5 de marzo 2024 - 20:23

Diálogos de Wall Street

Donde uno mira se ven récords y subas. Bitcoin regresó a sus máximos. ¿Hasta dónde llegará la efervescencia, Gekko?

La efervescencia de Wall Street, en la mirada del analista que se escuda bajo el seudónimo de Gordon Gekko.

La efervescencia de Wall Street, en la mirada del analista que se escuda bajo el seudónimo de Gordon Gekko.

Gordon Gekko: Con esa tapa debería subir todavía más.

P.: ¿Sí, pero cuánto más?

G.G.: Hasta que la FED comience la baja de tasas. Ahí, habrá que corregir una linda parte de la mejora reciente. Es de manual. Y será bueno que así sea. El récord de 2022 oficiará de piso y se lo rompe tendremos jaleo.

P.: ¿Es todo esto una fiebre de aire caliente?

G.G.: No. Pero la avanzada, sí.

P.: ¿Es más que un rally envidiable impulsado por los números de NVIDA, su valuación más que generosa y un puñado de papeles más?

G.G.: Sí, es mucho más. Aunque la espuma, hoy, sea muy visible y lo que llame la atención. Donde uno mira hay una escalada de activos. Lo que sea.

P.: ¿Qué es lo sólido que detecta detrás de lo que burbujea?

G.G.: Es, esencialmente, un aterrizaje de la economía real exitoso. Una proeza. Teníamos una recesión metida en precios, pagamos el costo de un mercado bear en 2022; la recesión nunca ocurrió (y no tiene por qué suceder en el futuro más o menos mediato) y recién estamos atacando nuevas alturas. No se maree. Sufrimos una inflación desbordada que nunca los mercados de bonos pasaron plenamente a sus precios (un acierto). Y que depuso su rebeldía y vuelve al corral del 2%.

P.: Con sus bemoles. Vimos en enero un repunte en todos los frentes.

G.G.: Y si se resiste, no tiene mucho resto para trepar. Los motores que la causaron se apagaron hace tiempo. Las tasas reales de interés son positivas. La cantidad nominal de dinero cayó todo 2023. Las expectativas nunca se desanclaron ni en lo peor de la tormenta. Y la FED, y la banca central en todo el mundo, pueden sentarse a esperar que se calmen los bríos. Si Powell y sus colegas consiguieron extender el ciclo económico, sin trauma a diferencia de Paul Volcker en una coyuntura similar cuarenta años atrás, recrear un mercado alcista no parece un exceso.

P.: Pero las valuaciones, lo que se paga por cada dólar de ganancias de las empresas, se hincharon como en los mejores tiempos.

G.G.: Así es. Los múltiplos del S&P 500 son similares a los de fines de 2019, antes del Covid. Y son inferiores a los de 2021. Pero, con el diario del lunes, la salud es sustancialmente mejor. Nos hemos hechos todos los controles y aprobado todos los exámenes y percances. La pandemia y un encierro, una inflación que triplicó su meta (o más), cinco puntos de suba de tasas en año y medio. ¿Y dónde están los muertos? ¿Y el crac de los bancos? No están. Tampoco la estanflación. Ni siquiera una vulgar recesión. ¿Que luce chispeante? Sí. Pero no hubo otro momento Lehman ni los zombies pululan por las calles.

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Los números de NVIDA impulsaron el rally de la Bolsa.

Los números de NVIDA impulsaron el rally de la Bolsa.

P.: Después de años de tasa cero y dinero gratis era lo que cabía temer.

G.G.: Pues, no. Tenemos sí los Tesla, los Nvidia. Pasamos de la excitación por los vehículos eléctricos a la fiebre de la inteligencia artificial. No es sencillo valuar esta dinámica. Es fácil entusiasmarse con la innovación digital. Es un riesgo no desdeñable. Pero antes conseguimos sacarle gas y petróleo a las piedras. Y despachamos la amenaza del peak -oil, la falta de crudo. China, por último, se descompuso y el mundo se las arregla igual. Ni hablar de la geopolítica. En definitiva, un mercado bull se puede sostener así, con problemas pero solucionándolos a tiempo.

P.: ¿Qué decir de los dramas del crédito hipotecario comercial en EEUU?

G.G.: Después de la recesión es la crisis más anunciada. Y no es un espejismo, ahí está, desangrándose lentamente hace más de un año, pero el conteo general de los glóbulos rojos del sistema no da mal. Se caerán algunos bancos chicos, dijo Powell, un mes atrás, en el prime time de la televisión. No será un problema para sus depositantes.

P.: ¿Está todo bien, entonces?

G.G.: No. Pero está mejor de lo que podía creerse. Lo que ahora se pase de rosca, cuando la FED baje las tasas (que será después que bajen las tasas largas), tendrá su revisión y penitencia. Y más adelante nos abordará la incertidumbre de una elección clave que el presidente debería ganar caminando –con una economía y mercados así– pero que Biden tiene muy cuesta arriba. La vuelta de Trump a la Casa Blanca, la mera posibilidad, debería fruncir la suba, pero no lo hace tampoco. Veremos.

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