esa mejora financiera se trasladó a una recomposición de la oferta de financiación, con opciones en créditos prendarios incluso a tasas del 0%, claves para reactivar la demanda. Además, esas promociones se mantuvieron cuando las tasas volaron por el aire tras el desarme de las LEFI en julio que derivó en una crisis de liquidez.

También fue central el mayor protagonismo de las marcas importadoras, quizás las grandes ganadoras del año, con crecimientos que en algunos casos superaron el 600%, mientras que las premium estuvieron por encima del 100%. Libertad para importar y dólar barato, el combo que impulsó las ventas de las importadoras, que venían de años de operaciones freezadas, inmersas en marañas burocráticas y trabas en los puertos.

Así, los salones de venta dejaron atrás la falta de stock de tiempos anteriores, y con ello se terminó el deporte nacional del sobreprecio en concesionarios. Los precios de lista se remarcaron en la era Milei en sintonía con la inflación, por debajo de la devaluación. Pero los valores reales de venta al público encontraron el equilibrio.

Otro punto a observar del año es el avance las marcas chinas, que pueden despertar el auge eléctrico que jamás se trasladó a la Argentina. Llegó el gigante BYD, se relanzó Chery con una oferta agresiva, al igual que Geely, por citar los casos más resonantes. El avance de las automotrices del Gigante Asiático puede reconfigurar la competencia en el mercado local como ya ocurre en buena parte del mundo, con un crecimiento sostenido de las chinas que pone en aprietos a las firmas más tradicionales.

De hecho, un 50% del cupo para importar vehículos electrificados sin aranceles fue utilizado por marcas chinas. Un indicio respecto al futuro del mercado automotor.

En paralelo, días atrás se anunció el amplio acuerdo comercial con los EEUU, que integra al sector automotor. Mientras las fábricas esperan conocer la letra chica del acuerdo, las primeras reacciones fueron optimistas. El acuerdo podría abrir la puerta a productos fabricados en Norteamérica, al tiempo que autopartistas miran el potencial exportador, más allá de las amenazas comerciales.

El costo argentino traba las fábricas

Sin embargo, las luces de alarma se encienden por el lado de la producción. Un mercado que en ventas creció un 55% no tiene su contrapartida en las fábricas locales. En el acumulado a octubre el alza es de apenas de 2,8%. En este caso, el saldo positivo se da por el mal primer semestre de 2024, ya que, por ejemplo, octubre 2025 terminó en una baja del 10% contra el mismo mes del año anterior.

Así como la apertura importadora y el dólar pisado dinamizaron la oferta y más productos fabricados en otros países, principalmente Brasil, se colaron en el top ten después de año de dominio de autos nacionales, ese mismo combo suma dificultades a las plantas locales.

El encarecimiento de los productos argentinos para los mercados externos no es mono factor (dólar). Las principales quejas del sector -y que tienen buena recepción en el Gobierno- pasan por la exagerada carga fiscal que tiene la producción en el país. Argentina exporta alrededor de un 20% de impuestos, contra un 0% de México, por ejemplo.

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Desde el marco institucional de ADEFA, la asociación que nuclea a las fábricas, está planteada la necesidad de una reforma que no cargue tributos en toda la cadena productiva. En especial, apuntan a gravámenes provinciales como Ingresos Brutos y a las tasas municipales, que encarecen la operatoria. Buscan, en cambio, que la recarga pase por el consumo, al eslabón final. Por eso, no sorprende que las exportaciones hayan tenido un retroceso de 10% en lo que va de 2025, comparado contra un año flojo como lo había sido el 2024. En octubre, la caída en las ventas al exterior fue de 17,6 % en la comparación interanual.

No obstante, hubo novedades de relieve para la industria, que sigue apostando a la producción nacional. Las pick ups Fiat Titano y RAM Dakota, de manufactura cordobesa en Stellantis, la ampliación de los desembolsos de Ford para fabricar la Ranger híbrida, los anuncios de Volkswagen para avanzar con la Amarok renovada o el avance de Renault en su inversión para producir una pick up compacta son algunos de los nuevos proyectos que le dan previsibilidad al complejo productivo argentino en un mundo cada vez más cerrado.

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