Como parte de un plan que tiene como objetivo la integración de capitales internacionales en el Banco Nación, la entidad trabaja contrarreloj para llegar al Nasdaq.
Banco Nación acelera llegada a Nasdaq para emitir deuda bajo legislación extranjera
La entidad financiera apura los tiempos para recibir capitales internacionales. Apunta a recibir aportes de grandes fondos de inversión.
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El Banco Nación recibirá una inyección de Wall Street.
La idea es emitir deuda, y el monto estimado ronda los u$s600 millones. El estudio que trabaja en esa estructuración es A&O Shearman, un conocido del Gobierno. La obligación negociable (ON) que se listará en ese mercado donde suelen cotizar las empresas tecnológicas y así inyectar recursos en el capital de la entidad.
La línea técnica de la entidad financiera quiere capitalizar este momento. A lo largo de las últimas semanas, se realizaron varios viajes a Nueva York para definir detalles. Pero los tiempos de aceleraron con la victoria de La Libertad Avanza en las elecciones y la baja del riesgo país.
A&O Shearman es un estudio global fusionado en mayo de 2024 entre Allen & Overy y Shearman & Sterling. Con sede en Wall Street, la firma ya cobró un fee inicial por la redacción del prospecto preliminar. Su rol no es aislado: ha asesorado en los REPO del BCRA por u$s2.000 millones en junio de 2025 y representa a emisores en juicios contra Argentina, como el de BNY Mellon. Incluso Roberto Silva, el titular de la CNV, ha sido parte del estudio en el pasado.
Comisiones, asesoramiento y frentes varios
Los pormenores de la ON son precisos -algunos de ellos- y orientados a inversores institucionales. Consolidada en una sola serie —frente a un plan inicial de dos tramos de u$s400 millones—, el bono ofrecería una tasa estimada del 6% al 8%.
Según trascendió, el fee de underwriting se estableció en 5,5%, distribuido entre agentes colocadores que negocian con fondos como BlackRock (gestor de u$s10 billones, con historial en Bopreales locales), PIMCO (experto en emergentes posreestructuración 2020) y Franklin Templeton (perenne en bonos argentinos pese a volatilidades).
Sin embargo, también ha trascendido una mirada crítica de esta arquitectura, ya que sostienen que, por ahora, una parte del margen de la operación no queda del todo visible, máxime vinculado a los que "intermedian" en el acceso al crédito.
Otro foco de polémica es la justificación de dicha emisión de deuda. ¿Para qué necesita el Banco Nación tomar fondeo en el mercado internacional?
En las últimas horas, el aval crediticio pareció calzar en un momento idóneo: ayer, FIX (afiliada a Fitch) elevó la calificación del BNA a AAA local, elogiando provisiones que cubren 1,6 veces los préstamos irregulares y un desembolso crediticio récord de u$s11.300 millones en los primeros siete meses del año (+60% interanual).
Emisión del Banco Nación: legislación extranjera y la sociedad anónima
Otro de los puntos que trae dudas en la city es la jurisdicción de Nueva York que regirá el contrato bajo el Uniform Commercial Code de EEUU. Esto facilita ejecuciones en cortes de Manhattan pero, a la vez, atrae capital reacio a riesgos locales.
Esta elección, estándar en emisiones internacionales, minimiza disputas pero plantea dudas: ¿por qué un banco de capital nacional cede control judicial a Wall Street, cuando el 55% de la deuda argentina ya opera bajo leyes foráneas?
Curiosamente, la emisión no depende de la transformación del BNA en Sociedad Anónima (SA), frenada judicialmente desde junio de 2025 por la Cámara Federal de La Plata, que confirmó la suspensión del Decreto 116/2025 emitido en febrero.
En rigor, no impide la emisión de la ON, ya que el BNA, como entidad pública bajo el régimen de bancos oficiales (Ley 21.799), puede colocar instrumentos de deuda internacional sin requerir el cambio a SA —aunque este status facilitaría futuras inyecciones de capital privado o mayor flexibilidad corporativa—.
Es un matiz crucial: la ON avanza como "bono corporativo" de un banco estatal, sin necesidad de esa transformación, pero el decreto suspendido sigue acechando como telón de fondo para una agenda más amplia, como la que comenzará a debatirse en el Congreso.
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