La publicación del fallo contra el país en el juicio arbitral iniciado en el CIADI (tribunal del Banco Mundial), que beneficia a un accionista de la empresa Transportadora de Gas del Norte con un resarcimiento de más de u$s 133,2 millones más costas e intereses, desató un escándalo por la conducta de un ex juez de la Corte Suprema de Justicia en otra causa ante el mismo organismo. El debate se ventila por ahora en Internet con un incesante cruce de mensajes de denuncia y descargo sobre el dictamen que el ex juez Gustavo Bossert hizo como perito de parte en otro juicio CIADI, el que ha planteado la empresa Siemens por más de u$s 400 millones por la caída de un contrato para confeccionar DNI.
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En ese documento, el juez Bossert describe -con argumentos que basa expresamente en su experiencia como magistrado en la Argentina- las dificultades que hubiera tenido la empresa si el reclamo lo hubiera hecho ante la jurisdicción local.
En ese caso, argumentó Bossert, Siemens hubiera tenido que someterse a un juicio de entre 5 y 6 años en un sistema que describe como lento y sobrepasado por la cantidad de causas que agobian al fuero contencioso administrativo.
Además, dice Bossert, ese trámite la hubiera obligado a pagar tasa de justicia (en el CIADI ese gravamen no se pide) y honorarios de abogados y peritos por un valor que, en su calidad de experto, calcula entre u$s 57 y u$s 129,4 millones. Y todo eso para nada, opinó el juez que renunció por cansancio moral en la era Duhalde y cuando el peronismo iba por la cabeza de la Corte designada en la era Menem. A los 18 meses, concluye el informe, Siemens hubiera debido desistir de la demanda y recurrir a la instancia arbitral. ¿Para qué perder tiempo?, remata el hombre en un dictamen que revela que ya se ha recuperado del cansancio moral que lo agobiaba en 2002.
Este informe figura en el expediente de la causa Siemens vs. República Argentina que en octubre próximo se debatirá en una audiencia que se realizará en Washington. Los defensores del Estado, que revistan en la Procuración del Tesoro, echaron a circular este dictamen que expone al ex juez y hoy abogado Bossert justificando tácitamente a su cliente Siemens la conveniencia de elegir la jurisdicción arbitral internacional en lugar de la resbaladiza Justicia criolla.
Una manera de esmerilar la posición del litigante, exponiendo una contradicción presuntamente agraviante de uno de sus peritos. Bossert -que hoy comparte tarea profesional con el ex ministro Ricardo Gil Lavedra- también eligió la cadena de emails para intentar un descargo y distribuyó anoche una explicación que cree mejorará su situación en el debate. En ella dice que nunca ha opinado contra la jurisdicción de los tribunales argentinos y que su documento se limitó a describir la situación de la Justicia argentina, «describió un hecho notorio». Argumenta que su ciencia es simple: «Cualquier abogado de la matrícula y hasta un empleado con cierta antigüedad en Tribunales -se allana Bossert- habría podido suscribir nuestros dictámenes, ya que no hay en ellos ningún acto creativo ni de imaginación jurídica. Es sólo la realidad por todos conocida». Cabe preguntarse si ese hipotético empleado hubiera recibido los mismos honorarios que un ex juez de la Corte por tan poca cosa.
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