24 de septiembre 2008 - 00:00

Bush advierte que "toda la economía" de EEUU "está en peligro" y pidió acción al Congreso

Imagen de tv. América Televisión
Imagen de tv. América Televisión
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, pintó esta noche un dramático panorama de lo que, aseguró, ocurrirá con la economía norteamericana si el Congreso no aprueba el paquete de salvataje de 700.000 millones de dólares.

Bush anunció que invitó a los candidatos para las presidenciales de noviembre, el republicano John McCain y el demócrata Barack Obama, a reunirse mañana en la Casa Blanca para "acelerar" las negociaciones para dar luz verde al paquete.

Las "circunstancias" que rodean la crisis de los mercados financieros "no son normales", dijo el presidente durante su mensaje televisado a la nación.

En el discurso, emitido desde la Casa Blanca y de algo menos de trece minutos de duración, Bush presentó posibles inquietantes consecuencias de una expansión de la debacle que está golpeando las firmas de inversiones y de finanzas.

Bush aseguró que la economía estadounidense "está en peligro" si el gobierno no sale a "despejar el congestionamiento" creado por la caída en cascada de los títulos que descansaban sobre los paquetes de préstamos blandos que se concedieron en los últimos años en Estados Unidos.

El gobierno propuso al Congreso disponer de 700.000 millones de dólares de los contribuyentes para comprar esos activos "tóxicos".

Si el estado no sale a sanear el sistema, dijo Bush, las consecuencias serán devastadoras para los ciudadanos comunes.

Con tono pedagógico, el presidente dijo a los norteamericanos que el "pánico financiero" provocará una caída de la confianza en la economía y del flujo de dinero.

"El crédito se congelará y será difícil conseguir préstamos" para comprar viviendas, automóviles o pagar por estudios universitarios, aseguró Bush.

En cambio, si el gobierno puede inyectar ese dinero, el sistema se descongestionará y los bancos volverán a contar con liquidez para poner préstamos en el mercado.

El rescate, dijo Bush, "enviará una señal al mundo, de que la economía estadounidense está de nuevo en movimiento".

Bush prometió que el dinero no será utilizado para pagar grandes sumas a los altos ejecutivos de las empresas afectadas y aseguró que, una vez que el mercado de estos títulos mejore, los valores subirán y el Tesoro podrá venderlos y recuperar el dinero de los contribuyentes.

El presidente destacó el "espíritu de cooperación" entre demócratas y republicanos, pero aseguró que, si no sale la ley para el rescate, el país caerá "en una larga y dolorosa recesión".

Bush reconoció que se tratará de "un voto difícil" para muchos legisladores, en particular porque "involucra tanto dinero de los contribuyentes".

Al cerrar su discurso, Bush buscó tranquilizar a los estadounidenses recordándoles que sus depósitos bancarios están asegurados por el gobierno.

También afirmó que "la democracia capitalista" sigue siendo "el mejor sistema" ideado.

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