Volar alto no cuesta mucho
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A este punto importante habrá que sumarle que llegan a esta instancia luego de un trabajo que demandó seis trabajosos años(desde aquel Sub-22 de Australia '97) que terminó por amalgamar un grupo compacto en el juego, de amistad en la vida cotidiana, y una promesa de fidelidad con "su" selección. Equipo que llega a este Mundial de Indianápolis lleno de condimentos distintivos. Una edad que oscila entre los 20 y 26 años y una experiencia para esa etapa de vida que pocos jugadores pueden sustentar.
El repaso por las estadísticas señala que de los ocho "magníficos" (como les llama la gente del básquetbol), Pepe Sánchez, Lucas Victoriano, Fabricio Oberto, Emanuel Ginóbilli, Leo Gutiérrez, Luis Scola, Leandro Palladino y Gabriel Fernández, cinco de ellos jugaron el Sudamericano y Panamericano juvenil del '94, seis el Mundial juvenil del '95, los ocho en el Panamericano y Mundial Sub-22 del '96 y '97, sumando partidos de relevancia.
A Ellos se le unieron luego Montecchia, Sconochini, Nocioni y Wolkowiski, que llegaron a su nivel más alto precisamente en el Premundial de Neuquén del año pasado. Un equipo que sin dudas- estaba un escalón por encima de los vistos a partir del aquel recordado equipo del '50. Por eso (más allá de las especulaciones previas) es lógico suponer que este equipo como mínimo- está capacitado para darle respuesta a las exigencias de la afición e insuflarle una cuota de optimismo.
Cierto es que no debe ser desmesurado, aunque el objetivo es alcanzar un modesto sexto lugar...para luego pensar que se puede escalar hasta un lugar en el podio, algo que no se consigue desde aquel título Mundial del '50. En verdad, es lo que cabe esperar y no es descabellado suponerlo.
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