En abril, subieron también las ventas de miel al exterior

También aumentó la cantidad de empresas dedicadas a la actividad; en su gran mayoría, pequeños productores.

La devaluación y la apertura de los mercados también beneficiaron la exportación apícola. En abril, las exportaciones de miel aumentaron 46% en volumen y 76% en valor respecto del mismo mes del año pasado, según comunicó la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación (SAGPyA) en su informe mensual sobre el sector apícola.

En abril de 2002 se exportó por un total de 11.000 toneladas, por un valor superior a los 13 millones de dólares. Por su parte, en el primer cuatrimestre del año las exportaciones ascendieron a un total de 33.000 toneladas de miel, por un monto superior a los u$s 37 millones. Por otra parte, durante el primer cuatrimestre del año el precio medio de venta fue de 1,12 dólar el kilo, mientras que el precio de venta de abril fue de 1,20 dólar el kilo.

Asimismo, se duplicó el número de empresas exportadoras; en su mayoría firmas pequeñas que han incursionado con éxito en el mercado internacional. En los primeros cuatro meses exportaron productos apícolas un total de 52 firmas.

• Orgánicos

Respecto de la actividad apícola orgánica, durante 2001 el mayor desarrollo se observó en las provincias de Entre Ríos, con 31% de la colmenas bajo seguimiento; Buenos Aires con 21%; Chaco con 18%; y San Luis con 16,5% de las mismas.

En cambio, la actividad fue menor en las provincias de Córdoba (7%); y La Pampa (5%). El número de colmenas bajo seguimiento tuvo un fuerte incremento entre los años 2000 y 2001, pasando de casi 12.000 colmenas a más 22.000 en ese lapso, incremento equivalente a 85%. Este hecho se refleja en el aumento del volumen de miel certificado en el período.

Las exportaciones de miel orgánica tuvieron como principal destino a los países de la Unión Europea, con 192 t sobre un total de 245 t y registraron un crecimiento de 53% con respecto al año 2000.

En el mercado externo, el sector apícola argentino presenta condiciones favorables para nuestros productos debido, principalmente, a la falta de miel en el mercado europeo y a la prohibición temporaria de ingresar miel china en la Unión Europea.

La Argentina no sólo está exportando miel sino que ha comenzado a desarrollar otros productos de la colmena, como las abejas reinas, la jalea real y el polen, que hoy son ubicados a precios internacionalmente competitivos.

Por otra parte, desde enero de 2002 se puso en marcha el sistema de trazabilidad en la miel, identificando a los tambores con el número del Registro Nacional de Productores Apícolas (RENAPA) que lleva adelante la SAGPyA, juntamente con los gobiernos provinciales y con los miembros del Comité de Apicultura.

Asimismo, durante abril y mayo se introdujeron diversas modificaciones en la reglamentación de la actividad. En este sentido, se establecieron nuevas condiciones edilicias que deben cumplir las salas de extracción de miel.

• Vigencia

Esta nueva norma deroga todo el capítulo de salas de extracción de la Resolución SENASA Nº 220/95. Unicamente permanecen vigentes los puntos referidos a salas de fraccionamiento, de acopio y de los depósitos.

La nueva norma establece tres categorías de salas, en orden de incremento de requerimientos:

• Inscriptas

• Registradas

• Habilitadas También incluye las salas de extracción móviles que hasta la fecha no estaban normadas. La inscripción y el registro de salas podrá realizarse directamente en las provincias mientras que la habilitación será exclusividad del SENASA. Además, se introdujeron modificaciones en el Arancel Externo Común, derechos de importación extrazona y reintegros, así como también cambios en los plazos aduaneros. La Resolución General de Aduanas Nº 1275 que en su artículo 1º establece a los fines de la espera de pago de los derechos de exportación, el exportador podrá optar por depósito de dinero en efectivo, aval bancario o póliza de seguro de caución.

También se amplió el plazo de pago para los derechos de exportación.

Los mismos pueden abonarse en el momento de la liquidación de las divisas o como máximo 120 días, sin intereses, posteriores al día siguiente de realizado el libramiento. Solamente rige para las empresas que facturan menos de u$s 20 millones anuales.