River fue más y festejó a lo grande frente a Boca
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La actitud de los jugadores de River, en especial de los juveniles Roberto Pereyra y Erik Lamela fue decisiva para que River manejara tácticamente el desarrollo, ya que estos aprovecharon las espaldas de Jesús Méndez y la flojedad en la marca de Christian Cellay para desbordar seguido por la izquierda.
El cambio de esquema que planteó Borghi (4-3-1-2 por el 3-4-1-2) no dio resultado y seguramente será el pasaporte de salida del técnico, que allá por la tercera fecha había dicho que si se cambiaba el dibujo era porque se había cambiado el entrenador.
River no logró la apertura del marcador pero tuvo cuatro llegadas claras (Mariano Pavone a los dos minutos, Lamela a los 16, Paulo Ferrari a los 20, Walter Acevedo de tiro libre a los 28 y Ortega a los 29) que fueron mal definidas o encontraron a un Javier García que tuvo una buena reaparición, como para que la pelea Lucchetti-Borghi quedara en el olvido.
Boca, con Riquelme lastimado, fue nulo futbolísticamente y abusó del pelotazo aéreo, un recurso que hace estéril cualquier análisis del juego.
Si en el primer tiempo fue el momento de los jóvenes de River, el segundo fue el de los más experimentados. Maidana cumplió con su promesa y con un cabezazo abrió el marcador a los 8 minutos (Matías Caruzzo perdió la marca), y desde allí la solidez del fondo local y la presencia de Matías Almeyda en el medio juego fueron más que suficientes ante un Boca vacío de fútbol y temperamento.
Pereyra y Acevedo, a los 56 y 74, pudieron aumentar pero ese River ya era entonces un equipo más cauteloso, como temiendo que los malos recuerdos ante Boca se hicieran otra vez presente.
El reemplazante de Riquelme, Cristian Chávez, con dos remates desde fuera del área a los 23 y 43 minutos, fue la única presencia ofensiva de un equipo ya vencido antes del final.
Los ingresos de Luciano Monzón y Lucas Viatri promediando la segunda etapa (por los muy flojos Méndez y Mouche) para volver al esquema preferido de Borghi, tampoco dieron resultado.
Siete partidos oficiales perdidos sobre 14 y sólo un punto en cuatro clásicos (ante Independiente), son la foto de un ciclo Borghi que "terminó" como empezó, como una pesadilla.
Pero esa es una historia que poco le importa al simpatizante de River, que vivió una fiesta como en los tres primeros partidos de este torneo, cuando ilusionaron las tres victorias del equipo de Ángel Cappa, recordado gratamente por los jugadores cuando terminó el partido.
En la próxima fecha River será el visitante de San Lorenzo, el domingo a las 17, y Boca será local de Arsenal, el mismo domingo a las 19, probablemente con Roberto Pompei como técnico interino.
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