19 de enero 2007 - 00:00

Confirmado: chilenos se quedan con cementerios

Enrique Ruete Aguirre
Enrique Ruete Aguirre
El grupo chileno Abalos confirmó ayer mediante un comunicado la primicia adelantada por este diario: salvo Alberto Hermann, les compró sus participaciones a todos sus socios argentinos en la sociedad Jardín del Pilar SA, el principal grupo de cementerios y servicios fúnebres de la Argentina.

Con esta operación los accionistas principales -según un rumor del mercado- se quedaron con cerca de 85% de la empresa; el restante 15% permanece en poder de Hermann, un empresario de la zona sur que fundó el cementerio privado Gloriam en la localidad de Adrogué.

Los Abalos y sus socios locales habían comprado la empresa al grupo estadounidense Service Corporation International (SCI) en febrero de 2005; entre los activos de Jardín del Pilar se cuentan los cementerios privados Jardín de Paz, Jardín de Paz del Oeste, Memorial, Parque del Campanario, Gloriam y las casas fúnebres Lázaro Costa, Casa Callao, Compañía Principal, Casa Rambergery Casa O'Higgins. Ese grupo de propiedades y empresas habían sido trabajosamente acumuladas por SCI, que sorprendió al mercado con su decisión de irse de la Argentina tras anunciar planes de expansión y haber completado recientemente varias de esas operaciones.

Esta semana los vendedores fueron Martín Ruete Aguirre -que era miembro del directorio y aportaba su «expertise» financiero- y su padre Enrique (un «silent partner»), que según las mismas fuentes salieron de una sociedad luego de alcanzar su objetivo de agregarle valor y vender más caro de lo que compraron. Ambos, además, están centrados en sus negocios energéticos.

También vendió su parte Julio-Zorraquín -socio de Enrique Ruete en el barrio cerrado Estancias del Pilar- cuya familia introdujo en el país el concepto de los cementerios privados. A diferencia de los Ruete, Zorraquín habría decidido su salida por razones estrictamente personales.

Finalmente el tercer socio que se va, Norberto Mabre -fundador del Parque del Campanario- utilizará los fondos de su venta a los chilenos en un proyecto inmobiliario (un barrio cerrado) en la zona sur del Gran Buenos Aires.

La familia Abalos, que designó a uno de sus miembros Pablo Abalos como vicepresidente ejecutivo de Jardín del Pilar, también fue la introductora en Chile del negocio de las parcelas privadas para sepulcros.

«La empresa queda igual que antes; en el día a día seguiremos trabajando con Pablo Abalos; la administración y la parte de ventas ya tenían una estructura profesional que se mantendrá», dijo a este diario Gustavo García Argibay, gerente general de la empresa. «Se trata apenas de un cambio de accionistas que no tendrá ninguna influencia en la operación de la empresa».

El ejecutivo agregó que «la compra de las partes minoritarias por los Abalos despeja cualquier duda que podría existir de su voluntad de quedarse en el país en el largo plazo; la empresa, además tiene planes de expansión tanto en su estructura comercial y de ventas como en su oferta de parcelas. Vamos a duplicar nuestro tamaño y nuestra facturación en dos años.»

García Argibay reveló que Jardín del Pilar tiene en carpeta varios terrenos para expandir sus operaciones en el Gran Buenos Aires. «En esta primera etapa será sólo en al área metropolitana, pero no descartamos en una segunda etapa expandirnos en el interior del país», asegura.

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