Desde el clima, la crisis ucraniana, JePo dixit, el pago al FMI, el dólar blue más hot que nunca, el devenir de la inflación hasta el salvataje o nuevo cuento chino ocuparon la atención de los encuentros financieros. Ayer las mesas de operaciones bajaron la cortina con la presunción de que, finalmente, el Gobierno argentino iba a cumplir con el vencimiento con el Fondo, lo que conlleva a especular que los cantos de sirena sobre la cercanía de un acuerdo sedujeron los oídos de analistas e inversores.
Lo que se dice en las mesas
“Atrapado sin salida” a lo Gibbons. Billete delivery se paga $220. Vladímir ya desdolarizó. JePo lanzó su Fedestroika. Se debilita el euro. El chino avanza y el JP sale a contratar.
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El presidente de Rusia, Vladímir Putin.
Quizás calcado de un curso de Robert Gibbons, el árbol decisorio que enfrenta el oficialismo, en síntesis, tiene dos salidas: si paga y acuerda, en realidad nada sustancial cambiaría especulando que el acuerdo sin ser 0 azúcar sería “bajas calorías”, y si no paga o no acuerda, el abismo. La verdad que el consenso reconoce que lo que al final se decida terminará inclinando el amperímetro de la escalada inflacionaria, la brecha etc. O sea, el escenario de zafar y aguantar, o el de “agarrate Catalina”.
Trenes, centrales nucleares y otras iniciativas vuelven al menú de las lucubraciones políticas a cambio de un nuevo swap de divisas o línea contingente. Será Putin, que tiene en vilo al mundo y a los mercados como para distraerse con el caso rioplatense, o Xi Jinping, muy cuestionado internamente por la performance económica. Por lo pronto, alguna ficha le han puesto en la Rosada. Pero nadie soslaya que sí o sí el Fondo debe estar adentro.
Lo cierto es que se han perdido dos años. De haber tenido este tema encarrilado, o mejor dicho, cerrado, otra sería la historia amén de la pandemia. Lejos quedó el canje de deuda, y ya se hacen números para el próximo si no se destraba este entuerto. Mientras el billete delivery se entregaba ayer a $220 y el IPC enero lo estiman entre 3 y 3,5%.
De Rusia, un operador acotaba a colegas que Moscú viene ajustando desde hace tiempo su posición de reservas debido a las sanciones. Rusia ha seguido diversificándose alejándose de los activos estadounidenses debido a las sanciones.
Lo más evidente es el cambio en la composición de las reservas internacionales: el dólar ahora representa el 16% de las reservas frente al 40% en 2014. Además, las liquidaciones de comercio exterior en dólares están disminuyendo, aunque más lentamente. Un experto agregó que fueron las metas de inflación y una política monetaria creíble lo que llevó a una menor dolarización. Y hablando de Rusia, tras los dichos del jefe de la Fed, Jerome Powell (JePo), Michael Every de Rabobank ha bautizado la nueva etapa como la Fedestroika -en referencia al choque entre la glasnost (apertura) y la perestroika (reforma) que condujo al colapso total-. La Fed parece haber optado por la “Fedestroika”, lo que va a causar que muchos apparatchiks se pongan nerviosos. En Wall Street dicen que la Fed de hoy es su versión del Politburó soviético de los 80. Dicen y hacen cualquier cosa que pueda ayudar a sostener lo insostenible. Ese es el juego, parafraseando ese viejo chiste soviético: Pretenden tener la inflación bajo control y los mercados fingen creerles. Mientras el dólar se movió y prolongó el rally hasta alcanzar un máximo de 1 año y siete meses contra el euro casi en 1,1150 dólares. Estos niveles de precio no se veían para el cruce desde junio de 2020. El índice del dólar, que mide el desempeño de la divisa contra una cesta de seis rivales, también amplió diferencias por encima de 97,10 puntos, máximos desde julio de 2020. El intríngulis es si la Fed sube 3 o 4 veces la tasa este año.
Más allá de cualquier cuento, la avanzada china continúa y prueba de ello es el centenario Banco de China que meses atrás compró el pase de Christián Deymonnaz (ex HSBC) ahora se prepara para consolidar una mayor presencia en el mercado y sobre todo en los negocios entre ambos países. El predecesor del Banco de China fue el primer banco nacional de China, el Banco de Cuentas, a comienzos de 1900. Otro que se mueve es el JP Morgan que, según contó a Bloomberg, planea contratar a más de 500 personas en la región durante los próximos años, principalmente en su hub de Buenos Aires.
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