El cuadro adjunto muestra la proyección de resultados para la zona sudeste de Buenos Aires sobre la base de los precios estimados a cosecha para granos gruesos y trigo.
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Se presentan las cifras para los cultivos realizados por administración en campo propio, y con la forma de porcentaje o arrendamiento en campos de terceros.
Se acaban los tiempos, la fecha de siembra se viene encima y para los campos con aptitud agrícola no queda otra alternativa que sembrar. Incluso para los campos mixtos, esta actividad arroja resultados superiores a los de la cría o la invernada. El margen bruto no es el único parámetro a tomar en cuenta en las comparaciones entre agricultura y ganadería: el capital invertido y el retorno por peso empleado es, asimismo, mayor para los planteos agrícolas.
En la zona núcleo triguera es poco probable que disminuya el área sembrada, puesto que, en comparación con otras alternativas agrícolas, el trigo es un cultivo que con buenos rindes compite con ventaja frente al maíz y la soja.
Las restricciones financieras de muchos productores, quienes además del capital de trabajo que requiere la próxima siembra deben cancelar deudas de campañas anteriores, pueden derivar en un menor uso de tecnología en la presente campaña. Pese a que la fertilización es una técnica que permite aumentar los rindes en forma rentable, no habría que descartar que se utilicen dosis menores, simplemente por restricciones financieras.
No debe descartarse, asimismo, que gradualmente se recomponga el crédito de proveedores, para aquellos productores que posean su cuenta corriente en orden.
Para los que todavía tienen trigo de la última campaña, la relación insumo-producto no es mala. La determinación del momento óptimo para convertir trigo en insumos deberá tomar en cuenta la evolución, de aquí en más, del grano y de los insumos requeridos para la próxima siembra.
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