19 de enero 2007 - 00:00

Chávez súper yo

Hugo Chávez mostró ayer lo que pretende sea el Socialismo del Siglo XXI que quiere impulsar en su país. Para plasmar su idea de unicato, anunció que gobernará 18 meses por decreto, pese a tener un Parlamento a favor. Luego estuvo en la cumbre de Rio, donde explicó su intención de modificar el Mercosur a su medida. Para terminar el día, se reunió con Julio De Vido, Jorge Taiana, Néstor Kirchner y su esposa Cristina para explicar que las inversiones argentinas están a salvo. Al menos por ahora.

Chávez súper yo
Rio de Janeiro (enviado especial) - «Yo no vine a ideologizar ni envenenar o contaminar al Mercosur, lo que nos contaminó de muerte es el neoliberalismo». La frase la dijo ayer Hugo Chávez en uno de sus múltiples diálogos con la prensa, durante su participación en la cumbre de presidentes del Mercosur de Rio de Janeiro. Sin embargo, especialmente desde Brasil, varios funcionarios que habitualmente negocian cómo potenciar comercial y políticamente el bloque sudamericano, ya consideran la presencia de Venezuela como un problema serio. Para peor, aseguran, esto se vive sin que el país caribeño sea ya socio pleno, dado que aún debe transitar un prolongado cronograma para convertirse en un Estado con el mismos estatus que la Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.

«El continente debe marchar unido hacia una nueva integración, para lo cual el Mercosur debe cambiar su formato», continuó diciendo Chávez, con lo que ya asume el rol de crítico del bloque, que entró al proyecto para modificarlo a la imagen y semejanza de su proyecto bolivariano de Socialismo del Siglo XXI. Opinó además que el Mercosur original precisa «cambios internos en su estructura y objetivos» y añadió que pretende que «exista un tratamiento justo para las diferencias entre los países, eso que llaman asimetrías».

Esta actitud molesta a muchos funcionarios, pero especialmente a los técnicos del Palacio de Itamaraty, la cancillería brasileña que durante muchos años formó cuadros diplomáticos para profundizar el Mercosur. También la Argentina tiene los suyos, pero por ahora sus críticas a la posición venezolana son menos públicas que las del principal socio del bloque.

En concreto, las objeciones que se le hacen a Chávez desde el Ministerio de Relaciones Exteriores brasileño que dirige Celso Amorim, son tres: la creación del Banco del Sud, la suma de más socios sin que adopten el Arancel Externo Común (AEC) y la posición que el venezolano quiere que el bloque tome ante las negociaciones con la OMC (Organización Mundial del Comercio).

  • Banco del Sud. Fue el primer proyecto presentado por Chávez al llegar a Rio, y también el primero en ser rechazado por los brasileños. Los ministros Amorim, Guido Mantega (Hacienda), y Luiz Fernando Furlan (Industria y Comercio Exterior), defendieron el fortalecimiento de mecanismos existentes como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Corporación Andina de Fomento (CAF) y el brasileño Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES), antes que avanzar en la formación de un nuevo emprendimiento financiero con destino incierto y que tendría como principal financista al bolivariano. Este incluso prometió que 10% de sus reservas (unos u$s 3.000 millones) servirían para crear esta entidad. «Como esos bancos ya tienen poder financiero y estructura, ellos están aptos a funcionar inmediatamente. Entonces no es necesario esperar una nueva estructura y una nueva legalización», dijo Mantega, dando por terminado el tema, al menos durante la cumbre.

  • Más socios. «Lo que necesitamos es que se sumen Evo Morales y Rafael Correa», insistió ayer Chávez, en relación al rumbo que quiere que tome el organismo. «El Mercosur, la unión sudamericana, más allá del Mercosur, no es un tema eminentemente ideológico, es un tema geopolítico», completó desafiante. El problema que encuentran los actuales socios del bloque, es que ni Bolivia ni Ecuador quieren renunciar a la Comunidad Andina de Naciones (CAN), lo que convierte en imposible su unión al Mercosur, salvo que éste cambie de proyecto y abandone el AEC. Esto es innegociable para Brasil, que considera que ceder esto es ceder el proyecto de Mercosur, y habilitar el polémico plan bolivariano continental chavista.

  • OMC. La liberalización del comercio agrícola en la Ronda Doha de la Organización Mundial del Comercio también separa a Venezuela del resto del Mercosur. Mientras la Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay reafirman su compromiso con una mayor apertura de los mercados agrícolas, Venezuela defiende el apoyo interno a los productores. Sus diferencias con los otros socios del bloque se hizo evidente cuando Brasil sugirió la inclusión de una manifestación sobre la necesidad de mayor acceso a mercados para los productos agrícolas del Mercosur y el fin de los subsidios dados a los productores en los países desarrollados; mientras que Venezuela propuso incluir en el texto la cuestión de la seguridad alimentaria, tema defendido por países importadores de alimentos, inclusive la Unión Europea.

    La opinión más clara sobre el peligro chavista en el bloque la dio ayer Amorim en una conversación con periodistas brasileños. Según el canciller, «la posibilidad de rotación de poder es algo saludable», al ser consultado sobre la influencia de Chávez en el bloque.
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