Apoya Cavallo Bono Federal para sueldos provinciales
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• El pacto del déficit cero implica que las provincias deben repartir la reducción de los presupuestos de esta manera:
• Este papel lo emitirá el Fondo Fiduciario, un sistema de auxilio al que pueden acudir voluntariamente las provincias en dificultades. El Fondo se alimentó originariamente con el dinero aportado por la Nación y todas las provincias que cedieron un porcentaje de los ingresos por coparticipación federal de impuestos. En tiempos de José Luis Machinea, bajo cuya gestión se creó, el fondo llegó a tener $ 2.000 millones disponibles. Ese monto se licuó ya en la era Cavallo, que lo usó como su antecesor para auxiliar otros incendios.
Los gobernadores lo acusan a Cavallo de que las últimas monedas que quedaron se las llevó el voraz Carlos Ruckauf para la insaciable provincia de Buenos Aires.
• Cuando el Fondo quedó seco la Nación lo alimentó derivando fondos, con dudosa prolijidad, que provienen de créditos externos (Banco Mundial, BID) para la reforma del Estado. En el acuerdo firmado ayer el Fondo recobra la respiración con los $ 1.000 millones que aportarán hasta fin de año de manera «patriótica» un grupo de bancos y empresas. La iniciativa que llevaron representantes provinciales a Economía ayer, y que Liendo escuchó con atención, es que usar ese Fondo para bancar el título permite un mejor uso de ese dinero.
• La idea tiene algunas aristas que deben aún discutirse para que sea aceptado por las provincias. En cuanto al destino, se piensa en una emisión en dos series, una de corto plazo y otra de largo plazo. La primera sería para el pago de salarios y sería un bono a 3 o 5 años; la segunda, para el pago de proveedores y la emisión sería para 10 o 15 años.
• Pero el centro de la iniciativa es la restricción que se le impondrá al acceso al bono.
En el borrador que se leyó ayer en Economía se establece que «para el acceso de cada provincias al bono se toma como base el stock de deuda y el monto de los envíos será la diferencia para el mantenimiento neto de otros mecanismos de financiación». Traducido quiere decir que no puede usarse el bono para crear más deuda sino sólo para enjugar la diferencia entre la deuda y los ingresos que vendrán del ajuste o del Fondo Fiduciario. El cálculo de esa deuda se hace al 31 de diciembre de 2000.
• Otra dificultad es lograr que la garantía de este bono sea homogénea para todo el país. Si se elige como garantía del bono la coparticipación de impuestos aparecen las diferencias entre las provincias. Algunas tienen una ratio deuda-coparticipación sana pero otras deben la coparticipación de varios años hacia adelante. Eso impide que se pongan lisa y llanamente esos fondos del reparto de impuestos como aval del nuevo bono.
• Los delegados de José Manuel de la Sota introdujeron la alternativa de que sean destinados a fondear este bono los activos de las provincias cuyo destino es la venta a manos privadas. Aquí se repite el argumento de la desigualdad: las provincias no tienen activos equiparables entre sí y usar esa disponibilidad crearía otras desigualdades.
• Otro punto a definir, y que Liendo y Marx tratarán cuando se reúnan otra vez el viernes para terminar de definir el lanzamiento, es el monto de la operación. Sobre la base de la deuda promedio de las provincias se habló ayer en Economía en un total de $ 1.000 millones, de los cuales $ 500 millones corresponden a la provincia de Buenos Aires y los otros $ 500 al resto de los estados.
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