Banco de Santa Cruz se queda con 25% de YPF
Trascendió ayer que se cerró en las últimas horas la operación de venta de 25% de YPF al grupo que encabeza Enrique Eskenazi. Este tiene entre sus activos al Banco de Santa Cruz, al que accedió durante la gestión de Néstor Kirchner como gobernador de esa provincia. El anuncio formal se hará en no más de 20 días y desde el gobierno nacional se lo pretende mostrar -con intención electoralista- como el retorno de la petrolera a capitales argentinos. La transacción se habría pactado en u$s 3.000 millones, de los cuales solamente u$s 300 millones se aportarían en el acto de firma de la operación. Por los otros u$s 2.700 millones se está convocando a bancos locales para que lo financien contra la garantía de ese 25% de las acciones de YPF. Ya hay ejecutivos del grupo Eskenazi -y se sumarían funcionarios- esta semana en Madrid para ir ultimando los detalles que restan acordar. Enrique Eskenazi sería designado presidente de YPF. La operación genera fuertes expectativas en los mercados, pero seguramente será objetada inmediatamente por la oposición, puntualmente apuntando al origen de los fondos de Eskenazi.
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La explicación inicial que se está diseñando desde la Casa de Gobierno es que los u$s 2.700 millones provendrán de una «ingeniería financiera» en la que participará una gran cantidad de bancos locales y extranjeros que aportarán fondos contra la garantía de las mismas acciones de 25% de YPF. El pago a Repsol se haría de manera escalonada, acompañando incluso el crecimiento en la valorización que, descartan, tendrán las acciones en los diferentes mercados de capitales donde cotiza. Aun así se reconoce que la presentación de la operación no termina de cerrar. El próximo paso sería entonces introducir a varios de los bancos y entidades financieras que aportarán fondos, como algo similar a un socio.
La pregunta que aún no tiene respuesta para cuando la operación se haga oficial y pública es por qué otros grupos empresarios locales incluso con mayor capacidad financiera que los Eskenazi, y que manifestaron interés en la ingresar en la compra, quedaron fuera.
El futuro comprador administra el Grupo Petersen formado por la constructora Petersen, Thiele & Cruz (fundado en 1918) y luego se expandió en el sector financiero, comprando el Banco de Santa Cruz, el de Santa Fe y el San Juan. La relación entre Kirchner y Eskenazi nació en realidad en Santa Cruz en 1996, cuando el empresario, ex Bunge & Born, adquirió la entidad financiera y se garantizó que manejaría las cuentas de los empleados públicos de la provincia para el pago de sueldos y jubilaciones, además de haber asegurado el manejo de los fondos que se giraron al exterior.
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