22 de abril 2020 - 00:00

Para bancos, negociaciones continuarán hasta junio

Dos informes (J.P.Morgan y Credite Suisse) hablan de lo lejos que están hoy las partes, y afirman que las negociaciones irán más allá de mayo. Se afirma que, sin acuerdo, la economía podría caer hasta 10% este año.

JP Morgan divulgó un informe al respecto de la negociación de la deuda argentina.

JP Morgan divulgó un informe al respecto de la negociación de la deuda argentina.

Tal cual se esperaba, el Gobierno no autorizará al ministerio de Economía a pagar los tres vencimientos correspondientes al Global 21, 26 y 46 por unos u$s503 millones; con lo que el reloj que indicará que en 30 días el país ingresará nuevamente en default comenzará a correr. Salvo que, algo que se descarta, antes del 22 de mayo se haya llegado a un hoy muy lejano acuerdo con el 75% de los tenedores de la deuda por u$s 68.000 millones que se quieren renegociar.

Para muchos de los grandes bancos internacionales, los tiempos impuestos por el Gobierno nacional para cerrar un acuerdo con los acreedores son demasiado cortos; con lo que habría grandes y ciertas posibilidades de ingresar en default. Lo que, de todas maneras, no implicaría que se cierren las negociaciones; pero sí que continuarían después del 22 de mayo, pero, obviamente, en peores condiciones.

Entre los privados se habla ya de discusiones que podrían durar hasta junio. Por otro lado, los mismos bancos, afirman que la presentación de la Argentina generará rechazo desde los acreedores, pero que es un punto de partida para la discusión; y que, se descarta, habrá en algún momento una mejora en las condiciones de la propuesta lo que cambiaría el clima de discusión. Se asegura además, que si el país llega a un acuerdo; se abrirá un importante período de posibilidades de recuperación de la economía argentina, con una amplia disponibilidad de divisas en el período 2020- 2023 para aplicar a reformas estructurales productivas y fiscales. Como contrapartida, si no lo hubiera, se pronostica ya una caída de 10% del PBI para este año.

En este diagnóstico agridulce, concuerdan dos de los más importantes bancos a nivel mundial; que, en coincidencia, ya les enviaron a sus principales clientes del globo sus primeras (y fuertes) conclusiones sobre la propuesta argentina y su mix de bonos para que los acreedores canjeen sus pertenencias en titulos públicos por unos u$s68.000 millones. Se trata del J.P.Morgan y el Credite Suisse. Ambos coinciden en que la presentación.

En el caso del J.P.Morgan, el título del informe para sus clientes asegura que la presentación del ministerio de Economía tiene “algo nuevo y algo nostálgico en el texto”, y asegura que el precio de la oferta se encuentra muy cerca de los precios actuales del mercado, con lo que se necesitaría un “sweeteners” (endulzantes); y que la opción de mantenerse en las posiciones actuales o “standstill” no debe ser descartada.

En cierto sentido, el J.P,Morgan es algo benevolente en cuento a la posición oficial, al afirmar que quizá no sea el momento de rechazar de plano la propuesta y esperar a la evolución de los días para conocer la posición final del país en cuanto a la oferta que se presentará a los bonistas. La interpretación sería que si bien los precios hoy son similares a los del mercado, con lo que los tenedores podrían desprenderse de sus tenencias y mantener posiciones en cash (algo importante en medio de la crisis); el banco recomienda la posibilidad de esperar a las mejoras que, descarta, aparecerán.

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En lo que se duda desde el informe, es en que puedan cumplirse los tiempos de 20 días impuestos por Guzmán en su presentación del jueves pasado; período que teóricamente se abrirían cuando la Security and Exchange Commission (SEC) apruebe la propuesta argentina presentada el lunes y que, quizá, se aprobada y habilitada formalmente entre el viernes 24 y la próxima semana. Esto trasladaría las negociaciones a un plazo similar al fijado por los tiempos del Global y su vencimiento del 22 de abril y los 30 días de plazo para pagar y no caer en default. El problema sería si la SEC se toma más tiempo para el aval legal final (tiene todas las facultades de hacerlo), y si la aprobación se distienden hasta una semana o dos más. Esto implicaría que las negociaciones formales y legales comiencen ya en mayo, y que los 20 días mencionados por Guzmán comiencen entre el 5 y el 10 de mayo. Esto implicaría que el cierre del plazo caerá ya con el país en default. Y, en consecuencia, con los titulos públicos más castigados en el mercado de capitales y su precio por debajo de la par que menciona el informe del J.P.Morgan.

En ese momento, el “stanstill” sería menos atractivo. Se supone entonces que para ese momento (antes del 22 de mayo), los “sweeteners” de Guzmán ya hayan sido presentados, y la negociación haya cambiado de clima y adoptado una tendencia más friendly. El banco habla de esperar, por parte del Gobierno argentino “palos y zanahorias”, recomendando templanza en el momento de tomar decisiones. Descarta la fecha del 22 de mayo para llegar a un acuerdo e impone un nuevo plazo posible: el 20 de junio para el fin de las negociaciones con un acuerdo o rechazo como alternativas, ambas posibles casi por igual.

Según el J.P.Morgan, si Argentina llegara a un acuerdo con los acreedores, sus posibilidades de recuperación económica serían extremadamente favorables, al punto de mencionar en el trabajo la alternativa cierta de convertirse el mercado argentino en una opción de inversiones futura en el mercado de capitales. Descarta el banco la alternativa de cambios en la política fiscal del Gobierno (menciona que eso es imposible en un gobierno de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner) y la alternativa cierta que, al menos hasta el 2023, Argentina vuelva al mercado de capitales voluntario de deuda. El panorama para el país en el caso de un default y y de no llegar a un acuerdo con las acreedores es temerario. El J.P.Morgan habla de una caída de la economía para este año de hasta el 10% del PBI (hasta ahora, el pronóstico más pesimista entre los privados), de la imposibilidad para las empresas privadas de obtener créditos en el exterior para inversiones en la economía real y de una depresión importante en el mercado interno.

En el caso del Credite Suisse habla de una oferta a los bonistas ya revelada y sobre la mesa, analiza la casi equidad de los titulos sobre el valor del mercado y la alternativa de una salida inmediata de las posiciones para obtener liquidez. Al igual que el J.P.Morgan asegura que la suba de las últimas jornadas hicieron que si bien el escenario es de casi empate, no sería una alternativa financiera atractiva ya que, otra vez, se espera una mejora de la oferta argentina en algún momento de las negociaciones. La entidad afirma que “la oferta del Gobierno no obtendrá suficiente apoyo de los inversores para permitir que se complete un intercambio, pero creemos que las negociaciones continuarán”. Sin embargo, y a diferencia del J.P.Morgan, el Credite Suisse es más escéptico. El banco de origen europeo habla de una “sospecha que el Gobierno eventualmente enmendará la oferta para que sea más aceptable para los tenedores de bonos” pero que “esto depende en última instancia de una decisión política y la falta de claridad sobre este punto agrega incertidumbre a una situación ya incierta”.

En este poker que comenzó el jueves pasado, ayer fijó posición Martín Guzmán sobre la posibilidad de un default, alternativa que, plantean abiertamente los propios acreedores y que los bancos internacionales analizan como escenario posible si no mejora la oferta original. Según el ministro de Economía, el país ya está en “default virtual” con lo que no ve diferencias entre la situación actual de imposibilidad de acceso a los mercados tanto para el Estado como para los privados, con lo que la situación ante un escenario de no acuerdo sería la misma que la de estos tiempos.

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