La noticia señala escuetamente que «le han devuelto a América del Sur (o Conmebol) la media plaza que le habían birlado». En realidad, el Comité Ejecutivo de FIFA, al votar con un aplastante 22 a 1 con abstención del presidente, no hizo más que dejar todo como estaba. Sin embargo, más que darle un aval a Julio Grondona, le pegaron un sonoro cachetazo a su titular, Joseph Blatter.
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Algunos infidentes -que estaban en el lugar-señalan que mucho tuvo que ver Nicolás Leoz, presidente de Conmebol, que insistió en que este asunto «no podía quedar así» y tildó de «traidor» antes de amenazarlo con quitarle el futuro apoyo del bloque a don Blatter. Grondona tomó la batuta e hizo un trabajo muy fino. Habló con Platini y después con Beckenbauer, para ganar voluntades.
A ambos les hizo llegar sus sólidos argumentos. Adujo que si no permitían elevar el cupo de 32 a 36 equipos en Alemania, no podían reestructurar (como lo habían intentado) la cantidad de plazas y menos hacerlo utilizando esta parte sur del continente: «Nos pasaron primero de 5 a 4,5 y ahora pretenden dejarnos con 4 plazas y sacaron la clasificación automática del último campeón; además de aquí salieron 9 de los 17 campeones mundiales, los 10 participantes de eliminatorias están regidos por una asociación que, vale decir, se hizo responsable de la organización de los mundiales del '30, '50 '62 y '78, cuando los favorecidos (Oceanía) sólo tienen dos equipos representativos (hablaba de Australia y Nueva Zelanda, que, por ejemplo, perdió los tres partidos disputados en la Copa Confederaciones), sin ningún peso futbolístico».
Tanto Platini como Beckenbauer escucharon los incontrastables argumentos y -en principio-prometieron su apoyo, aunque para que las cosas sigan el curso normal prometieron hacer llegar la «inquietud» a Lennard Johansson, presidente de la UEFA. Los europeos -sin perder tiempo-prometieron su total apoyo y de allí surgió la lapidaria elección, que tuvo un inesperado revés para Blatter y un cambio de dirección sorpresivo para él: se unieron contra sus peculiares posiciones los países de Europa y los de América del Sur (puede sumarse Concacaf), situación que tendrá enorme incidencia en las futuras elecciones, a pesar de que Blatter cuenta con los votos de Africa y Asia.
Aunque los dos representantes de Oceanía hicieron oír sus voces de protesta, finalmente el próximo mundial quedará integrado por 14 participantes de Europa, 4,5 de Conmebol, 3,5 de Concacaf, 4,5 de Asia, 5 de Africa y Oceanía 0,5. Es decir, como se venía jugando hasta este momento, aunque sin contar la participación del último campeón. Sin embargo, más allá de los cupos, el tema sirvió para cerrar una interna que hace pensar que el sillón de FIFA puede ocuparlo -a partir de Alemania-un nuevo presidente.
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