19 de enero 2007 - 00:00

Apremia la CGT al gobierno: quiere baja de impuestos y suba salarial

El sindicalismo rechazó la oferta del gobierno de postergar los reclamos salariales hasta julio a cambio de una nueva suba en el mínimo no imponible en el Impuesto a las Ganancias. Esa opción, que podría conformar a gremios con salarios más altos, como el de Hugo Moyano o los petroleros, no alcanza para calmar al resto de la CGT. Reclaman ahora negociar subas de sueldos de entre 20% y 30% en paritarias -algunas ya se han abierto y otras comenzarán en febrero y en marzo- y sumarlas a la baja en la presión de Ganancias. El gobierno había adelantado esa oferta al incluir en el Presupuesto 2007 más poderes al Presidente para modificar ese impuesto sobre los salarios. Al frente del rechazo ya están los sindicatos de empleados públicos, metalúrgicos y ferroviarios. Ayuda a la rebelión la división virtual que vive la CGT contra el liderazgo de Moyano.

Hugo Moyano
Hugo Moyano
La CGT no está dispuesta a aceptar la ofertadel gobierno de canjear una suba salarial menorpor lo menos en los primeros seis meses del año-por un alza en el mínimo no imponible en el Impuesto a las Ganancias que pagan los trabajadores de sueldos más altos. Esa oferta, pensada para que Hugo Moyano negociara un freno en las pretensiones salariales, fue rechazada ayer por la mayoría de los gremios que integran dos de los tres sectores en que hoy está virtualmente dividida la central sindical.

Casi la totalidad de los sindicatos hoy reclama al menos 20% de incremento a negociar en las paritarias que ya comenzaron o arrancarán a más tardar en marzo y, además, la suba en el mínimo no imponible de Ganancias.

«El pedido que hacen los sindicatos supera ampliamente lo que ofrece el gobierno», decía ayer uno de los «gordos». La idea es que si la Casa Rosada no pone un piso al incremento de salarios a discutirse desde marzo, no habrá compensación posible a través de Ganancias.

Hasta ahora, la mayoría de las organizaciones habla de una suba salarial por arriba de 20%, que superaba obviamente al techo de 19% que consagraron las paritarias en 2006.

Hoy, los sindicalistas, a excepción de Moyano que se mueve dentro de otro sistema, están más decididos a hablar de inflación que de Impuesto a las Ganancias.

Para ellos el ofrecimiento de una suba en el mínimo no imponible de esa gabela -lo que deja afuera del alcance a más trabajadores que los exceptuados con la suba del año pasado pero sigue impactando sólo en los de mayores ingresos-es apenas otro punto de negociación dentro de la discusión por incrementos salariales que viene del año pasado.

De hecho, la decisión no es nueva: el gobierno incorporó al proyecto de Presupuesto 2007 un artículo en el que se facultó al Poder Ejecutivo a llevar adelante una suba en el mínimo no imponible en el Impuesto a las Ganancias, similar a la que dispuso en abril del año pasado para calmar los reclamos primero de los sindicatos del petróleo del sur del país -que mantenían refinerías tomadas por ese conflicto-y después por los camioneros de Moyano que habían perdido parte de los sus últimos incrementos salariales por haber pasado a tributar Ganancias.

Esa presión se agudizó en octubre del año pasado cuando el gobierno tuvo que frenar una segunda crisis de los petroleros enviando al Congreso un proyecto de ley, rápidamente aprobado, por el que se eximía del pago de Ganancias a algunos rubros del convenio colectivo de ese sector, como las horas de viaje, viáticos y viandas, lo que se consagró en otro privilegio que el resto de los sindicatos comenzó a reclamar.

Por eso es que la idea de compensar una suba salarial menor a cambio de bajar Ganancias puede jugar en parte con las pretensiones de gran parte del sindicalismo, pero los gremialistas no parecen ahora dispuestos a subordinar el reclamo completo a una medida de ese tipo.

Entre los sindicatos que más presionan hoy por una suba salarial están los que nuclean a los empleados de la Administración Pública. Por ejemplo, ATE o UPCN están entre los que recuperaron en aumentos sólo 20% del poder adquisitivo. Se da en ese caso también que una suba en el mínimo no imponible en Ganancias sólo beneficia a los escalafones más altos. Por lo tanto el reclamo actual ronda un incremento de 30% y no aceptan canjearlo por el beneficio impositivo.

La misma situación planteó La Fraternidad: sólo aceptan negociar una suba salarial en las paritarias que se abren a partir del 1 de febrero. « Vamos a pedir 20% como mínimo sobre los básicos de convenio, los vales alimentarios y los viáticos», dijo ayer su titular, Omar Maturano.

Los sindicalistas, para defender su posición, hacen un cálculo simple del deterioro del salario real en base a la inflación y la devaluación desde 2002.

En esa comparación, SMATA no tendría reclamo que realizar ya que recuperó la pérdida, dicen, por encima de 200%. El básico para ellos está en casi $ 3.000, lo que pone esos sueldos dentro del pleno alcance de Ganancias.

Un camino menos exitoso, pero con subas, siguieron los gastronómicos y los trabajadores químicos,por ejemplo. La Unión Obrera Metalúrgica tampoco está dispuesta a postergar la suba salarial de 25% que reclama a cambio de la baja en Ganancias. Lo mismo ya comunicaron los «gordos» Armando Cavalieri y Carlos West Ocampo, y mucho más los barrionuevistas Reinaldo Hermoso y Carlos Acuña.

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