Se cumple este sábado 1 de julio un aniversario luctuoso para el mundo del fútbol, como lo fue el asesinato a balazos del jugador colombiano Andrés Escobar, apenas 10 días después de la eliminación de la selección de su país en el Mundial de Estados Unidos.
A 29 años de la muerte de Andrés Escobar, asesinado por meter un gol en contra
El defensor de la selección de Colombia tuvo la desgracia de meter un autogol en el Mundial de Estados Unidos. Diez días después murió baleado.
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Andrés Escobar Saldarriaga, quien tenía 27 años, convirtió un gol en contra en la derrota de Colombia por 2-1 ante Estados Unidos que decretó la eliminación del equipo del Mundial de 1994. Diez días después del autogol que había marcado, la vida de Andrés Escobar se terminó en el estacionamiento de la discoteca El Indio, en la vía Las Palmas, en Medellín. Un sujeto le disparó seis balazos que se alojaron en el pulmón, el estómago, el cuello y el antebrazo izquierdo los que acabaron con su existencia.
Las especulaciones tras la muerte
Tras el asesinato, florecieron las especulaciones sobre si lo había matado una mafia de apostadores que habían perdido mucho dinero con la eliminación de Colombia del Mundial; o si había sido la presión de narcos y criminales que daban todo por la selección, o que finalmente su muerte no tuvo nada que ver con el fútbol.
Aunque se llegó a apuntar al extinto narco Pablo Escobar, la realidad es que Humberto Muñoz, un chofer y testaferro de narcos, fue quien apretó el gatillo por orden de los mafiosos 'Hermanos Gallón'. Lo cierto es que ese día se terminó la vida de quien había nacido un 13 de marzo de 1967 en el seno de una familia de clase media de Medellín, en el barrio Calasanz.
Con la selección marcó su único gol en el empate 1-1 ante Inglaterra, en Wembley. Jugó el Mundial de Italia 90, cuando el equipo cafetero quedó eliminado en octavos de final tras el fatídico error de René Higuita ante el camerunés Roger Milla y se perdió de jugar en el 5-0 de 1993 en el Monumental frente a Argentina por una lesión en la rodilla.
Por su modo de jugar y sus prolijos trajes se ganó el apodo de Caballero del fútbol. Durante el Mundial de Estados Unidos la prensa indicaba que estaba a una firma de fichar por el Milan de Arrigo Sacchi para reemplazar a Franco Baresi.
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